El reconocido analista político, Cristian Buttié fue entrevistado en el programa La Otra Campana, que se emite simultáneamente por LT7 Radio Corrientes y LT25 Radio Guaraní, de Curuzú Cuatiá.
En conversación con el periodista Gustavo Adolfo Ojeda, el encuestador abordó diferentes temas vinculados con estudios de opinión pública.
A continuación, lo más sobresaliente de la charla:
¿En que estás trabajando actualmente, teniendo en cuenta la coyuntura política tan movida ?
-En primer lugar, nosotros estamos preparando ya para la semana que viene el ranking de gobernadores del mes de mayo, estamos procesando la muestra y ahí también lo medimos a Javier Milei en cada provincia. Lo que estamos observando, comparado a meses anteriores, es que Milei se ha recuperado un poco en el interior del país. Con respecto a los gobernadores, el grupo de los ocho mucho no se está moviendo. Gustavo Valdés va a entrar en ese grupo como ya se mantiene hace rato. Luego, obviamente hay otro tipo de mediciones con otro tipo de enfoque, por ejemplo una nacional, no provincia por provincia, sino nacional, para medir la imagen del Presidente. Los últimos estudios nos indican que el Presidente tiene el 52 por ciento de imagen positiva en todo el país. Milei arrancó con un 55 por ciento, que a pesar de los cambios y decisiones, la base de apoyo no se ha movido demasiado. Recordemos que será muy difícil que Milei supere el 55 por ciento que es donde arrancó, pero por lo menos el factor esperanza es lo que moviliza a su electorado. La gente está esperanzada por dos razones, primero porque quiere un cambio y encontró un actor que representa ese cambio, y segundo, que el recuerdo del gobierno anterior todavía sigue fresco, lo que Milei siempre retracta como pesada herencia. El recuerdo de la gestión anterior juega fuerte en ese 30% que lo votó en las páginas generales, más el 26% que se anexó en el ballotage. Para ese sector de la sociedad el gobierno peronista es el mal mayor, de manera que Milei – en el peor de los casos – es el mal menor. Por eso lo van a seguir aguantando, y todo esto nosotros consideramos que hay dos etapas, la primera que es en junio, porque ya ahí siempre cuando arranca el segundo semestre te permite tener la base que va a tener el Presidente o el gobierno para encarar el fin de año, y después si, la gran bisagra realmente son a mitad de año, sería junio, pero del año que viene, en este caso el 2025. Recorremos que para esta época, hace cuatro años, Alberto Fernández, en el marco de una pandemia, llegó a tener picos del 70% de positiva, y justamente fue en junio y julio del 2021, con la foto de Olivos, que se rompió al medio y no se recuperó nunca más.
El hasta ayer intendente y hoy gobernador de la provincia de Córdoba ¿Cómo anda? ¿Cómo lo ven ustedes ahí los cordobeses capitalinos?
Llaryora tuvo una posición crítica a principio de gestión de Javier Milei, eso le permitió algo positivo y algo negativo. Algo positivo es la visibilidad nacional. Nunca un gobernador de Córdoba pudo tener injerencia en el Gran Buenos Aires. Para el Peronismo de Córdoba es muy difícil gravitar en el Gran Buenos Aires, ey es de ahi que algunos barones del conurbano dijeron:»Bueno, es algo distinto a lo que estábamos acostumbrados». Por otro lado, lo perjudicó mucho en Córdoba, porque hay una máxima en la política, uno nunca debe pelearse con alguien que mida más que uno.
Como el boxeo
Sí, nunca debe pelearse con alguien que sabe que te puede ganar estrepitosamente. Milei mide más que Llaryora en Córdoba, y eso lo perjudicó. Pero bueno, creo que estos acercamientos van a ir permitiendo que se recupere esa imagen, y que vuelva a tener los 60 puntos, 65 puntos que supo tener Llaryora en otros tiempos.
¿Como viene barajado el mentado «Pacto de Mayo»?
Creo que el Pacto de Mayo ya tuvo algunas expresiones. El gobernador de La Pampa, por ejemplo, ya expresó que no va a participar, Axel Kicillof creo que confirmó que no va a participar, me parece que se van a empezar a generar, grietas. Creo que el gobernador de la Rioja, Ricardo Quintela no va a participar. Tenemos otros gobernadores incluso peronistas que están más cerca de Milei que lo que puede generar el propio Llaryora, por ejemplo el caso de Osvaldo Jaldo, gobernador de Tucumán.
Los senadores nacionales están un poco más alineados a los gobernadores de su provincia, ¿No?
Sí, los senadores generalmente tienen una línea directa, porque recordemos que son aparte de actores políticos importantes en sus provincias, o algunos han sido exgobernadores. Los senadores cumplen un rol fundamental en esa línea entre Gobernador y Ejecutivo. Históricamente, con muchísima impronta peronista, hoy la siguen teniendo, pero con un peronismo mucho más debilitado, porque aparte el oficialismo empuja, como bien decíamos, en el caso de Tucumán, hay que ver lo que sucede en el caso de Córdoba, empujará a encontrar canales alternativos.
Hay muchos errores en la oposición, que no se termina de entender qué quiere y quién manda, ¿No?
Totalmente. Pero el problema también es que en el peronismo tenés acefalia de conducción, y en la Libertad Avanza, tenés una extrema concentración de toma de decisiones en dos actores, en Javier Milei y Karina Milei. Y a la vez, en un escalón más abajo, está Santiago Caputo y el jefe de gabinete, y después viene Franco, y viene el resto de los ministros. Me parece que hay un exceso en la toma de decisiones, una concentración muy, pero muy complicada, porque hoy Javier Milei tiene el margen para poder aplicar esa concentración. El problema es cuando las gestiones empiezan a tener ya no la condición de favorabilidad, porque que ahí me parece que ya no es Milei aplicando lo que él quiera, o la mesa tan chiquita que tiene, sino que se tienen que dar los consensos por una condición sine qua non. Es decir, cuando vos tenés buena imagen, el que te critica se tiene que callar porque sabe que pierde. Ahora, cuando vos empezás a bajar, los que se tuvieron que callar durante mucho tiempo te están esperando para darte, porque el pegarte le es redituable .
¿Un caso puede ser el del ex presidente, Alberto Fernández?
Alberto hoy no puede hablar de nada, pero yo lo que planteo es que los gobernadores que no coincidían con el peronismo nacional en ese momento, en 2020, 2021, principalmente 2021, se tuvieron que callar porque con un Alberto con 70% de positividad era totalmente contraproducente para la críticas. Ahora, al Alberto del 2023, pegarle era un deporte nacional porque te daba rédito político.