Este jueves 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Acoso Escolar en el que se busca sensibilizar y generar conciencia sobre una temática que compromete e involucra, principalmente, a la comunidad educativa, donde se desarrolla el acoso escolar o bullying.
El objeto de la conmemoración es generar conciencia sobre una problemática que compromete e involucra, principalmente, a la comunidad educativa. Qué es el acoso escolar o bullying y cómo prevenirlo.
La efeméride fue proclamada en 2013 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incluido el ciberacoso, “reconociendo que la violencia escolar en todas sus formas constituye una violación de los derechos a la educación, salud y bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.
SEÑALES
Según Unicef y Unesco, el bullying se define como un comportamiento negativo y agresivo que implica un desequilibrio de poder. Incluye acciones repetidas o amenazas destinadas a causar daño, miedo o incomodidad a otras personas. Este comportamiento puede ser físico, verbal o emocional y se produce tanto en entornos escolares como fuera de ellos. El bullying puede tener efectos negativos duraderos en la salud mental y emocional de los niños y jóvenes afectados.
Para identificar el bullying, es fundamental prestar atención a signos como cambios repentinos de comportamiento, aislamiento, lesiones físicas inexplicables, pérdida de pertenencias o dinero, miedo o ansiedad frente a ciertas situaciones, entre otros.
Las posibles señales pueden ser: Marcas físicas, Miedo de ir a la escuela, Ansiedad, nervios o estado de alerta. Tiene pocos amigos en la escuela o fuera de ella. Empeora su rendimiento académico. No duerme bien y tiene pesadillas.
CÓMO AYUDAR
Desde Unicef indicaron que, al detectar esta situación, se pueden tomar una serie de medidas para ayudarlo: Escucha abierta y tranquila, sin tratar de encontrar la causa o buscar resolver el problema. Tranquilidad: decirle que se le cree y que es importante que lo haya contado, además de reiterarle que no es su culpa y que se hará todo lo posible por ayudarlo.
Hablar con los docentes o la escuela. Apoyo: contar con el apoyo de sus padres es fundamental para los chicos ante los efectos del acoso. Que pueda hablar en cualquier momento con los adultos y poder tranquilizarlo asegurándole que todo irá bien.