En el oficialismo hay una relajación casi extrema, con un Gustavo Valdés que decidió poner las riendas en el palenque por lo menos por 48 horas. La oposición sigue ausente. El mandatario provincial ya no oculta su objetivo mayor, que es ir por las tres bancas de diputados nacionales en juego en este turno electoral. Hasta se tomó tiempo para atender al ex presidente, Eduardo Duhalde que, con más pena que gloria, pasó por Corrientes. Recogió la indiferencia, cuando no el repudio, de los peronistas vernáculos que, desde hace tiempo, tienen en claro que Duhalde, las más de las veces, parece extraviado en una realidad que ya no parece entender.
20-CONTRATAPA-1Así viene sucediendo desde la victoria electoral de las Primarias del 12 de septiembre. Sin embargo, del otro lado de la vereda, parecieran no saber aprovechar el tiempo a favor.
Se vio, en las últimas jornadas, un andar disgregado de candidatos nacionales y municipales, así como de referentes justicialistas que intentan acaparar territorio sin mucho para mostrar o prometer, teniendo en cuenta que se trata de una campaña que se extenderá, hasta poco antes que el 14 de noviembre. No logra que el poder central ponga sus fichas en la Provincia, con una indiferencia que contrasta con el propósito de revertir el resultado desfavorable para lo cual se exige algo más que buenas intenciones.
Son 15 municipios los que se ponen en juego, con riesgo en el Frente de Todos de tambalear la continuidad nada menos que en once de esas comunas. Ello torna necesario replantearse las estrategias elaboradas hasta hoy, con dos antecedentes contundentes de palizas electorales con un principal responsable, que no es otro que el presidente del PJ Nacional, Alberto Fernández, quien ha estrenado el cargo con el fracaso que mostró en Corrientes la Intervención que el propio Alberto comanda.
Lo que se observa hasta ahora es el andar errático de algunos legisladores que pretenden retener sus bancas en el Congreso de la Nación, así como de otros candidatos que intentan «yepocarse» sobre figuras del Gabinete de Alberto Fernández, siendo claro que con fotos no se ganan elecciones. Hace falta ver acciones concretas que nunca se han dado de parte del poder central.
Lo que se vino haciendo hasta la fecha, sin que ello haya repercutido en el electorado de una manera satisfactoria, han sido señales de humo. Mucha cáscara y pocas nueces.
En las últimas horas, la novedad del Frente de Todos fue la inauguración de la Intendencia del Parque Nacional del Iberá en Mercedes, con la presencia del ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié. En la oportunidad, se procedió a más firmas de convenio, un clásico del «fernandismo», esta vez para la construcción de viviendas para los guardaparques. También se entregó maquinarias para la gestión de residuos en los municipios de Saladas, Itatí, Esquina y Paso de los Libres. En total, las buenas nuevas representaron una inversión nacional superior a los 190 millones de pesos.
Esto fue casi la más importante novedad de la semana en campaña. Una reunión entre dirigentes y candidatos con un funcionario nacional de tercer orden sin medidas o anuncios que impacten de lleno en la acuciante realidad de la gente; una ventaja que tienen los oficialismos como el provincial; aunque en este caso estaban presentes dos tipos de oficialismos, municipales y nacional.
Otras novedades fueron las reuniones de un solitario Espínola con el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, así como con el titular de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez. Con este último, por ejemplo, conversó sobre la ley de Fomento Agroindustrial.
Otra vez, un anuncio intrascendente para lo que es la actualidad del campo correntino y de los correntinos, jaqueada por la inflación, la inseguridad, la salud, entre otras variables que tornan dificultosa cada jornada.
En concreto, una especie de campaña desorganizada, con un PJ virtualmente acéfalo en el que su interventor, «Juanchi» Zabaleta se asemeja al célebre Coronel Bazuca, de la tira de Patoruzú, con suficientes responsabilidades en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, en medio de la tormenta que generaron las Primarias, que dejó destrozos varios que se tradujeron en una purga aún no concluida en las primeras líneas del Gobierno nacional.
El peronismo correntino sigue a la deriva, carente de conducción política. Deberá enfrentar un nuevo desafío con una falta de motivación, sin que desde el 29 de agosto haya habido decisiones de alto impacto tendientes a mostrar efectividades conducentes en una geografía en la que las más de las veces pareciera que Alberto sigue jugando para el oficialismo valdesista.
La relajación oficialista pareciera tener asidero, ya que, al otear hacia la otra vereda, observan que los que caminan hacia el 14 de noviembre lo hacen con los cordones desatados, sin un rumbo claro y menos una organización acorde al desafío de generar una expectativa que hasta ahora no se da.
POR AHORA SIGUE SIN JUGARSE POR EL PJ. Alberto perdió en Corrientes el 29 de agosto y volvió a perder el 12 de septiembre. Como timonel del PJ Nacional no pareció estar a la altura de las circunstancias. Pasadas tres semanas, las cosas no han mejorado, acaso como si apuntara a facilitar un nuevo traspié el 14 de noviembre. La intervención sigue ausente y muestras efectivas de poder no se ven. Valdés apunta a sacar más ventaja.
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