Desde este jueves, y hasta el sábado, se lleva a cabo la 13ª edición de la Feria del Libro de Curuzú Cuatiá.
“Esta feria nunca paró. Más allá de la pandemia y los momentos difíciles, siempre redoblamos la apuesta. Incluso en momentos de encierro realizamos ediciones virtuales internacionales y eso hizo que, para esta edición, tengamos 75 propuestas de actividades tan variadas como presentaciones literarias, talleres y conferencias de todo tipo”, dijo la directora de Cultura y Turismo de Curuzú Cuatiá, Virginia Aguirre Talamona.
Hasta este miércoles ultimaron detalles, recibiendo a las editoriales y librerías para que, en el Club Social, pudieran armar sus respectivos stands para recibir al público local y a los visitantes.
“Hay que transformar el histórico espacio del Social en un lugar para que exposición de libros y, además, incorporar salas para las presentaciones y las conferencias”, contó.
A lo que aclaró: “Las repercusiones que tuvimos fueron maravillosas y esto, creo, tiene que ver con que esta feria nunca paró, ni en pandemia”.
Con respecto a la Feria, Talamona dijo que la característica es el contenido intelectual: “En su oportunidad hicimos encuentro de turismo, un encuentro de chamamé y en el marco de este encuentro queremos generar contenido relacionado a nuestra música, pero con nuestra historia. Lo vamos a hacer con nuestros recursos y la capacidad de generar contenido intelectual regional en pos de seguir avanzando”.
En consiguiente afirmó que “es una feria que tiene por ejemplo presentación del libro sobre la inseminación artificial en animales, tiene una presentación de literaturas y novelas históricas, la historia de Juan Bautista Cabral, Manuel Belgrano, pero, sobre todo, vamos a hablar e investigar sobre chamamé”.
EN EPOCAS DE PANDEMIA
Además, relató que “en época de pandemia, que era todo virtual, realizamos el encuentro con conferencias de carácter internacional, eso marcó la diferencia porque nos obligó a reinventarnos y a no quedarnos quietos”.
No obstante, la funcionaria indicó que fueron tres las ediciones internacionales. “La primera invitamos a 19 escritores de 20 países. Hasta hoy nos acordamos que tuvimos dos experiencias que quedarán como anécdota. Teníamos un escritor árabe que hablaba un inglés tan cerrado que no había forma de entenderlo y un italiano que tampoco teníamos forma de comunicarnos por lo que, necesariamente, tuvimos que buscar intérpretes para que pudieran participar”, recordó.
“La primera feria del libro virtual en 2020 en la que trabajamos de manera mancomunada con Fundación Estero de Carolina Zamudio, una escritora Curuzú Cuateña que está posicionándose a nivel internacional. Ella y los contactos que aportó hicieron posible este desafío”, dijo.
A lo que agregó: “También fue la primera edición de Flor del Espinillo nuestra colección de libros por lo que la feria nos ayudó también a fortalecer este proyecto que lleva más de un veintenar de obras editadas, idea que nos movilizan a seguir generando bibliográfico sobre todo para las escuelas”.