En una noche para el recuerdo, Boca se consagró campeón de la 40° edición de la Liga Nacional. El Xeneize se impuso por 79-72 ante Instituto, para ganar el sexto punto de esta apasionante serie de Finales, y así obtener por cuarta vez en su historia el título de la máxima categoría de nuestro básquet.
Con jerarquía individual, pero también juego en equipo sobresaliente, Boca impuso condiciones para festejar en una Bombonerita verdaderamente colmada, tal como sucedió en toda la serie.
El MVP de la serie fue José Vildoza (13 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias) que en la noche del viernes estuvo acompañado de Leonel Schattmann (15 puntos) y Wayne Langston (14 unidades y 5 rebotes) como principales vías de gol.
El Xeneize tuvo un tercer episodio supremo, sin titubear adelante y lastimando a placer (12 triples y cuatro jugadores con doble dígito), defensivamente muy aplicado, comenzó a quebrar el juego como no había sucedido en los cinco partidos anteriores donde primó la paridad de principio a fin.
En el final no hubo mucho más para decir: Boca, con su jerarquía, intensidad y lucidez, se terminó coronando por cuarta vez en su historia como campeón de La Liga Nacional. Fue un 79-72 claro, contundente y merecido.
JOSÉ VILDOZA, EL MVP
En las Finales Boca fue de menor a mayor, tal como sucedió durante toda la temporada. Pero desde el inicio de los playoffs, el Xeneize dio un plus más y aunque el camino previo no fue para nada sencillo (bajó a San Lorenzo 3-1 y a Quimsa 3-2), el equipo se complementó de la mejor manera y cada quien hizo su labor para quedarse con una nueva corona en la máxima categoría del básquet nacional.
Marcos Mata, Leonel Schattmann, Leonardo Mainoldi, Sebastián Vega o José Defelippo fueron los hombres que más aportaron; pero hubo uno que se destacó por encima en la serie ante Instituto, y quien terminó llevándose el galardón de MVP: José Vildoza.
El base de 28 años, tuvo una serie con altos rendimientos, destacándose en casi todos los partidos y apareciendo en los momentos más difíciles. En total promedió 14.0 puntos, 3.3 rebotes y 3.1 asistencias.
Pepe fue determinante durante todo el año y ese nivel lo llevó a ser elegido dentro del quinteto ideal de la temporada. Un anotador implacable capaz de castigar prácticamente desde cualquier sector de la cancha. Siempre tuvo un as bajo la manga, un truco más, para rescatar a su equipo con un bombazo desde el perímetro, una bandeja o una penetración con tiro desde media distancia.
Siempre estuvo presente cuando Boca lo necesitó tanto como anotador o generador y fue el factor decisivo para que su equipo gritara campeón.