La posibilidad de que el Senador nacional correntino pudiera integrar un bloque que rompería con el Frente de Todos generó un cimbronazo. La especie pululó en los corrillos del Congreso de la Nación y fue expuesta por los medios porteños. En Corrientes, no fue una novedad, aunque molestó mucho. Aún quedan resquemores de una jugada idéntica que acompañó en épocas de Macri, donde además terminó siendo alfil de Pichetto, que luego se convirtió en el candidato a Vice de Mauricio. Tiempo después, eligió el ostracismo y reapareció justo en el año electoral, de la mano de la entente que comandaron Schiaretti y Perotti para negociar con Cristina. La que terminó accediendo a un acuerdo territorial que incluyó como moneda de cambio a Espínola en la grilla para refichar en la Cámara alta nacional, aunque la derrota por 23 puntos de diferencia descolocó a quienes convencieron a la Vicepresidenta de que podría coronar los dos senadores nacionales.
03-POLITICA-4Camau Espínola volvió a quedar en el candelero, luego de que se conociera una estrategia rupturista de un sector del Frente de Todos en el Congreso de la Nación, que ingresó tras acuerdos salomónicos con el kirchnerismo.
El Senador nacional, como siempre, eligió el silencio. Aunque esta vez, mandó a emisarios para que instalaran algunas enclenques desmentidas ¿Por qué fueron tomadas como «flojas» las argumentaciones que negaron los trascendidos? Porque fue protagonista excluyente de una misma maniobra años atrás. Así de simple. Por aquello de que «el que calla otorga», en los corrillos políticos quedó instalada la posibilidad de un quiebre, posibilidad que se agiganta en la eventualidad de un resultado adverso en 2023.
En tiempos del macrismo, el «otrora» kirchnerista Diego Bossi avanzó en Diputados y Miguel Pichetto, en el Senado de la Nación con un quiebre contundente en el Frente de Todos. Allí, estuvo como coprotagonista el medallista olímpico. Se convirtió en una especie de alfil del que después compitió en Juntos por el Cambio en la fórmula presidencial con Macri.
Es más, en esos años (de 2015 a 2019), Camau hasta coqueteó con ECO. No dudó en sacarse fotos y participar de reuniones con su principal detractor radical, el caso de Ricardo Colombi, quien tejió una red de relaciones con Macri que derivó en una importante presencia correntina en sitiales como el Plan Belgrano, entre otras áreas dependientes de Balcarce 50.
«Lo de Cristina es un ciclo agotado», se animó a decir en 2017. Y sobre ello aclaró en una entrevista con un medio porteño: «Los cargos ejecutivos tienen que cumplir dos ciclos si la gente elige y no volver más. Desde ese lugar digo que los ciclos se agotan. El rol de la ex Presidenta es importante en una renovación del peronismo. Está claro que el peronismo se tiene que renovar». Otra expresión que dolió fue cuando, al ser consultado sobre la posibilidad del desafuero, no dudó en responder «por supuesto», siendo uno de los senadores del PJ que dieron quórum a una sesión que apuntaba al corazón de Cristina.
MAÑAS
CONOCIDAS
Desde entonces, Cristina Kirchner lo tiene entre ceja y ceja. Es más, costó mucho convencerla durante las negociaciones con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti y el de Santa Fe, Omar Perotti, de aceptar que Espínola formara parte de la negociación territorial de Corrientes.
Resulta necesario recordar que el Senador nacional jugó como un «outsider» (forastero), participando como cara visible de una estrategia nacional que comandó el mandatario cordobés y el santafesino. Lo hicieron mediante el spot de «Hacemos por…». En cada distrito aparecieron en las redes sociales con un mensaje misterioso. Como amagando a lanzar un tercer frente para las elecciones nacionales, pero en realidad era sólo eso, un «bluff» de póker para ocultar la verdadera intención: negociar al mejor postor.
Camau protagonizó «Hacemos por Corrientes». Un eslogan de cuasi campaña que circuló por las redes a principios de junio de este año. Cuando el escenario electoral argentino comenzaba a levantar temperatura y también el correntino, donde algunos lo quisieron dar como potable para competirle a Valdés.
Cuando «la necesidad tiene cara de hereje»
De raigambre nuevista, fue la figura elegida por Scioli en 2009 (que convenció a Néstor Kirchner) de instalarlo para competir en territorio correntino. Fue así que alcanzó la Intendencia como primer paso, envuelto en la bandera kirchnerista. Después de su derrota como candidato a Gobernador, probó el sitial del Senado de la Nación. Allí se fue acomodando conforme se fueron dando los cambios en el tablero nacional.
Desde entonces, su andar es variopinto, valiéndose del limbo en el que hace años se encuentra el justicialismo correntino. Es que su rol en las estrategias electorales del PJ local hizo gala al dicho que sentencia: «La necesidad tiene cara de hereje».
Fue por ello que siempre se «coló» en las diferentes grillas diagramadas desde Buenos Aires para las ofertas de la provincia. Y fue lo que sucedió este año electoral. Esta vez, fue ayudado por algunos operadores políticos que llevaron al Instituto Patria «pruebas» de que Camau era la mejor opción para encabezar la lista legislativa nacional. Fue así que la Vicepresidenta de la Nación aceptó «bajar» al segundo lugar a su candidata, Ana Almirón, bajo el compromiso de estos «estrategas» de asegurarle la continuidad de la legisladora en el Senado.
Todo fue en contra. El Frente de Todos perdió en casi todo el país, pero en Corrientes fue donde mayor diferencia a favor obtuvo Juntos por el Cambio. La historia terminó con 2 senadores de ECO ingresando a la Cámara alta nacional y uno solo del Frente de Todos ¿Quién? Sí, Camau Espínola.
Ya con el «chivo en el lazo», como en la fábula del escorpión en el lomo de la rana, no dudaría en «picar» a quien le permitió sostener la poltrona para hacer «rancho aparte». Y más allá de una tibia intentona de desmentir las posibilidades latentes, en el PJ provincial están seguros de que para Espínola también aplica otro dicho. «Hazte de fama y échate a dormir».
Ahora, sólo resta ver si este quiebre sucede dentro del Congreso nacional. Y si el medallista olímpico vuelve a ser uno de los protagonistas. Entonces, será el momento de que en el peronismo correntino decidan tomar nota de los errores y no volver a priorizar las necesidades por sobre los objetivos verdaderos, que concluyen en despertar a un gigante dormido que (muchas veces), por errores no forzados, hace medio siglo no dirige las riendas de la Provincia, y en lo cual -en este último turno electoral- la responsabilidad mayor recayó en el propio Presidente, que jugó sin reparos por el triunfo de Valdés.
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