Cada 15 de noviembre, se recuerda el aniversario de la desaparición con 44 personas a bordo, del submarino ARA San Juan en 2017.
La Armada había perdido contacto con la nave a la altura del golfo San Jorge, poco después de que el jefe de operaciones informara sobre un principio de incendio en el tanque de baterías número 3.
El ARA San Juan había partido el 8 de noviembre desde la Base Naval Ushuaia para dirigirse de regreso al puerto de Mar del Plata. La búsqueda del submarino ARA San Juan duró un año, y fue hallada a 907 metros de profundidad el 17 de noviembre de 2018, a 597 kilómetros de la ciudad de Comodoro Rivadavia.
Por el naufragio del ARA San Juan, la jueza federal de Caleta Olivia Marta Yáñez dispuso el procesamiento de 2 contraalmirantes 4 capitanes de navío, un capitán de fragata y un capitán de corbeta.
CRONOLOGÍA TRÁGICA
La cronología comienza el 4 de noviembre de 2017 cuando el ARA San Juan llegó a destino sin novedades. Una semana después, el 11 de noviembre, participó del ejercicio de ataque submarino con la Flota de Mar. El resultado fue exitoso y nada parecía indicar que la operación tendría un desenlace fatal.
Antes de comenzar la nueva etapa de su “orden de operaciones” (custodiar el Mar Argentino e informar en una planilla los buques extranjeros que ingresaban a las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva para depredar los recursos naturales) dos suboficiales, Juan Gabriel Viana y Humberto René Vilte, se bajaron por problemas personales. Por esa razón, la tripulación del ARA San Juan al momento de la tragedia era de 44 personas.
El comandante del buque Pedro Martín Fernández había solicitado, después de la navegación del mes de julio del mismo año, que se los releve de esa tarea porque un potero chino intentó embestirlos al descubrirlos. También explicó que la sofisticada máquina de guerra podía enredarse con las “artes de pesca”. La sugerencia no fue tomada en cuenta. En esa tarea estaba el martes 14 cuando comenzó la cuenta regresiva hacia su desaparición.
En un informe elevado al Congreso e incorporado al expediente se destaca que los problemas a bordo del submarino habían comenzado minutos antes del 15 de noviembre de 2017.
A la diez de la noche del martes 14, en su último mensaje de rutina, reporta que navega normalmente. A las 23:42, el jefe de operaciones del navío informa al jefe de operaciones de la fuerza de submarinos en Mar del Plata sobre un principio de incendio en el tanque de baterías 3. Fue el comienzo del final. En la siguiente comunicación, esta vez oral y ya en la madrugada del 15, comunica que la tripulación se encontraba bien.
A la 0:58, en medio de un temporal de viento y olas de hasta siete metros, el capitán de fragata Fernández detalla lo sucedido al comandante de la fuerza de submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, quien le ordena cancelar la patrulla y poner rumbo a Mar del Plata.
Fernández, si bien no lo contradice, le responde que lo hará una vez que el submarino, que avanzaba a una velocidad de 5 nudos (9,26 kilómetros por hora), pudiera volver a sumergirse. Villamide le indica que cambie el Aviss (ruta o derrota) para facilitar el regreso directo a la base.
A las 7:19 se produce la última llamada de voz, detectada por el sistema Iridium, que se convertiría luego en una de las dos principales referencias de búsqueda del submarino. El comandante Fernández informa que estaban “cansados y que vamos a bajar a plano profundo a descansar y luego inspeccionar el tanque de baterías”. La velocidad seguía siendo de 5 nudos y el submarino se encontraba en inmersión y a plano de periscopio. Tiempo después, la Armada confirmó que en la zona de la desaparición se registró una explosión.
A siete años del hecho, avanza en la Justicia la causa por el siniestro para terminar de esclarecer si existieron responsabilidades políticas detrás de lo sucedido.
HOMENAJE EN MAR DEL PLATA
Este viernes en Mar del Plata, el ministro de Defensa, Luis Petri entregó a los familiares un cofre con una bandera, en recuerdo de los marinos que murieron trágicamente.
“Que sepan todos que su vida y su muerte tuvo un propósito, defender los intereses vitales de la Argentina”, dijo el ministro en la ceremonia, en la que, además, anticipó que para el Estado nacional y para su fuerza naval en particular “recuperar la capacidad de submarinos es una prioridad”.
Con Infobae & La Nación & Ministerio de Defensa