Así lo afirma el analista Jorge Castro. Asegura que el peronismo perdió su base electoral histórica, que mantenía desde 1945. El papel de los gobernadores justicialistas ¿El fin del kirchnerismo?
02-TAPA-POLITICA-16El analista político Jorge Castro encendió la alarma para el peronismo. Este es su análisis: «Lo que sucedió el domingo pasado fue que las elecciones Primarias se trasformaron en un plebiscito sobre el Gobierno nacional, o para ser más estrictos, sobre el sistema de poder que gobierna la Argentina a partir del 10 de diciembre de 2019. El resultado fue un rechazo masivo, generalizado, un ‘no’ de características abrumadoras. Esto se manifiesta ante todo en términos geográficos: en 17 provincias de las 24 que hay en el país, el oficialismo perdió las elecciones del domingo pasado. Por otro lado, lo más importante y en términos históricos para el peronismo, algo todavía más decisivo es el hecho de que el peronismo ha perdido en estas elecciones su base electoral históricamente situada desde 1945 en los sectores de los trabajadores, los movimientos sociales y en general de la pobreza. Este es un dato de extrema importancia, porque la derrota sobre todo experimentada en la provincia de Buenos Aires, inclusive en algunos de los partidos fundamentales del Conurbano bonaerense, es un llamado de atención de características históricas para el peronismo como movimiento político y social. Lo que implica es una ruptura con su base electoral y también desde el punto de vista de la movilización de los actores de la sociedad argentina, que son los sectores del trabajo y en general, los sectores de la pobreza».
Tales conceptos los expresó en el programa La Otra Campana, que se emite por LT7 Radio Corrientes y LT25 Radio Guaraní de Curuzú Cuatiá, con la conducción de Gustavo Ojeda y la participación de Darío Ramírez.
Así se desarrolló el diálogo:
Estamos tratando de hacer algún tipo de análisis de lo que dejaron estas elecciones, un batacazo electoral. ¿Usted cómo lo ve?
-Lo que sucedió el domingo pasado fue que las elecciones Primarias se trasformaron en un plebiscito sobre el Gobierno nacional, o para ser más estrictos, sobre el sistema de poder que gobierna la Argentina a partir del 10 de diciembre de 2019. El resultado fue un rechazo masivo, generalizado, un ‘no’ de características abrumadoras. Esto se manifiesta ante todo en términos geográficos: en 17 provincias de las 24 que hay en el país, el oficialismo perdió las elecciones del domingo pasado. Por otro lado, lo más importante y en términos históricos para el peronismo, algo todavía más decisivo es el hecho de que el peronismo ha perdido en estas elecciones su base electoral históricamente situada desde 1945 en los sectores de los trabajadores, los movimientos sociales y en general de la pobreza. Este es un dato de extrema importancia, porque la derrota sobre todo experimentada en la provincia de Buenos Aires, inclusive en algunos de los partidos fundamentales del Conurbano Bonaerense, es un llamado de atención de características históricas para el peronismo como movimiento político y social. Lo que implica es una ruptura con su base electoral y también desde el punto de vista de la movilización de los actores de la sociedad argentina, que son los sectores del trabajo y en general, los sectores de la pobreza.
AUTORIDAD
DESHILACHADA
¿Se castigó la administración que hicieron durante la pandemia?
-Este ha sido un rechazo generalizado, en donde el dato más importante a tener en cuenta es que en un sistema absolutamente presidencialista como es el argentino, respecto de estas últimas elecciones y en general del actual proceso político argentino, es la desaparición prácticamente completa de la autoridad presidencial. Esto en un sistema absolutamente presidencialista como el argentino, implica un vacío de poder porque no se puede gobernar la Argentina más que desde un Presidente de la Nación fuerte. Acá lo que ha ocurrido, es que el presidente Alberto Fernández ha perdido la totalidad de su poder político y de esa manera, ha creado un vacío de poder gigantesco.
En lo que fue el interior del país es llamativo cómo se dio esta derrota para el Frente de Todos, pero sorprende también la continuidad de Wado de Pedro en el Gabinete ¿Qué lectura se puede hacer al respecto?
-Yo creo que esta semana la ruptura pública que realizó la vicepresidenta, Cristina Kirchner, con su ataque al Presidente de la Nación, lo que hizo fue colocar en primer plano el hecho de que después de la derrota electoral del domingo pasado, el sistema del poder gobernante de la Argentina surgido a partir del 10 de diciembre del 2019, integrado por tres dirigentes fundamentales, el primero y decisivo, ha sido la ex presidenta Cristina Kirchner, luego el presidente Alberto Fernández y en tercer lugar, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Ese sistema de poder, que es el que ha gobernado la Argentina los últimos dos años, en lo esencial, ha terminado. Y en este sentido es que hay que ver, que la novedad acá, después de este enfrentamiento brutal que ha ocurrido con la publicación de la carta de la ex presidenta Cristina Kirchner y su ataque directo al Presidente, lo que ha surgido con posterioridad con la designación de este nuevo gabinete, la única novedad que hay, pero de extrema importancia, es la incorporación de los gobernadores justicialistas por primera vez al centro de las decisiones. Esto es, con la designación del Gobernador de Tucumán como el nuevo jefe de Gabinete del sistema político gobernante. El Gobernador de Tucumán la característica que tiene, es que es uno de los solo seis gobernadores justicialistas que lograron triunfar en las últimas elecciones. Hay varios otros que también juegan en esta liga especial de los ganadores, en esto que ha sido una derrota histórica para el peronismo en su conjunto, entre los cuales hay que mencionar ante todo, al gobernador Sergio Uñac, de San Juan.
Fue desprolijo que el Canciller se entere en el avión que había sido removido, ¿no?
-Es un papelón más, de los muchos que ha pasado la Argentina en los últimos tiempos en el escenario internacional. Pero esto está vinculado a un problema estructural: la política exterior de la Argentina es un atributo exclusivo del Presidente de la Nación. Cuando la autoridad política del Presidente desaparece, no hay política internacional posible para la Argentina.
El fin de la leyenda
Este Gobierno de coalición tal vez haya demostrado que no va a funcionar ¿Cree que perdieron algo cada uno de los que componen las tres partes más importantes de este Gobierno?
-Absolutamente, es así. Lo que ha terminado es una leyenda urbana, la que sostenía que la ex presidenta, Cristina Kirchner era un líder político fuerte, es una extrema debilidad. El sistema gobernante en su conjunto ha demostrado su enorme debilidad y fragilidad absoluta. Entre ellos y en primer lugar, es la debilidad puesta de relieve por la ex presidente, Cristina Fernández de Kirchner. Ha perdido en su bastión electoral que es la provincia de Buenos Aires, incluso en el Conurbano bonaerense en algunos sectores fundamentales. Acá no hay otra forma de señalar que en el hundimiento del sistema político gobernante a partir del 10 de diciembre de 2019, los sectores más debilitados por este hundimiento, está en primer lugar, la propia ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
¿Cómo va a seguir el apoyo por parte de los intendentes y gobernadores de las distintas provincias?
-Yo lo que creo es que la etapa decisiva para la Argentina, es la que comienza después de las elecciones legislativas del mes de noviembre. En el período de dos años que lleva desde el mes de noviembre, donde lo que hay que dar por seguro, es una profundización de la derrota experimentada por el Gobierno el domingo pasado y al mismo tiempo se inaugura un periodo de dos años que lleva hasta las elecciones presidenciales de 2023. En este sentido, para el peronismo en su conjunto, para los gobernadores justicialistas, el desafío enorme que tienen a partir del mes de noviembre hasta las elecciones presidenciales, es la de generar una alternativa de poder que deje atrás definitivamente al kirchnerismo como sistema político y que le ofrezca al país, ante todo, una política de unidad nacional. Luego, una política que le permita a través de una política económica sustancial al enfrentar los problemas de fondo que tiene el país en materia de pobreza, desocupación y aumento de la inflación, que son un solo conjunto. Acá el dato estratégico fundamental para el peronismo en el gobierno, es el hecho de que el país no crece hace 11 años y que desde entonces, no hay tracción alguna de empleo formal en la economía privada. Esto es el problema de fondo que está detrás del incremento de la pobreza, desocupación y desesperanza generalizada, sobre todo en los hijos de la clase media.
¿Cómo cree que va a ver a ser la actitud del Fondo Monetario Internacional ante quien hay que negociar una gran deuda?
-La actitud del Fondo Monetario Internacional y en general de la comunidad internacional, es muy positiva respecto a la Argentina. Lo que quieren es colaborar para que el país salga adelante. Pero para eso se requiere como requisito ineludible, que el sistema de poder que gobierna la Argentina tenga con claridad cuál es el rumbo que le propone impulsar a los acontecimientos. Y acá lo que no hay, de ninguna manera, es una certidumbre sobre hacia dónde quieren llevar el país estos señores que han perdido las elecciones de forma abrumadora. Es el hecho de que el país no tiene un rumbo definido porque hay una carencia de poder político en el núcleo mismo del sistema de poder gobernante.
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