Tiene cinco años y está parada al borde de la pileta, a punto de dar el salto al agua que en quince años la tendrá en medio del río, abriéndose a brazadas una oportunidad entre otros competidores para pararse en el podio. Pero tiene cinco años, no lo sabe.
El agua quieta de la pileta no le anticipa que habrá una carrera de 21 kilómetros de Villa Urquiza-Paraná a la que se va a lanzar con brío, cuando lo máximo que nadó hasta el momento fue 10 kilómetros, y que aun teniendo en contra la poca fe de otras personas de que pudiera lograrlo, su papá estaría alentándola desde la canoa.
“Vamos, Aye, vos podés”.
Y esa niña de cinco años se lanza al agua.
«NO PARES»
A los 19 años, Ayelén Cuevas es nadadora de aguas abiertas y representante del club de Regatas Corrientes, con un segundo éxito reciente en el Circuito NOA que la ubicó en lo más alto del podio de su categoría y en el tercer lugar en la clasificación general.
“Hay muchas personas a las que no les gusta competir, a mí sí. Es otro ámbito, hay adrenalina, y luego de tantos entrenamientos sacrificados, es poder conseguir algo”, afirmó en diálogo con EL LIBERTADOR, con el río Paraná y la silueta del puente General Belgrano como parte del escenario del encuentro.
Pero no siempre se gana. “Perder no me gusta, no me gusta salir de una carrera donde las cosas no son como esperabas. El año pasado tuve una que no me gustó mucho porque me choqué con una boya, y al chocarte con una boya, te desorientás. Perdí segundos y luego para alcanzar a mis competencias, al final ya no tuve las mismas fuerzas. Trato de no cometer esos errores y ser muy cuidadosa”, comentó.
Martes y jueves de 5 a 6.30 de la mañana, a entrenar. Todos los días, una hora en el gimnasio, a menos que esté muy cansada. También por las tardes, desde las 19 hasta las 21, a entrenar. Lunes, miércoles y viernes de 15 a 17, da entrenamientos de natación en la playa Islas Malvinas II.
Hay días que lo más complicado es comenzar esa rutina, encontrar el sentido a tanto esfuerzo. “Te focalizas en tus objetivos y eso te da las ganas de seguir entrenando”, explicó al contar cómo ella lo consigue, y destacó a sus compañeros y a su familia como un gran apoyo. “Mi papá que me dice: ¡Dale, negra, no pares, vos podés!”, exclamó, como esa fuerza que se complementa con la que pone de sí para alcanzar la meta.
«EN EL RÍO ES TODA UNA AVENTURA«
Como principal atractivo para ser una nadadora de aguas abiertas, contó que “ninguna carrera es la misma”. “La pileta me aburre porque es dar vueltas y vueltas, en el río es toda una aventura. Podés ir a donde querés, las corrientes también ayudan”, explicó.
Y si es una aventura nadar en el río, haber nadado en el mar frío de Puerto Madryn, en Chubut, fue una hazaña de valientes. “Las chicas del norte temblando antes de la salida, y las chicas del sur, ahí tranquilas”, relató entre risas, para asegurar luego que sigue prefiriendo el agua cálida de esta región.
Si bien sueña con ir un poco más lejos y participar de la Maratón Capri-Nápoles en Italia, una de las más celebradas en el mundo y que durante un tiempo otorgó a sus ganadores el honor de ser reconocidos como los campeones de natación de larga distancia. Sin que haga falta ir al otro lado del océano, también señaló que le gustaría participar de la Maratón Santa Fe-Coronda, que une las ciudades de Santa Fe, Santo Tomé y Coronda a través de los ríos Coronda y Salado, cubriendo una distancia aproximada de 63 kilómetros.
¿Dónde se ve a los 50 años? “Nadando”, contestó. En las competencias de Federación o las del Circuito NEA, “donde veo mucha gente mayor compitiendo, le va bien y gana”, apuntó. Y así seguir abriéndose oportunidades a través de la imprevisibilidad de los ríos, imponiendo su determinación al viento y, como niña que fue acunada por las corrientes de este Taragüí, sea conquistadora de las aguas sobre las que avanza.
Foto portada: Hey Mai Fotografías y Aguas Abiertas Jujuy