En la mañana de ayer, se celebró la misa solemne de la fiesta patronal de San Miguel Arcángel en la localidad que lleva su nombre, la que presidió el obispo auxiliar de la Arquidiócesis, monseñor José Adolfo Larregain, con quien concelebraron varios sacerdotes de la zona y participaron autoridades provinciales, municipales, educativas y miembros de la Policía de Corrientes.
Como parte del acontecimiento, cabe recordar que se estrenó la remodelación del templo parroquial que se realza por la calidad de las obras y la iluminación, proyecto que ejecutó el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia, como se informó en la edición de ayer.
En la mencionada celebración eucarística participó en representación del Gobierno provincial el presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero, quien acompañó a los funcionarios locales, el intendente, José Alberto Barreiro; el viceintendente, Manuel Esquivel; el juez de Paz, José Luis González; el director del Hospital, doctor Ricardo Meneses.
La pequeña imagen del santo Patrono, quien recibió sentida veneración y súplicas de la comunidad que se volcó nutridamente en su reluciente recinto sagrado, estuvo custodiada en esa ceremonia por integrantes de la fuerza policial. En tanto, en los primeros minutos del día, 29 de septiembre, la imagen de San Miguel Arcángel fue portada por Bomberos Voluntarios desde el interior hasta el atrio del templo, como se puede apreciar en una de las imágenes adjuntas, colaboración generosa de Sixto Romero, donde recibió el saludo de los fieles, momento de inocultable emoción que acompañó con la animación el Ministerio de Música de la Parroquia y el sacerdote Cristian Soto, quien luego «en nombre de Dios» bendijo a quienes se congregaron en la vigilia de esta fecha tan cara a los sentimientos de los habitantes locales y devotos de otras localidades.
Por la tarde se llevó a cabo la procesión, el oficio de la misa y se realizaron otras actividades culturales, lo que en la homilía precisamente rescató monseñor Lerregain, a diferencia de la fiesta del año pasado, cuando «fuimos poquitos y con las puertas cerradas» y mencionó los momentos «duros en todo el tiempo de pandemia, pérdidas de seres queridos, enfermedades, dificultades económicas, la falta de trabajo, en la plata que no nos alcanza», por lo que animó a dar gracias a Dios por poder enfrentar esas situaciones y comenzar superarlas con la ayuda del «Príncipo de la milicia celestial».
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