Por Noel Breard*
Se publicó en la sección «Cara a Cara» del diario Clarín una nota que me provocó una opinión, ya que difundieron un reportaje del sociólogo italiano Giuliano da Empoli, del cual te adjuntamos su libro Los ingenieros del caos, que podés leer y descargar.
Es un libro para comprender la planificación estratégica que, utilizando sentimientos de ira, frustración y cansancio de la gente, más el uso de algoritmos, logró sustituir a los partidos tradicionales y conformar una «internacional reaccionaria».
El autor cita como ejemplo el Brexit en el Reino Unido, donde se segmentó a la población mediante inteligencia artificial basada en algoritmos, logrando convencerlos de verdades convenientes para el poder. A través del sistema de comunicación, se produce un «transbordo ideológico» inadvertido, lo que lleva a que grupos contradictorios terminen votando por ideas construidas en torno al discurso anti-casta.
En una entrevista, Giuliano comparó este movimiento con una cadena de establecimientos comerciales: «Nosotros garantizamos un mejor servicio y somos más eficaces para responder a las demandas ciudadanas. La vieja partidocracia es como un videoclub Blockbuster, mientras que nosotros somos como Netflix».
El autor señala la existencia de un hilo conductor en esta planificación global. Por ejemplo, menciona al exasesor de Trump, Steve Bannon, el caso del Brexit, y destaca a Julian Assange (Wikileaks) como uno de los primeros ingenieros del caos. Según él, estos ingenieros están reinventando la propaganda para adaptarla a la era de las redes sociales y, al hacerlo, están transformando la naturaleza misma del juego democrático.
Otro ejemplo es el movimiento de los chalecos amarillos en Francia, que utilizó Facebook y otras tecnologías para organizarse. En Alemania, el partido AFD (extrema derecha) empleó algoritmos para vincular digitalmente cada mención del nombre de Angela Merkel con políticas migratorias y terrorismo, reforzando su discurso xenófobo.
El libro nos desafía a una profunda autocrítica, ya que describe cómo se llevó a cabo esta mutación política. Nuestra respuesta debe ser romper con este «fin de la historia» que intentan imponer, superarlo mediante un enfoque cualitativo, y defender valores trascendentes. Debemos entender que la nueva era requiere incorporar tecnología e inteligencia artificial al servicio del bien común, la solidaridad y la construcción de confianza para legitimar la representación democrática.
Dos buenas noticias resaltan en este contexto: Trump podría perder en las elecciones de noviembre, y el Brexit, como emblema de esta internacional reaccionaria, ya fracasó en el Reino Unido. Después de 14 años, el laborismo volvió al poder tras el colapso de este modelo.
En la Argentina, el ingeniero del caos es Santiago Caputo. El desafío que enfrentamos es titánico, pero no se trata de volver al pasado, sino de construir alternativas inteligentes. En este tiempo de gobierno, que debe cumplir sus cuatro años, la ciudadanía debe entender que una economía de mercado no es suficiente para construir una sociedad ni una nación. Necesitamos avanzar en un nuevo sistema de creencias, equilibrando «tiempo y valores compartidos», ese es el camino a seguir.
En mi opinión, esta «internacional reaccionaria» utiliza una interpretación gramsciana, combinando la ira de la gente con algoritmos, logrando que los intereses personales y egoístas de un grupo hiper-rico, tal como denuncia el Papa Francisco, se impongan como valores universales.
Estos arquitectos macabros de la inteligencia artificial convencen de manera segmentada a las mayorías, logrando que las víctimas colaboren con sus victimarios. El caso del Brexit es un claro ejemplo, donde el Reino Unido comenzó a experimentar el fracaso de este modelo por la implosión económica que generó. Debemos avanzar hacia una nueva utopía, superar el colapso político de los partidos tradicionales y construir una política basada en valores compartidos, para lograr una sociedad más solidaria, eficiente y con legitimidad democrática.
*Senador Provincial UCR