En el peronismo hay ebullición. Ya no hay dudas de que el proceso electoral quedó trunco. A pesar de que hace más de tres meses se anunció con bombos y platillos la fecha del 9 de marzo, en los hechos nada conducente se ha hecho. Está claro que se pretendió, bajo la formalidad de una elección interna dibujada, avanzar con una lista entre gallos y medianoche, en otro capítulo de una serie ya vista.
En esta oportunidad, se pretendió involucrar a la nueva Presidente del PJ Nacional que, rápida de reflejos, anticipó que vendría a Corrientes recién después de unas internas que por ahora están verdes. Aun así, actúan en el territorio operadores, más allá de que el diputado nacional, Jorge Romero, que es a quien se intervino el partido en 2019 y que ya anunció su propósito de competir, descalificó la pretensión de José Ottavis de constituirse en el armador del peronismo correntino. Sin pelos en la lengua, Romero le negó ese carácter y dijo que, en todo caso, sería promotor de uno de los sectores en pugna.
Lo concreto es que la mala praxis de los bonaerenses está llevando a que en lugar de ordenarse de abajo hacia arriba, fortaleciendo las estructuras locales que le dan fuerza a la herramienta partidaria y potencia a la oferta electoral, se ha ingresado en la multiplicación de candidatos a presidentes o gobernadores, con lo cual se genera una diáspora hacia abajo, perjudicando los marcos de unidad locales al pretenderse, desde lo provincial o nacional, que opten por unos u otros, con el agravante de que, en plena interna partidaria, irrumpan los nombres de potenciales aliados como Germán Braillard, Emiliano Fernández o el propio Ricardo Colombi, que apuntan a llevarse la candidatura mayor de un peronismo desnortado.
Ahora, Ana Almirón sumó su nombre. Habrá seguramente más, una vez que se sepan las reglas de juego sin cuyo conocimiento nadie puede sentarse con seriedad a ser parte de una competencia a lo chamamé.
La Junta Electoral que aún no se define tendrá que alumbrar decisiones que a la vez quedarán sujetas a la revisión de la Justicia Federal. Entre ellas, el lugar de funcionamiento, sus autoridades, horario de atención, personal habilitado, la contratación de la Gendarmería Nacional y, fundamentalmente, resolver los lugares de votación en toda la provincia para tramitar el permiso a los establecimientos escolares, luego de lo cual recién se podrá pedir el presupuesto al Correo, que tendrá a su cargo la distribución y recolección de las urnas, el informe en tiempo real mediante telegramas de los resultados escrutinio provisorio y el envío de las urnas al subsuelo del Correo donde se hará el escrutinio definitivo. Antes, la Junta deberá hacer público los lugares dónde se exhibirán en los 75 municipios al transparente los padrones para el control y reclamo de los afiliados.
Ana Almirón, referente cristinista en el (PJ) de Corrientes, destacó la importancia del proceso de reordenamiento del partido en la provincia, estando ella misma anotada como precandidata a diputada nacional para las Primarias, para las cuales, hasta ahora sólo ella y el ex diputado nacional, Rodolfo Martínez Llano están en carrera.
Con boleta única, y boleta corta las posibilidades de manipular las listas desde Buenos Aires desaparecen. Algo que preocupa en el Instituto Patria, donde se apunta a lograr una nómina marca líquida del cristinismo.
En una reciente entrevista, Almirón, que mantiene abierta una sórdida disputa interna dentro de La Cámpora, en la que cuenta con el apoyo de Ottavis, reafirmó su compromiso tanto con el proyecto político nacional encabezado por Cristina Fernández de Kirchner, como con la reestructuración del partido a nivel local.
“Hoy tenemos un rol protagónico doble”, expresó Almirón, destacando la relevancia del trabajo conjunto con Cristina para reorganizar el PJ no sólo a nivel nacional, sino también en Corrientes.
Subrayó la importancia de una interna democrática para la elección de cargos electivos y partidarios, lo que permitirá un proceso de normalización del partido en la provincia. Este es un paso fundamental para garantizar que sean los afiliados quienes tomen las decisiones, alejando el partido de las decisiones verticalistas.
Además, Almirón mencionó la participación de varios compañeros en la disputa por la presidencia del PJ provincial, destacando la necesidad de incluir a más mujeres en la conducción del partido. «Creo que es el momento de que una mujer pueda conducir los destinos del partido en nuestra provincia», dijo y confirmó su intención de ser presidenta del PJ.
Sobre las candidaturas para la Gobernación de Corrientes, respaldó la de “Tincho” Ascúa, intendente de Paso de los Libres, que es el candidato impulsado por Ottavis. «Estamos trabajando para que Tincho sea nuestro candidato», afirmó. Sin embargo, también reconoció la posibilidad de alianzas con otras fuerzas. Aunque está claro que el peronismo no resignará la candidatura mayor, lo cual en definitiva va a depender de la integración, tanto del consejo como el congreso provincial y de las facultades que le otorgue la carta orgánica que finalmente se aplique.
Con la mirada puesta en el futuro, Almirón dejó en claro que el objetivo del PJ de Corrientes es construir un partido amplio y abierto, que escuche y represente a todos los afiliados, sin caer en prácticas que limiten la participación política, algo que ocurrió hasta ahora como que en las elecciones de 2019 no se permitió que la boleta larga pudiera ser utilizada por todos los candidatos.
La propia composición actual del Consejo Nacional la muestra a Cristina rodeada sólo de los propios. No pudo legitimar en interna sus aspiraciones y no logró que los gobernadores del partido expresaran su apoyo, esto es no sólo Axel Kicillof, sino todos los demás que se mantienen a la espera de una apertura que muestre vocación ganadora hacia 2027.
De hecho, la pelea Cristina-Kicillof no es del agrado del resto del peronismo, que le pide a la ex Presidente que baje un cambio, ceda la centralidad y permita recrear una alternativa que, con una melodía distinta, sea alternativa.