Se conoció ayer un nuevo relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos respecto a los índices de pobreza e indigencia en el país. El Nordeste argentino quedó como la región más empobrecida, con el 36,3 por ciento de hogares sin poder acceder a la canasta y servicios básicos, mientras que el porcentual de indigencia (quienes no puedan comprar los alimentos para cubrir sus necesidades de calorías, la Canasta Básica Alimentaria) fue del 8,9 por ciento, igualando en esta variable con el Gran Buenos Aires.
20-CONTRATAPALa pobreza abarcó a escala país un 31,2 por ciento. En cifras más específicas, incluyó este 2021 a 18,8 millones de habitantes y la indigencia a casi 5 millones, según la proyección al total de 46,4 millones de personas de la Encuesta Permanente de Hogares en 31 aglomerados urbanos con una población de 28,9 millones de personas.
Un año antes, en el primer semestre de 2020, la pobreza había sido del 40,9 por ciento en el primer semestre del año, lo que implicó que unos 18,5 millones de personas no lograron cumplir con sus necesidades básicas; a su vez, la indigencia había trepado al 10,5 por ciento, equivalente a 4,8 millones de personas.
Una de las razones que explica la persistencia de la pobreza es que la carrera entre los salarios y los precios fue, en la primera mitad del año -hasta donde tiene alcance el relevamiento del Indec- por algunos puntos porcentuales favorable al IPC (o desfavorable a los ingresos de los hogares), aunque al observar la composición del mercado laboral se ve una enorme disparidad entre sectores, y entre los registrados y los no registrados.
Los más vulnerables fueron los empleados informales. Según los últimos datos oficiales, este segmento de mercado laboral es, por lejos, el más perjudicado. Hacia junio acumulaba casi 12 puntos porcentuales de desventaja contra el ritmo de suba de precios, mientras los ingresos habían aumentado en promedio 13,8 por ciento, la inflación acumulada hasta ese momento había sido de 25,3 por ciento.
En ese sentido, el Indec marcó en el informe de este jueves que la brecha de pobreza, es decir la distancia monetaria que hay entre los ingresos promedio de un hogar pobre (37.803 pesos) es un 40 por ciento inferior al dinero que necesitaría para cubrir el costo de la canasta básica, de 62.989 pesos. Para el caso de la indigencia, esa brecha es levemente menor (37,7 por ciento) ya que una familia indigente tiene en promedio un haber de 16.741 pesos mientras requirió 26.875 pesos para acceder a la canasta alimentaria.
Corrientes, tercera en el Nordeste
El Norte en sí se mantiene como el más pobre. El Nordeste, con el 36,3 por ciento y el Noroeste, con el 35 encabezan el triste podio nacional. El bronce se lo llevó en este sondeo Cuyo, con el 32,2 por ciento de hogares pobres, seguida por la Pampeana, con el 31 por ciento, quedando el quinto escaño para Buenos Aires, con el 30,5 por ciento de pobres y, por último, la Patagonia, con el 26,3 por ciento.
De acuerdo a las cifras otorgadas por el sondeo nacional del Indec, la zona más pobre del NEA es el Gran Resistencia, quien muestra un 44,6 por ciento de los hogares pobres, mientras que el índice de personas en dicha situación alcanzó el 51,9 por ciento; o sea, más de la mitad de los chaqueños de dicho conglomerado no alcanzan a cubrir la canasta ni los servicios básicos.
En el segundo puesto se instaló Formosa, con el 37,9 por ciento de pobreza a escala hogar, y en habitantes alrededor de diez puntos más, con el 47,4 por ciento de pobres.
La tercera ubicación fue para Corrientes, que sumó 32,9 por ciento de sus hogares en la pobreza, en tanto que en la variable personas ascendió a 43 por ciento.
En cuarto lugar, quedó Posadas. El 30 por ciento de los hogares misioneros es pobre, mientras que el ítem que especifica el porcentual por personas, trepó al 39,4 por ciento.