El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna cumple 94 fructíferos años de vida, dedicados prácticamente todos a Dios; habiendo cosechado en sus 46 años de ordenación episcopal y 69 como sacerdote, múltiples reconocimientos como los de Ciudadano Ilustre de la Provincia y Ciudadano Ilustre de la ciudad de Corrientes, ley y ordenanza respectivamente que salieron por unanimidad de los representantes del pueblo correntino.
Su llegada a la provincia es considerada una bendición y regalo de Dios, ya que monseñor Castagna tuvo un rol fundamental en los avatares políticos-sociales del 99, donde contuvo «al rebaño» en la desesperación y lucha por lo que creían justo. Los defendió ante el avasallamiento y pidió «por Dios» que parara toda violencia contra ellos.
Más tarde -en 2004- tuvo la misión de organizar un Congreso Eucarístico Nacional, situando a Corrientes como sede de un gran retiro espiritual, fortaleciendo lo que se había resquebrajado: la unión de los hermanos correntinos.
«Denles ustedes de comer», fue el lema, basado en el texto de San Marcos, que tenía como mensaje la multiplicación de los panes y a Jesús sacramentado como alimento de todos, sin excepción. «Déjense reconciliar con Dios», resonó en su homilía, en lo que se llamó la fiesta de la fe y la hermandad.
A sus 94 años, Monseñor sigue celebrando la eucaristía, como aporte a la Iglesia y al mundo entero; continúa atendiendo a quienes lo requieren y rezando por la verdadera reconciliación del pueblo correntino.
Sus homilías constituyen un legado que todo Corrientes agradece y atesora. Su cumpleaños, es sin más ni menos: un regalo de Dios a la tierra de la Virgen de Itatí.