El referente peronista se manifestó respecto al rol que le cupo a Alberto Fernández en la performance electoral que tuvo el peronismo correntino. Remarcó que el primer mandatario es además el titular del PJ Nacional. Que su cercanía sobreactuada con Valdés confundió al electorado y que las demoras en cambiar al interventor contribuyeron al descalabro en las urnas provinciales. «Fernández es el principal responsable del resultado de las elecciones», aseveró. Dejó en claro que no hay que hacer «leña del árbol caído». «Las cosas se hicieron mal y punto. Hay que mirar el futuro con esperanza», dijo. Instó a la dirigencia a trabajar para fortalecer el partido en las elecciones internas transparentes en la primavera de 2022.
02-POLITICAEl ámbito político local esperaba la palabra de Rodolfo Martínez Llano. El referente peronista accedió a una entrevista con radio Sudamericana, donde ahondó sobre los resultados de las elecciones provinciales y lo que depara el escenario para las Primarias del domingo 12.
No dudó en apuntar contra el presidente de la Nación, Alberto Fernández por el errático andar electoral del justicialismo correntino, recordando que el Jefe de Estado es además el titular del PJ Nacional.
No entró en la crítica lapidaria sobre los candidatos que apenas obtuvieron un 22 por ciento de acompañamiento ciudadano en las urnas. Es más, los destacó ante el desbarajuste organizativo que fue el partido debido a las demoras en las decisiones de Fernández, en cuanto al recambio de interventor y el nombramiento de un normalizador que distó de estar a la altura de las circunstancias.
Las partes más importantes de la entrevista se dieron de la siguiente manera:
Análisis de lo que ha pasado el último domingo.
-Trabajamos en el peronismo por el mejor resultado, más allá de que las cosas no se hicieron bien, se hicieron tarde. No se establecieron los marcos de unidad en los 74 municipios. El Interventor vino muy tarde y no tuvo tiempo. Porque además tuvo responsabilidades institucionales en su Comuna. Es decir que, en política se puede hacer cualquier cosa como en todos los órdenes, menos dejar de pagar las consecuencias. Digo que no hay que hacer leña del árbol caído. En este caso, la fórmula que nos ha representado, Ríos y Barrionuevo, ha puesto el cuerpo, han trabajado, pero las cosas venían mal manejadas. Además, ellos tienen un techo electoral. Si miramos la elección de 2019, repitieron los mismos guarismos. El 22 por ciento es lo que sacaron en Capital y en la Provincia, el 19 en las elecciones anteriores. De todas formas, tengo un mensaje optimista respecto al futuro del justicialismo y esto es lo que hay que dejar como mensaje. Porque en los años que llevo dentro del partido, en tres oportunidades llegamos a situaciones parecidas a las de hoy. En el año 85, el PJ sacó solamente 2 legisladores sobre 26. Doce años después, en el 97, ganó el Partido Nuevo con el 72 por ciento, y parecía que el justicialismo desaparecía. Había sacado el 18 por ciento con Rubén Pruyas. Y 12 años después, paradójicamente, siempre cada 12 años, tenemos esta derrota bastante importante. Cuando se dice derrota del PJ, creo que esta puede ser en parte responsabilidad de algunos dirigentes que no entendieron o no acompañaron decisiones más racionales. Debemos entender de que el PJ está intervenido, que tenía un responsable máximo que es el Presidente de la Nación y del partido. En esto Alberto ha fracasado, en cuanto a su responsabilidad de darle al justicialismo de Corrientes condiciones competitivas para estas elecciones. Porque fue claro que en todo este tiempo estuvo muy pegado a Valdés y eso generó confusión en el electorado. En la campaña nunca vino a Corrientes. Sí fue al Chaco, Misiones, no apareció por Corrientes. No designó. Tuve la oportunidad de transmitirle, hace mucho tiempo y en más de una oportunidad, la necesidad del recambio del Interventor. Me hizo caso en cuanto al recambio de Sotelo, pero el nombre propuesto fue Aníbal Fernández.
En algún momento pareció sonar fuerte.
-Él (por Alberto Fernández) demoró, como demora muchas otras cosas. Soy un poco crítico de su gestión. Siempre resuelve tarde y muchas veces mal. No tenemos por qué ocultarlo. En este resultado, la responsabilidad del Presidente fue muy grande. La elección de Corrientes, todos sabían que iba a tener un gran impacto para el país, a dos semanas de las Primarias. Después tenemos las elecciones del 14 de noviembre. El Presidente se durmió, resolvió tarde y mal una cuestión en la que es como las Malvinas, que mandaron a nuestros muchachos a pelear en condiciones desventajosas, acá también pasó esto. Por eso quiero levantarles el ánimo y la moral a los compañeros. Que sepan que hay que acometer juntos el futuro. Así como en 2009, que pasó lo mismo cuando el PJ -entre la pelea de los dos radicalismos entre Arturo y Ricardo- quedó tercero y fuera de la segunda vuelta. En la elección anterior, el justicialismo había tocado el piso histórico con 32 mil votos en toda la provincia; sin embargo, después se fue recuperando.
¿Para el 12 de septiembre, qué expectativa tiene?
-Tenemos que ser objetivos en que este resultado no nos deja bien, más allá de que es una elección distinta, pero que se produce muy cerca, con la tropa y la moral del combate un poco caída, porque el Gobierno nacional no acompañó como debería. No tenemos la presencia de un mariscal de campo como hubiéramos querido en Corrientes que esté al frente de lo que es la organización, la movilización, la fiscalización, los recursos necesarios para atender 74 localidades.
Muy cerca de una elección.
-La dirigencia está golpeada, porque tampoco tuvo el apoyo logístico que debiera tener para una elección donde el Gobierno nacional, se suponía, que debía poner toda la carne en el asador y no la puso. Nuestros dirigentes hicieron mucho y todo lo posible, pero también es cierto que se hicieron muy mal las cosas. En muchas localidades no se presentaron listas, en otras no hubo listas de consensos. Se trabajó a media máquina y el resultado es esta consecuencia. El lado positivo es que este fue un mensaje de que no basta con la marchita, improvisar una lista de candidatos. Debe haber racionalidad en las decisiones electorales porque los votos que sacó Valdés, estoy convencido de que no son votos de Valdés. Hay gran parte de un voto castigo al PJ, que no se han sentido contenidos por esta oferta electoral que presentó Zabaleta para las elecciones.
Hablé con varios y decían: «Estamos esperando que hable Martínez Llano porque seguramente le va a caer con todo a la conducción partidaria, a los candidatos que perdieron estas elecciones». Y me llama la atención porque usted dijo que no hace leña del árbol caído, con un análisis racional. Algunos esperaban que venga con el cuchillo entre los dientes, a cortar cabezas y criticar a todos.
-Yo trabajé por el mejor resultado posible y le expresé claramente a las autoridades nacionales, al Interventor cuál era mi visión respecto del tema. No me hicieron caso, no entendieron, pero de todas formas seguimos trabajando. Tengo un diálogo muy aceitado con las autoridades nacionales, creo que hay que ayudar y apoyar, porque vivimos un tiempo difícil, pero también es cierto que la ayuda debe estar. A Alberto no digo que no le perdono, pero le atribuyo la mayor responsabilidad. Del lado del cristinismo y de Cristina hubo una mayor comprensión de esta realidad de Corrientes. Lamentablemente no fue ella quien tuvo la decisión. Es más, ustedes recordarán cuando se hablaba de que Alberto Fernández sea el Presidente del PJ, y más allá de la buena relación que tengo porque fue mi jefe de campaña en el 99, cuando fui Diputado nacional en la formula Duhalde-Ortega, yo no le vi uñas de guitarrero para la conducción de un partido como el Justicialista. Dije que me parecía que no era apropiado pensar en que fuera Presidente del partido.
¿La derrota es producto de la incapacidad del Interventor del PJ de armar algo como la gente?
-El Interventor vino tarde. Sin tiempo, sin conocer la provincia y además condicionado desde el orden nacional. Zabaleta es un hombre de mucho diálogo, con quien tengo la mejor relación, pero tenía las manos atadas y no conocía. Estaba como perro en cancha de bocha. Cosa que no hubiera ocurrido con Aníbal Fernández, porque Aníbal conocía la provincia, los actores políticos y sabía manejarse desde el plano político, judicial y mediático. A Zabaleta prácticamente no le escuché la voz en los medios y no enfrentó la elección poniendo el pecho ni los medios necesarios e insuficientes para una campaña. Por eso es que rescato a Ríos y Barrionuevo, porque ellos, sabiendo la situación, fueron al frente. Creo que la lista se armó muy a los ponchazos. Estuve en contacto permanente con el Ministro del Interior, con el Interventor y demás. Es más, nos ofrecieron participar de la lista, y le dije que no, que las condiciones en la que estaba y en el lugar en lo que podía estar, me parecía que tenía que ser representativa de unidad, pero que de todas formas íbamos a ayudar. Me pareció que el resultado no iba a ser bueno, pero el tiempo es el mejor aliado de la razón. Tenemos que mirar al futuro. En el 97, cuando se perdió, cuando el PJ fue con el 18 por ciento, yo que fui electo Diputado provincial y dije «no», tenemos que seguir peleando, avanzar. Y en un año y medio, tomamos el control de la provincia. Hoy tenemos que tener el mismo temple y la misma convicción de que no está dicha la última palabra.
¿Y el mensaje cuánto influyó? Porque desde que comenzaron a armar la lista, incluso antes de Zabaleta, se empecinaron en decir: «Estamos Unidos». Como que si al pueblo de Corrientes la unidad del PJ le interesara.
-Ese es un mensaje que no debió ser así. Porque piensan los dirigentes que la unidad viene de entre cuatro paredes. Pero la unidad debe venir de abajo hacia arriba. Y cuando ves que en distintas localidades no se logra una síntesis competitiva, no se puede llegar a la cabeza en el marco de unidad. El pueblo de Corrientes no ha visto en el PJ una opción distinta a la de Valdés y ahí está la responsabilidad de Alberto Fernández que coqueteó indisimuladamente con Valdés desde el comienzo de su gestión. Nos resulta difícil a los justicialistas salir a ofrecer algo distinto, cuando nuestro propio Presidente es como que bendice, dando señales y gestos que nos quitan posibilidad de maniobra como para poder tener un mensaje de una Corrientes distinta.
¿Pero eso no está bien? Que un Presidente tenga una relación similar con todos los gobernadores.
-En lo institucional sí. Pero vino a Yapeyú, estuvo en la reunión con todos los gobernadores, pero no se cruzó a la carpa de enfrente donde estaban los dirigentes y legisladores del PJ esperándolo. No tuvo 5 minutos para sentarse y escuchar. Si hubiera escuchado, a lo mejor las cosas hubieran sido distintas. Por mi experiencia miro un poco más lejos. Estaba a 10 minutos de Yapeyú en un campo que queda muy cerca, pero lo veía venir. Realmente no veía bien la cosa. No veía que Alberto Fernández quisiera ganar Corrientes. Y eso lo vieron los correntinos. Los correntinos creyeron que Valdés era, de alguna manera, la presencia del Gobierno nacional.
Puede ser que se hable desde el peronismo, incluso el mismo Presidente cuando uno lo escucha hablar, pareciera que no le habla al pueblo en general.
-Le habla a Cristina.
O al voto cautivo.
-Es real. Yo había dicho que iba a ser en estas elecciones candidato a las Primarias. Después, viendo cómo venía la cosa y viendo que era difícil salir en campaña, más allá de la pandemia, no me gusta contradecir al Gobierno, a mi partido, pero hay algunas cosas que son difíciles de sostener. Algunas actitudes o expresiones del Presidente. Entonces, para no hacernos mala sangre y tratar de seguir trabajando en armonía, hoy tenemos que priorizar el tiempo que se viene. Creo que va a ser bueno en la medida que los justicialistas de Corrientes entendamos de que tenemos que ir a un proceso electoral interno, bien planteado, con tiempo suficiente, condiciones igualitarias y de ahí poder legitimar una nueva conducción partidaria.
Rodolfo Martínez Llano usted tiene una experiencia que es muy valiosa que es la experiencia del año 97 y 99. En ese momento llegó al poder un Gobierno que tenía el 72 por ciento de los votos en segunda vuelta, Pedro Braillard Poccard, y ahora este Gobierno lo supera. Cuando se tiene tanto poder, más de dos tercios en ambas cámaras, maneja todos los resortes de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial ¿Es peligroso?
-Es difícil manejar o saber administrar la victoria, así como el ejercicio del poder, que es lo más difícil. Y tenemos que pensar que este es un gobierno que no tiene sucesión, porque después de Valdés ¿Qué? ¿Qué nombre puede proponer para el radicalismo para dentro de 4 años? Desde el primer día se sabe que Valdés ya no va a ser. Entonces, ahí es donde el justicialismo debe pensar. Pero si nosotros no le abrimos la cabeza a Alberto, me parece que no corremos con igualdad de condiciones.
Depende también de los justicialistas correntinos.
-Los justicialistas de Corrientes han sido muy benévolos. Tenemos 5 legisladores nacionales, 3 diputados y 2 senadores, pero nunca se plantaron. Cuando había que designar al Interventor del partido, no se plantaron ante el Presidente. El Presidente tiene que designar al que el peronismo de Corrientes pide, sino no tiene votos, no tiene quórum en la Cámara de Diputados como corresponde, es decir, no se hacen respetar. Hubo una falta de personalidad política del propio PJ de Corrientes, como para marcarle la cancha al Presidente. Los misioneros, con 3 diputados lo tienen bailando, como los cordobeses. Resulta que los votos de Corrientes, en realidad, no valen.
Usted quería a Aníbal Fernández.
-Aníbal Fernández iba a escucharnos a todos, iba a ser lo que él quisiera con su experiencia. Era una persona de la más estricta confianza de Cristina Kirchner y conocía la realidad de Corrientes. Necesitamos alguien que venga, se instale, que recorra la provincia, él se ofreció a hacer eso.
Pero no tiene una buena imagen.
-Pero los que votan son los correntinos. Lo que él tenía que dar era el marco de organización, de la logística y el discurso que nos permita enfrentar una campaña.
Se viene una renovación generacional en el justicialismo.
-Escuché eso y me parece una expresión respetable, pero el tema no pasa por la cuestión generacional. Creo que la renovación tiene que ser de las cosas o los métodos que se han aplicado que nos han conducido a malos resultados. Quiero decir que hay gente mayor, varios intendentes que todavía tienen vida útil.
No hay que tirar los viejos por la ventana.
-No, porque los jóvenes han demostrado notoria incapacidad muchas veces.
Cambiar roles.
-Claro, porque a Messi no lo podés hacer jugar de arquero porque es petizo, siempre fue delantero. Ahí faltó el director técnico y ahí es donde a Alberto no le cayó la ficha en el tiempo oportuno. Tenernos tres meses sin Interventor y después mandar uno que tenía mil responsabilidades, no es serio. No digo que nos entregó, pero facilitó el triunfo de Valdés.
De aquí al 14 de noviembre ¿el justicialismo se puede reconstruir?
-No es fácil eso. Es una cuestión que va a llevar su tiempo. Porque hay una tendencia que hay que esperar que decante un poco. Después del resultado creo que hay que decantar, no hablar desde las emociones, hay que pensar y analizar bien antes de decir cada cosa, por eso el mensaje que quiero dejar a los justicialistas es que el PJ, como en otras oportunidades, sin dudas se va a reponer. Y volviendo al 97, fui electo Diputado provincial. Al año logramos desplazar al Pacto Liberal Autonomista de la Presidencia de la Cámara de Diputados ¿Cuántos diputados teníamos en ese momento? Teníamos 2. De los 2 fuimos a los 9, sumando a los del Pacto. Con los 9 quebramos los dos tercios y fuimos a los 14. Y de los 14, a los 18. Y así un año y medio fue historia el Partido Nuevo. En esta elección, el partido Nuevo salió en la Capital, con el 2 por ciento y salió en el lugar número 12 en la Capital. Todo el Pacto Liberal Autonomista, incluido el PaNu, sumó el 6 por ciento en la Capital y en el orden provincial tampoco fue distinto. El Partido Nuevo salió 9°. Por eso el PJ es un partido nacional y como esto que pasó con Alberto pasó antes con Menem, en el kirchnerismo. Por ahí desde Buenos Aires no entienden que las elecciones se ganan o se pierden en Corrientes y votan los correntinos.
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