Entre octubre y marzo, un evento natural une a Corrientes con California. Se trata de la proeza migratoria de las golondrinas de Capistrano, que cada año recorren miles de kilómetros atravesando el continente en busca de la primavera. En la provincia, su punto de llegada es la ciudad de Goya de donde partieron a mediados de febrero para regresar a casa, en un pueblo del Estado norteamericano.
Lo que más llama la atención sobre estas aves migratorias es que se mueven con un cálculo muy preciso. Llegan a un punto y otro en fechas exactas: parten en octubre desde San Juan de Capistrano, al Sur de California y arriban a Goya cada 24 de noviembre; pasan toda temporada estival y salen cada 18 de febrero para regresar al pueblo que les dio nombre el 19 de marzo.
Es por esa precisión que, anualmente los habitantes de una y otra ciudad preparan actividades de bienvenida y despedida para estos emplumados que recorren 24.000 kilómetros, ida y vuelta, para anidar en zonas cálidas. Esta semana, en San Juan Capistrano, por ejemplo, ya tienen listas los habituales festejos para recibir a las bandadas.
HISTORIA
En la página Journey North, en la que varios especialistas hacen seguimientos de migraciones temporales de diferentes especies, relatan la historia de estas golondrinas. «La celebración de las golondrinas comenzó hace siglos cuando los padres de la Misión de San Juan Capistrano observaron que las aves regresaban cada año alrededor del Día de San José en el calendario eclesiástico, el 19 de marzo. Miles de aves migratorias de cola naranja vuelan para reclamar sus viejos nidos en los antiguos arcos y muros del monasterio, y para criar a sus polluelos en el valle. Las golondrinas de San Juan Capistrano dieron fama mundial a la Misión y a la ciudad», detallaron.
Según explicaron, «las aves de Capistrano son golondrinas de acantilado, que probablemente han regresado a la zona durante siglos. Trasladaron sus nidos a los aleros de la Misión cuando esta se construyó cerca de dos ríos».
PROTEGIDAS
En San Juan Capistrano, las golondrinas son los habitantes más famosos. De hecho, son patrimonio natural del lugar que es conocido como El santuario de las aves.
Es por ese mismo motivo que Goya es conocida también como La ciudad de las golondrinas, y cada año se organizan festivales y diversas actividades para garantizar su cuidado por parte de la población.
Entre las muchas acciones se destaca, por ejemplo, la firma de la hermandad entre San Juan de Capistrano y Goya, que data de agosto 1978 y compromete a rendir culto y cuidar la etapa de anidación de estas aves en ambas ciudades.
En la ciudad correntina también se destaca el Monumento a las Golondrinas, obra del escultor Antonio Sotelo, inaugurado en 1992. Está en la plaza San Martín, lugar preferido por las aves para anidar y donde cada noviembre toda la comunidad espera verlas regresar.