a semana pasada, en el corazón del mundo cristiano y en la Basílica donde también se custodia el sepulcro de San Pedro, el primer Papa, el periodista, escritor y gestor cultural de la ciudad de Corrientes, Gustavo Adolfo Ojeda, en lo que él mismo denominó una «peregrinación literaria», hizo entrega del histórico libro Viejo Itatí, escrito hace 50 años, y de la revista Vivencias Correntinas a manos del padre Juan, notable de la Curia romana para entregárselo luego al Papa, precisamente argentino, Francisco, quien cuando arzobispo de Buenos Aires y Cardenal de la Iglesia Católica presidió la misa del Congreso Eucarístico Nacional que tuvo lugar en la Capital correntina, del 2 al 5 de septiembre de 2004, junto a la imagen original de la Patrona de la provincia, Nuestra Señora de Itatí.
Como manifestó ese día, domingo 19 de enero, «el ciclo de plantar semillas de nuestra literatura está cumplido. Quiera Dios esas semillas den frutos y que germine nuestra literatura en España, en Alemania y en Roma. Creo que la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) hizo un gran aporte en esta peregrinación literaria», según sus expresiones, viaje al que acompañó otra reconocida gestora y promotora de la cultura en general y del teatro en particular en la región, «Toni» Monzón.
VIEJO ITATÍ,
IMAGEN DE
UN PUEBLO
Como se informó oportunamente en la mencionada revista Viviencias Corrientes, el libro «al que yo siempre le llamo la Biblia pequeña de Itatí», dijo en su momento Gustavo Adolfo Ojeda, «Viejo Itatí: historia y nostalgia», es una obra de Gaspar Roberto Bonastre, publicada en 1977, que ofrece una profunda exploración de la historia y la cultura de Itatí, una localidad emblemática de la provincia de Corrientes.
Como comentó en esa edición, a lo largo de 275 páginas, Bonastre combina rigurosidad histórica con una mirada nostálgica, capturando la esencia de la comunidad y sus tradiciones.
El autor se sumerge en los orígenes de Itatí, remontándose a su fundación y analizando los eventos que han marcado su evolución. Se destacan aspectos como la influencia de las misiones jesuíticas en la región, la interacción con las comunidades guaraníes y el impacto de los procesos coloniales y postcoloniales en la identidad local. Bonastre también aborda la importancia del Santuario de la Virgen de Itatí, un centro de devoción que ha sido fundamental en la vida espiritual y social de la población.
Además de la dimensión histórica, el libro se adentra en las costumbres, leyendas y tradiciones que han conformado la idiosincrasia de Itatí. Bonastre recopila relatos orales, festividades y prácticas cotidianas que reflejan la riqueza cultural de la comunidad. Esta perspectiva antropológica permite al lector comprender la profundidad de la conexión entre los habitantes y su entorno.
VIVENCIAS
CORRENTINAS,
AL NORDESTE
En esta síntesis de ambos trabajos literios que se entregó en el Vaticano hace sólo una semana, tal se anticipó en EL LIBERTADOR el martes pasado, se debe recordar que la revista cultural «Vivencias Correntinas» es una publicación dedicada a la promoción y preservación de la identidad cultural de Corrientes y del Nordeste argentino.
Producida por los periodistas Gustavo Adolfo Ojeda y Facundo Sagardoy, con el diseño gráfico de Marcos Gonzalo Ojeda, la revista surgió como un medio para difundir las diversas expresiones artísticas y culturales locales.
Desde su lanzamiento, buscó enlazar identidades entre provincias y promover la diversidad de ideas y expresiones. Su objetivo principal es preservar la memoria histórica y cultural, sirviendo como puente entre las tradiciones y las nuevas generaciones.
En reconocimiento a su aporte cultural, el Concejo Deliberante de la ciudad de Corrientes la declaró de Interés Cultural, edición que también extendió su alcance, realizando presentaciones en otras provincias y ahora fuera del país.
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