El domingo 3 de marzo de 2024 quedará en la memoria de cientos de vecinos de la Capital correntina que fueron víctima de una catástrofe natural. Una lluvia inesperada dejó bajo agua a la ciudad.
Así, fue la postal del horror nunca antes vista: la tormenta dejó casas inundadas, autos flotando, gente en bote por las calles y comercios saqueados. Los datos oficiales explicaron que la intensidad de lluvia fue cuatro veces por encima de lo que soporta el sistema de drenaje fluvial, todos los barrios quedaron anegados.
Según los datos de la Estación Meteorológica del Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa), la lluvia comenzó a las 4 y continuó hasta las 4.55, habían caído en la Capital 97.5 milímetros de agua. También hasta esa hora se habían registrado ráfagas de viento de 38,6 kilómetros por hora. Además, hubo numerosos cortes de energía, muchos de los cuales también fueron preventivos hasta que bajara el agua.
Mucha gente fue afectada con agua adentro de sus casas y cocheras cubiertas, lo que además significó una pérdida económica, sin contar el daño psicológico que significa que con cada lluvia se presente el miedo de que se vuelva a repetir.
LO QUE PASÓ
El temporal que arrasó Corrientes el domingo por la madrugada dejó numerosas zonas inundadas, edificios destruidos, viviendas completamente cubiertas de agua y un saldo de más de 800 evacuados en toda la provincia. Desde la Municipalidad de Corrientes advirtieron que esta fue «la peor catástrofe natural de la historia» que atravesó la ciudad.
«La ciudad de Corrientes sufrió su peor catástrofe climática y se inundó ya que, según los registros oficiales, llovieron 300 milímetros», sostuvo esa tarde el gobernador correntino, Gustavo Valdés, a través de su cuenta de X en el marco de una recorrida por un centro de evacuados.
El mandatario contó que estuvo recorriendo la ciudad «con el fin de monitorear el estado de sus desagües y barrios, así como de relevar las necesidades de los vecinos», y que el Comité de Crisis del Gobierno de Corrientes «continúa analizando daños y planificando soluciones, a la vez que se programó la asistencia social a sectores y ciudadanos afectados».
El momento más intenso de precipitaciones fue entre las 2 y las 6 de la madrugada, cuando en tan sólo cuatro horas cayeron 300 milímetros de agua, 200 en tan sólo una hora, según el Instituto Correntino del Agua y del Ambiente.
La gestión del intendente Eduardo Tassano emitió un comunicado donde advirtió que la «catástrofe natural que alcanzó a la ciudad por la madrugada» generó un colapso en los sistemas de desagües debido a la gran cantidad de agua caída y los fuertes vientos en muy corto tiempo.
«Es como descargar un tanque de 500 litros en una bacha de cocina de una vez, claramente va a colapsar», comparó José Ruiz, el subsecretario de Riesgos y Catástrofes municipal, al hacer referencia a los anegamientos e inundaciones en calles y viviendas, las voladuras de techos, la caída de postes, muros, árboles y carteles.
Otros de los eventos registrados a causa del temporal fueron la caída de un histórico mural del convento de San Francisco sobre la plaza Italia, en el microcentro, así como voladuras de techos en el campus de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), en el Norte de la ciudad.
También hubo algunos saqueos como el de una farmacia en la esquina de avenida Cazadores Correntinos y calle Cartagena, y el de una joyería afectada por un anegamiento de un metro de agua.
CONSECUENCIAS
La situación obligó al Gobierno de la Provincia a suspender las clases en todos los niveles oficiales en escuelas de gestión pública y privada, tanto en la Capital como en las zonas aledañas, tras el intenso temporal.
El Ministerio de Seguridad de la Nación aseguró que a través del accionar de efectivos de la Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional, y en coordinación con la Policía de Corrientes, hizo «acciones de asistencia y contención de los ciudadanos en emergencia»: recorrieron barrios afectados por las inundaciones y respondieron a sus requerimientos de asistencia.