Fue a agenda abierta: de la preocupación por la situación de niños y ancianos, a reclamos por Malvinas.
20-CONTRATAPA-3Tal como se esperaba, el Papa Francisco recibió ayer a la vicepresidente, Victoria Villarruel, en una audiencia que duró casi una hora, un tiempo muy largo, superior al que suele darse entre dos personas que hablan el mismo idioma y fue algo que indicó de que se trató de un encuentro muy positivo.
Villarruel, que es católica conservadora, culminó así su primera gira europea, en la que se reunió en España con el rey Felipe, su par del Senado y referentes del partido de ultraderecha Vox. Según pudo saber el diario La Nación de fuentes vaticanas «fue una charla larga en un clima muy cordial, se habló de los problemas del país y el Papa escuchó atentamente los diversos temas que ella le planteó».
«La reunión duró casi una hora en un clima de mucho afecto, con demostraciones de cariño de parte del Sumo Pontífice hacia la figura de la Presidente del Senado argentino. La conversación giró sobre varios temas y, él que como es habitual de su parte, su Santidad manifestó su interés por la situación de nuestro país», dijeron fuentes cercanas a la Vicepresidente de la Nación. «Francisco se mostró contento con el encuentro y agradecido con la visita y el presente que Villarruel le llevó especialmente desde la Argentina: una estatua de un caballo con su potrillo. Además, ella le obsequió un dulce español y él le entregó un Rosario bendecido junto a otros presentes», agregaron.
El video que subió Villarruel en su cuenta de X, en efecto, confirmó que el clima fue muy bueno y relajado desde el principio. «Buen día señora, cómo está, un gusto verla», la recibió el Papa, que después de darle un beso de bienvenida y estrecharle la mano, ostentó su habitual humor porteño. «Todavía vivo», le dijo, cuando ella le preguntó cómo estaba y le retrucó con una pregunta pícara: «¿Y usted sobrevive?», refiriéndose a la situación siempre al «rojo vivo» de su madre Patria.
En otras imágenes del habitual intercambio de regalos que suele haber al final, cuando pasa a saludar también el séquito -entre el que se destacaba su secretaria privada, Guadalupe Jones; María Laura Arnejo, directora de ceremonial del Senado y el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino-, la Vicepresidente incluso tuteó al Papa Francisco: «Gracias a vos Santo Padre por recibirme».
El encuentro tuvo lugar en la biblioteca del Palacio Apostólico y la Vicepresidente vistió de riguroso negro. Aunque la número dos del Gobierno de Javier Milei, de 49 años, ya conocía a Bergoglio, de 87 años, de sus tiempos de Arzobispo de Buenos Aires, cuando fue a hablarle de las víctimas de terrorismo, fue la primera vez que se vieron en sus nuevos roles.
«Gracias por la visita y a no aflojar, a no perder el sentido del humor», se despidió el Papa, que la acompañó hasta la puerta de la biblioteca, muy sonriente. «No, no, rezo por usted, pero usted rece por mí», lo saludó ella, evidentemente muy contenta y satisfecha, y cerró: «Hasta luego, Papa Francisco».
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