Para el Gobierno de Corrientes el turismo es concebido como Política de Estado, por lo que a partir de la implementación de la Ley de Guardaparques, se afianza el compromiso para avanzar hacia la consolidación de la provincia como un destino de excelencia.
Este trabajo colaborativo con entidades proteccionistas y diferentes actores locales, permite un desarrollo equilibrado para alcanzar dicho objetivo y se afirma como un lugar «productor de naturaleza».
Al mismo tiempo, refuerza el esquema de tareas para el cuidado del medio ambiente, principal atractivo en este tiempo de pandemia, donde Corrientes dispone de escenarios únicos, con personal capacitado para el control de estos espacios naturales. Mientras que el Comité Iberá, ente mixto que tiene como objetivo el desarrollo local a partir del turismo de naturaleza, trabaja con un Plan Maestro y un Plan Estratégico como vectores en los cuales, precisamente, la producción de naturaleza es el motor de desarrollo de más de 30 pueblos que rodean a los esteros correntinos.
Cabe mencionar que, en el marco de las acciones impulsadas por el Ministerio de Turismo de la Provincia, cobra especial importancia entonces la Reglamentación de la recientemente promulgada Ley de Guardaparques provinciales y, a su vez, posibilita que el personal que cumple funciones en zona de reservas desempeñe un rol específico. Permite, además, que el acceso turístico a dichos parques se brinde con atención cálida por cada uno de los guardaparques correntinos, con la excelencia que el turista merece y, además, para que la flora y fauna locales seas protegidas.
CUSTODIOS DE
LA NATURALEZA
La creación de la Reserva Natural del Iberá en 1983, trajo consigo la necesidad de dotar a la novel área protegida de personas que se encargaran de trabajar para restaurar su patrimonio natural. Se necesitaba del conocimiento profundo del lugar, por lo que fueron convocados los principales mariscadores, y el 11 de mayo de ese año iniciaron formalmente la tarea de devolver al Iberá su esplendor natural.
CRECIMIENTO
Con el paso del tiempo, este cuerpo se fue incrementando con hombres y mujeres de Corrientes que se consagraron a la silenciosa tarea.
El control y fiscalización de las actividades en el área protegida, el monitoreo de la fauna y la flora, así como la educación e interpretación ambiental, son parte de su labor y servicio cotidiano.
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