Una mujer protagonizó un escándalo ayer en la madrugada, en el microcentro de la Capital. Hacía maniobras peligrosas a bordo de un Peugeot 208 sobre la calle San Juan, en zona de la plaza Italia. Cuando los oficiales de la Policía y los agentes de Tránsito hicieron que se detenga, notaron que la conductora estaba aparentemente alcoholizada. La mujer se negó a descender del rodado y a hacer el test de alcoholemia. Pero lo que llamó la atención fueron las amenazas que ésta profirió a los inspectores con supuestas represalias si no la dejaban continuar. Medió un familiar, tuvo que hacer diez veces el test y le secuestraron el vehículo.
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