Del Lobisón al Jasy Jateré, un repaso de los monstruos regionales que causaron temor a generaciones.
Los monstruos son parte fundamental de todas las culturas y Corrientes no se queda atrás. La mitología guaraní ostenta una riqueza reconocida y respetada que sobrevivió al paso del tiempo y sigue muy presente en la comunidad. Leyendas como la del Lobisón, el Pombero o el Jasy Jateré son muy conocidas en la región. Pero hay otros seres a los que no se nombra con tanta frecuencia y a los que vale la pena rescatar. Ahora, varios de ellos van a cobrar vida en el parque Cambá Cuá gracias a una iniciativa de la Municipalidad de Corrientes y este es un repaso de sus historias para que se los conozca un poco más.
Las leyendas comienzan con «los siete hermanos monstruos» como se conoce a los hijos de Taú, la personificación del mal, y Keraná, la hija del segundo hombre creado por Tupâ. La maldición de una diosa los condenó y así nacieron:
*El Teju Jagua (se lee Teyú Yaguá): fue el primero y su nombre significa Lagarto Perro. Se lo representa como un enorme lagarto con siete cabezas de perro que lanzaban fuego con la mirada. Tupâ le quitó la maldad y se alimentaba de frutas y miel. Se lo considera señor de las cavernas y protector de los tesoros de la tierra.
*El Mbói Tu’i: el segundo hijo, una gran serpiente con cabeza de loro y pico enorme que habitaba según la leyenda en los esteros y pantanos. Dicen que sólo come naranjas agrias y protege a los animales acuáticos.
*Moñái: el tercer hijo. La leyenda lo describe como una enorme serpiente con dos cuernos que brillan en su cabeza. Como le gustaba robar elementos de valor y ocultarlos en su cueva, los miembros de una tribu lo derrotaron gracias a una princesa que se sacrificó para poder engañarlo. Dicen que es el benefactor de los ladrones y los pícaros.
*Jasy Jateré: es el cuarto hermano y el único que no parece un monstruo ya que lo describen como un niño rubio de ojos azules. Se dice que anda a la siesta y se lleva a los niños traviesos que no duermen. Los hipnotiza con una vara mágica y los deja tontos y algunas veces, sordos.
*El Kurupí: el quinto hermano. Lo ilustran como un hombre repulsivamente feo, que tiene los pies hacia atrás y con un miembro exageradamente largo y grueso, al punto que lo tenía que enrollar en su cintura. Cuenta que raptaba a las mujeres y las violaba provocando los embarazos no deseados y que también asesinaba a los niños pequeños.
*El Ao Ao: el sexto hermano y uno de los más feroces. Lo ilustran como una gran oveja que se para en dos patas y que tiene garras feroces con las que despedaza a las personas que tienen la mala suerte de encontrarlo en el monte. Nadie se puede escapar, ni trepando a un árbol porque andan en grupo y con sus garras cavan en la tierra hasta que lo echan y así atrapan a sus víctimas.
*El Lobisón: el séptimo hijo varón, de ahí la leyenda que se conoce en todo el país. Es un hombre que se convierte en una bestia las noches de luna llena y dicen que se roba y devora a los niños recién nacidos, así como a las gallinas y otros animales, además de comer carne podrida en los cementerios. Sería un primo del hombre lobo europeo.
Después de estos monstruos hermanos, otros seres muy conocidos son:
*El Pombero: es un duende con apariencia de un hombre bajito, fornido y petacón. Protector de los pájaros y los montes. Para ganarse su favor suelen dejar caña y cigarros y él les concederá algún deseo.
*La Pora: así se conoce a las almas en pena que andan por las noches en busca de un rezo que les permita subir a los cielos. Se manifiesta con silbidos, gritos, luces y causa temor.
*El Karaí Octubre: El duende de la abundancia. Se lo muestra como un señor alto y flaco que anda con una bolsa en la espalda. Cada primero de octubre recorre las casas para ver si a las familias les quedó comida desde el invierno. Si no ve nada, significa que no trabajaron lo suficiente y los castiga. Por eso hay que cocinar mucho.
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