YAPEYÚ. Se cumplen hoy 171 años del paso a la inmortalidad de José Francisco de San Martín y Matorras, Padre de la Patria y Libertador de tres naciones, de la Argentina, de Chile y Perú, además de establecer desde Pisco, en agosto de 1821, la primera Bandera y el Escudo del pueblo peruano, quien los honra fervorosamente, como los argentinos.
Como cada año, se organizaron diversas actividades en el contexto de la fecha, que concluirán con el acto habitual de las 14.45 en el predio donde se encuentran los restos de la casa natal del prócer, de modo de recordarle en el momento mismo de su deceso a miles de kilómetros de su tierra natal acaecido a las 15 del 17 de agosto de 1850 en compañía de su hija Merceditas, de su yerno y sus nietos, en la localidad de Boulogne-sur-Mer, Francia.
Su cuerpo fue colocado en una capilla de la cripta de la Basílica de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Boulogne-sur-Mer y trasladado en 1861 a la bóveda de la familia González Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy.
Luego hubo varios intentos de repatriarlos a los que se opuso su hija, quien como esposa del embajador en Francia, prefería que permanecieran cerca de su residencia. A la muerte de Mercedes San Martín en febrero de 1875, se activaron las gestiones y durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador». La repatriación de los restos de José de San Martín se produjo el 28 de mayo de 1880, cuando fueron conducidos a Buenos Aires en el vapor transporte Villarino en su viaje inaugural. Arribó en una masiva celebración pero en vísperas del estallido de la revolución de 1880.
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