El diputado nacional por la Provincia del Chaco de La Libertad Avanza, Carlos García, entrevistado por EL LIBERTADOR, afirmó que la Ley de Bases y Puntos de Partida es fundamental para otorgar libertad a la sociedad, eliminando regulaciones y controles que impiden el desarrollo productivo.
Subrayó que la aprobación de esta ley, con cambios respetados por el Senado, demuestra la capacidad del Gobierno para dialogar y alcanzar consensos, y proyecta buena gobernabilidad tanto a nivel nacional como internacional.
Ratificó su rechazo a la ejecución de impuestos y evaluó que es necesario encontrar un sistema tributario que minimice el esfuerzo fiscal.
El legislador, además, calificó al Impuesto a los Bienes Personales de esencial para instituir un programa de blanqueo de capitales que tienda a crear un sistema impositivo atractivo que fomente la inversión en el país y promueva la producción y el empleo.
Así se desarrolló parte de la conversación.
¿Cuál es su opinión general sobre la Ley de Bases y Puntos de Partida? ¿Qué modificaciones considera más significativas?
-La Ley de Bases y Puntos de Partida es una herramienta fundamental que ha logrado el Gobierno no para sí mismo, sino como una medida que otorga libertad a la sociedad. Hay que comenzar a desandar un camino de regulaciones, controles, permisos y trabas que sólo impiden que las fuerzas productivas despeguen y se pongan en marcha. Nuestra intención era insistir en el proyecto inicial que salió de Diputados, pero se respetó los cambios que vinieron del Senado. Esto demuestra la voluntad de diálogo y consenso del Gobierno nacional, algo que siempre se le criticó sin fundamento. Esto demuestra no sólo internamente, sino también al mundo, que esta administración puede lograr una buena gobernabilidad independientemente de las diferencias ideológicas y de ser minoría en ambas cámaras.
¿Cuál fue su postura durante el debate sobre el Artículo 111 y la reintroducción del Impuesto a las Ganancias?
-Todos los impuestos son malos, pero hay que buscar el sistema tributario más saludable para la sociedad, aquel que requiera el menor esfuerzo fiscal para el contribuyente. Creo que esto se logra mediante una reforma donde eliminemos los más de 40 impuestos nacionales para quedarnos sólo con cinco, aquellos que son los menos distorsivos y regresivos, entre ellos el Impuesto a las Ganancias, que sería el menos malo de los impuestos. La reintroducción de este impuesto se basa en la lógica de que se reducirán otros impuestos que castigan al capital y al emprendimiento.
¿Cuál fue su voto en relación a las modificaciones al Impuesto a los Bienes Personales? ¿Qué efectos prevé que tendrá su aplicación?
-Mi voto fue afirmativo. Creo que en el Senado no prosperó porque muchos no entienden los efectos y la motivación de reducir el Impuesto a los Bienes Personales. Este cambio está enmarcado dentro del programa de blanqueo de capitales para que el capital ingrese al sistema formal y se invierta en el país. Para ello, es necesario tener un sistema impositivo atractivo y que no castigue fuertemente con el Impuesto a los Bienes Personales. Si comprendemos esta lógica, nos daremos cuenta de que la intención es crear un marco atractivo para que ese capital, que actualmente no se destina a la producción y creación de empleo, encuentre el canal adecuado para hacerlo.
Principios para un Estado menos intervencionista
¿Qué mensaje daría a los ciudadanos a modo de reflexión sobre la trascendencia del debate y la votación de este paquete de leyes?
-Fueron seis meses de trabajo y búsqueda de consensos que demuestran la vocación de diálogo de nuestro espacio, las ganas de contribuir a cambiar el rumbo del país, de torcer la historia decadente de nuestra Nación para encaminarnos hacia un sendero de prosperidad, paz y armonía institucional. Es fundamental que nos pongamos de acuerdo entre todos los dirigentes para, de una vez por todas, terminar con las mezquindades políticas y establecer principios básicos que logren un Estado menos intervencionista y que castigue lo menos posible al individuo en su búsqueda de un proyecto de vida.
Un paso gigante en la dirección correcta
¿Cuál es su valoración sobre el resto de las normas incluidas en la Ley de Bases y Puntos de Partida?
-Como mencioné, la idea del bloque era insistir en el proyecto original que salió de Diputados. No obstante, esta ley es un paso gigante en la dirección correcta. Por ejemplo, el Rigi (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) es una herramienta para que grandes capitales, nacionales o internacionales, inviertan en nuestro país, generando empleos directos e indirectos y creando empresas satélites que proporcionen la logística y los bienes y servicios a estas mega inversiones superiores a 200 millones de dólares. Junto al DNU, son las herramientas que dan una señal de gobernabilidad y que este proyecto político y plan económico se pueden ejecutar, que los proyectos de leyes que el Ejecutivo envíe al Congreso pueden tener el respaldo de la política e implementarse para dar previsibilidad, reglas claras, seguridad jurídica y que en definitiva se va a respetar la vida, la libertad, la propiedad privada, derechos fundamentales que hasta hoy eran vulnerados.
¿Qué medidas específicas de la ley considera más relevantes para la población?
-Una medida muy esperada por gran parte de la sociedad argentina es el aumento de los topes del monotributo, que aliviará y dará más flexibilidad a miles de trabajadores. El Rigi, como mencioné previamente, también es crucial. Además, la reforma del Estado busca hacer más eficiente la administración pública nacional.
¿Qué impacto espera que tenga esta ley en la inversión y el crecimiento económico?
-La Ley de Bases y Puntos de Partida tendrá un impacto significativo en la inversión y el crecimiento económico. Generará confianza en los mercados, mejorando el precio de los bonos soberanos y estabilizando el dólar y las expectativas de inflación. Además, el Rigi atraerá grandes capitales a sectores clave como la energía, el petróleo y la minería. Finalmente, el blanqueo de capitales permitirá a los bancos ofrecer más préstamos, fomentando el crecimiento del sector privado.
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