Por Jaime Meza
Jefe de redacción-Coordinador Multiplataforma
El año que viene tendrá lugar una batalla por el Sillón de Ferré que promete ser histórica. El contexto nacional, con un Presidente «outsider», decidido a marcarle la cancha a la política tradicional colabora para que Corrientes esté ante un contexto novedoso y, conforme se vaya acercando 2025, la nueva cosmovisión de la ciudadanía obligará a replantear estrategias para que las fuerzas partidarias puedan posicionarse como opción de poder.
Las dos alianzas que desde hace mucho tiempo polarizan las elecciones provinciales se encuentran inmersas en un berenjenal de discusiones que, hasta el momento, no adquieren ribetes extremos. Quizás el radicalismo es el más elocuente, por el peso propio de sus actores principales, pero en el PJ la cosa no es diferente.
Hasta en el espectro libertario local hay peleas, sin que mediática ni virtualmente la gente acuse recibo de lo que se trata. Pero de «que las hay, las hay». De hecho, en el Juzgado Federal hay cuatro sectores que se disputan el sello.
Una entremezcla de ambiciones personales, sectoriales y orgánicas que traspasó la porosa convicción de los dirigentes de todos los colores que circundan la geografía del Taragüí.
En el medio, variables inexpugnables que deberá sortear la clase política vernácula: terminar con los privilegios, la agenda sectaria politiquera y atender con total interés lo que demanda la ciudadanía.
Muy pocos están listos en Corrientes para el cambio que demandó la gente en las urnas el año pasado. Es más, tanto en el oficialismo como en la oposición no dan cuenta de que todo 2023, los correntinos votaron en contra de los candidatos presidenciales relacionados a las fuerzas pertenecientes a los gobiernos locales.
Así se observó que Massa ganara en Goya, o Milei en Virasoro. Ni qué decir para los radicales y compañía, con Bullrich y Larreta perdiendo en casi toda la geografía correntina.
A pesar de ello, las viejas prácticas dirigenciales y la planificación sesgada de las necesidades de los votantes se mantienen al día, como tratando de olvidar el mensaje explícito que se dio en las urnas.
En este marco, las escaramuzas puertas adentro de las diferentes fuerzas políticas comenzaron a asomar. Algunas, de manera subrepticia, otras ya con evidente actitud de choque y una pequeña pelea entre libertarios que pasa absolutamente desapercibida.
Justicialistas, en la cuenta regresiva
Corrientes es «República aparte» y más incluso en política, sobre todo en el peronismo. Sin embargo, la actualidad muestra una condición regular a escala nacional como provincial en cuanto a las tensiones vigentes puertas adentro del justicialismo, importando recordar que en la interna del partido «los de afuera son de palo», esto es los que supieron ser parte de Unión por la Patria que deberán resolver cada uno de esos espacios sus propias internas, con excepción del sector de Gustavo Canteros, que cobró vuelo propio, con un derrotero claro alejado tanto del peronismo como de ECO. Aunque se llevó la cosecha de dos bancas que obtuvo merced a las intervenciones partidarias.
Un claro ejemplo lo dejó días atrás uno de los referentes máximos que tiene el PJ, Aníbal Fernández. Sin ningún disimulo ni intención de amilanar su postura, sentenció durante una entrevista: «El peronismo tiene que tener las pelotas para dar una batalla contra La Cámpora. No podemos soportar otra vez a un chabón que está donde está porque es el hijo de una dirigente de la que me siento orgulloso, a ella no le quito ningún mérito», dijo. Y aseveró que los camporistas, «las cosas que han hecho han sido dañinas. No tengo mala onda con él (por Máximo Kirchner) ni bronca, pero lo que no voy a hacer es callarme». Es reflejo de la fuerte tensión que existe en el PJ bonaerense, donde el Gobernador mantiene un pleito con final abierto con el hijo de la ex Vicepresidente, y ya no oculta sus aspiraciones presidenciales con contactos que vienen dando qué hablar con gobernadores de otros espacios como el chubutense Torres del PRO o el radical Pullaro, de Santa Fe.
En Corrientes, con el PJ intervenido, nadie duda de la necesidad de normalizar sin más demora el partido, aunque se piden algo más que señales, en una clara desconfianza hacia las intervenciones políticas que no han dejado buenos recuerdos.
Las prevenciones son lógicas. Se pide ni más, ni menos que se definan las reglas de juego antes de comenzar el mismo para evitar después las dilaciones que se sucedieron en complejos procesos electorales en tiempos de Julio Romero o Vicente Joga. Todo un tema que no parece menor, porque nadie con experiencia se sienta en una mesa a jugar sin saber las reglas de juego que son las que permiten definir la ingeniería electoral interna, la estrategia y la administración de los recursos.
La propia interventora, Teresa García dejó en claro que «no hay reuniones del partido». Lo tuvo que remarcar luego de que un espacio intentara instalar que el PJ patrocinaba reuniones en Capital como en el Interior, reuniones auspiciosas, por cierto, pero que, para no confundir, debe quedar en claro que son representativas de sectores que apuntan a competir en las elecciones internas. Un detalle no menor si de contener a todos los dirigentes del peronismo se trata.
Lo cierto fue que esta iniciativa fue saludada puertas adentro, por proponer el debate y la planificación de estrategias, pero no es menos cierto que el ansia de algunos exponentes no colabora para enviar un mensaje claro a los correntinos.
Al punto que se promocionan candidaturas a la Gobernación que son propias de otro tiempo, salvo que se acuerde -y no habría que descartar- que las internas partidarias y electivas se terminen unificando.
Esta será la responsabilidad de una Intervención partidaria que sabe que no tendrá «un cheque en blanco», aunque sí el acompañamiento de llevar a cabo una tarea que dista de ser difícil, pero que no admite improvisación.
Libertarios intentan
La Libertad Avanza activó un operativo territorial a escala nacional para armarse orgánicamente para competir en 2025. Esto llevó a movilizar a la dirigencia en cada distrito. En Corrientes, uno de los referentes buscó mostrar fuerza territorial al acompañar un cónclave provincial de la juventud libertaria que tuvo lugar el jueves 16 en la Capital provincial. La asistencia fue discreta.
A la vez, hay otro que supo hacer campaña como un verdadero «outsider» de la política que luego debió conformarse con ser Parlamentario del Mercosur, cuyas diferencias con quien hoy aparece como figura libertaria local lo hicieron correrse de los primeros planos mediáticos.
En el laboratorio de análisis de La Libertad Avanza hay una triada de nombres que están en el bolillero, incluso el de un radical, el de un liberal con historia y un Intendente del Interior. Los entusiasma la idea de la posible conformación del escenario electoral provincial y el hecho de que el sistema electoral de doble vuelta les permita augurar una competencia donde podría pesar la figura del Presidente.
«Eco» judicial
Los radicales acapararon la escena con la postura prácticamente intransigente de un hueso duro de roer como es Ricardo Colombi. El mercedeño está decidido a marcarle la cancha a sus -ahora- ex laderos que optaron por apuntalar a Gustavo Valdés en el derrotero por la presidencia de la UCR.
Si bien, en la primera avanzada, el tres veces Gobernador recibió un revés judicial, que consideraba previsible, todo indica que continuará por las distintas instancias legales vigentes para exponer su planteo sobre lo que considera, un accionar perjudicial para la orgánica de los de Alem (ver página 2).
La razón de esta ofensiva quizás haya que buscarla por la necesidad de ganar tiempo, más allá del resultado de los planteos, para que la foto de hoy no sea la del momento de las grandes decisiones que, claro está, de momento no es propicio para el ex mandatario provincial.
Intertanto, hay varios nubarrones que se suceden mientras los correligionarios se tiran de las orejas. Diferentes fuerzas que forman parte del conglomerado político llamado ECO + Vamos Corrientes transitan internas que, hasta hoy, buscan esconderse debajo de la alfombra.
De esta manera se puede mencionar la puja latente en el autonomismo, con un sector valdesista confrontando con José Romero Brisco y el histórico «Pocho» Romero Feris que, desde siempre, sirvió de timonel para la histórica fuerza que supo ser potencia provincial.
Entre los liberales también hay algunos chisporroteos, con una línea libertaria que invita a aprovechar la nueva coyuntura, apoyando las ideas de Milei y acompañando la iniciativa de la boleta única. Algo que los radicales no quieren ni ver. Del otro lado, los «celestes» que vienen acompañando «a libro cerrado» al radicalismo desde la Legislatura.
Y así se podría ir repasando cada uno de los sellos que componen ECO. Pero, al destacar sólo estos ejemplos, se demuestra la situación tensa que ya se instaló, lo que da qué pensar qué pasará cuando arrecie la llegada de 2025.
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