Centrales obreras locales evitaron respaldar la continuidad del gobierno de Alberto Fernández, en tanto que las organizaciones sociales no emitieron comunicado luego de los resultados del domingo. Puja por el 17 de octubre.
04-POLITICA-8Tras la derrota en las Paso del Gobierno nacional diferentes organizaciones que se han identificado con el lanzamiento del Frente de Todos y -en particular- con el kirchnerismo se llamaron a silencio tanto a nivel institucional como mediático.
Asi las cosas, al cierre de la edición se supo que la Confederación General del Trabajo (CGT) esgrimió un intento por reflotar la fortaleza justicialista convocando a un «gran acto de la unidad» el próximo 17 de octubre, Dia de la lealtad peronista.
Fuentes gremiales locales reconocieron a EL LIBERTADOR que la situación no es nada sencilla teniendo en cuenta «los magros resultados económicos» obtenidos por la gestión del presidente Alberto Fernández, los cuales fueron agravados por la pandemia.
Este medio intentó obtener posturas institucionales de la CGT, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y sólo logró recabar expresiones de desaliento por parte de referentes gremiales y líderes de organizaciones sociales muy cercanas al kirchnerismo, pero que prefirieron hacer declaraciones de manera extraoficial.
«Comprendemos la bronca de la gente, las cosas no salieron como las habíamos planteado en la campaña de 2019 y es evidente que hay funcionarios que no funcionan. En las bases hay mucha desazón, pero le pedimos que nos pongamos las pilas para impedir que en noviembre vuelva la derecha hambreadora y entregadora, representada por Horació Rodriguez Larreta y María Eugenia Vidal. Ni hablar si se mete en la discusión el loco de Javier Milei, un oportunista que se aprovecha de la bronca generalizada y la ingenuidad de los más jóvenes para proponer políticas de terror», puntualizó una dirigente docente de amplia trayectoria en Corrientes.
PREPARATIVOS
Los caciques sindicales de la CGT se reunieron ayer en la sede de la Uocra para convocar al Comité Central Confederal.
Será el paso previo a la renovación del consejo directivo, que se dará tres días antes de las elecciones legislativas generales y que prevé una reunificación de la central con el sector de Hugo Moyano. Mañana, el jefe de los camioneros explicará cuál será la estrategia de su tropa.
El ajedrez sindical por el recambio de la CGT quedó en una nota de pie en medio de la crisis interna en la que quedó sumido el Gobierno. Con Héctor Daer y Carlos Acuña a la cabeza, la central obrera ratificó la movilización para el 18 del mes próximo por el Día de la Lealtad peronista. La imaginan como una demostración de poder y apoyo al Presidente, y como mecanismo de presión para que se imponga la cultura del trabajo sobre la distribución de planes sociales.
Lo que se anticipaba en la CGT como una reunión burocrática para avanzar en los detalles de la elección para renovar autoridades, que será el 11 de noviembre, terminó en una suerte de catarsis gremial por la crisis en la que quedó sumido el peronismo tras la derrota electoral del domingo último. Hubo casi apoyo unánime para Alberto Fernández, salvo el caso aislado del ferroviario Omar Maturano, que dijo no sentirse representado por el Presidente ni por Cristina Kirchner.
Sobrevoló durante la reunión en la Uocra una mirada crítica por la renuncia en tropa de los funcionarios kirchneristas. Nadie se atrevió a calificarlo como «un golpe interno», como levantó la voz la oposición. Sin embargo, quedó claro que los gremios apostarán «a la unidad amplia». Héctor Daer ensayó, puertas adentro, una fuerte defensa del Presidente y pidió reforzar la institucionalidad. Tal vez el más duro fue Armando Cavalieri, de Comercio, que retomó su advertencia sobre la gobernabilidad. «Está en riesgo», planteó el jefe mercantil. Ya se lo había dicho en esos términos al Presidente, en el último encuentro cara a cara, antes de las Paso.
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