El empresario Román Naya habló acerca de las expectativas que se generaron inicialmente en Santo Tomé ante la apertura de la frontera con Brasil, a través del Puente Internacional De La Integración, como corredor seguro.
Según informó Digital Sant Tomé, estas expectativas se referían al sector del comercio y del inmobiliario que no se cumplieron, en gran parte, debido a que el tránsito vecinal fronterizo y del turismo internacional hasta ahora trata con las trabas burocráticas.
En materia sanitaria, el Gobierno nacional impuso para quienes provengan del exterior, en este caso, de la vecina ciudad de São Borja y otras localidades de la región que, ante las exigencias, opten por no venir a Santo Tomé. El tránsito por el Puente Internacional es muy reducido y mayormente acceden a venir quienes tienen un poder adquisitivo alto.
Naya manifestó que «efectivamente, las fronteras en el país se abrieron hace ya más de un mes, a través de los llamados corredores seguros pero en Santo Tomé, que quedó retrasado en la apertura en su momento, hasta ahora a raíz de los estrictos protocolos sanitarios y el tan deseado intercambio comercial, no se está dando».
Además, remarcó que «si bien ya fuimos declarados como corredor seguro y la frontera está abierta, resulta que solo pueden ingresar a Argentina los vecinos brasileños con cierto nivel económico, porque no todos pueden acceder a los requisitos para pasar».
«Inclusive a los vecinos de São Borja, además del carnet de vacunación con las dosis correspondientes, se les exige un test de antígeno negativo (PCR), y a aquellos que viven a más de 50 kilómetros de São Borja se le pide un seguro denominado «carta verde», el cual es bastante costoso, esto hace que muchos brasileños no estén pudiendo venir a Santo Tomé o que no les atraiga la posibilidad», explicó.
«Santo Tomé, como toda ciudad fronteriza, depende en gran parte del comercio con nuestros hermanos brasileños y es una pena que no estén pudiendo venir porque por el cambio de moneda a ellos les conviene adquirir ciertos productos acá, como bebidas, artículos de limpieza, combustible, entre otros», explicó.
Recordó que una de las solicitudes que se había hecho oportunamente desde el Concejo Deliberante era que la empresa Mercovía SA, con los Estados argentino y brasileño dispongan la gratuidad para el tráfico vecinal fronterizo, lo que hasta la fecha no se dio y algunos especulan que no se va a poder dar.
«Todas estas cuestiones hacen que el intercambio comercial entre Santo Tomé y São Borja todavía no se esté dando, es decir, la apertura de la frontera hasta ahora es solo para algunos privilegiados en el sentido adquisitivo», enfatizó.
La esperanza son los estudiantes
El empresario inmobiliario Ramón Naya, señaló que Santo Tomé es una ciudad universitaria y gran parte de su estudiantado es de origen brasileño, lo que es muy importante para los inversores del rubro.
«Hay departamentos que están alquilados y sus ocupantes, oriundos de Brasil, hace dos años que no vienen a Santo Tomé. Están pasando muy poquitas personas, clientes específicos de algunos rubros y con un poder adquisitivo alto», advirtió.
Naya dejó entrever que a pesar de las trabas burocráticas en el cruce Santo Tomé y São Borja, las expectativas son grandes y esperan que con el correr de las semanas el ingreso de brasileños a la ciudad se incremente.
«En cuanto al rubro inmobiliario, es muy alta porque sabemos que hubo muchos inscriptos en la Facultad Barceló, por ejemplo, que hasta ahora están cursando sus carreras de manera virtual, pero sabemos que en algún momento tendrán que venir a cursar a la universidad de manera presencial», comentó.
«Esperamos que en enero esos estudiantes puedan hacer su ingreso a la Argentina, ya en este momento hay mucha demanda, se podría decir que la oferta existente es menor a la demanda. La llegada de los estudiantes no solo favorecerá al rubro inmobiliario sino también al comercio en general», puntualizó.
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