lberto Fernández viene dando pasos erráticos respecto al manejo del bastón de mando. El Presidente suma frentes de batallas casi a diario. Y por distintos motivos, añade tensión dentro del propio Frente de Todos.
En las últimas horas, una de las nuevas controversias se dio con los gobernadores, que lo miran de reojo, con varias promesas incumplidas, soportando una crisis fenomenal debido no solo a la pandemia, sino al desbarajuste financiero que tiene al FMI como un actor fundamental y donde se añade otro capítulo polémico al derrotero presidencial (ver página 3).
Retomando lo de los mandatarios provinciales «afines», estos amenazan con desdoblar las elecciones para esmerilar la reelección de Alberto. Se trata de una postura que no fue desestimada por La Cámpora, con Máximo Kirchner analizando en la Provincia de Buenos Aires qué estrategias tomar.
Los gobernadores no quieren ir «pegados» a la boleta de Alberto Fernández, si el Presidente insiste con su proyecto de reelección. Es que sobre su desgastada espalda están todavía latentes las contundentes derrotas del Frente de Todos de 2021. Ya en las Primarias, la especie pareció quedar sepultada por el cisma que se generó en la coalición gobernante con la pantomima de la renuncia de los ministros kirchneristas.
La supuesta «remontada» que se logró en algunos distritos en las legislativas de noviembre habría envalentonado al entorno presidencial, desde donde le hablaron de un fortalecimiento de gestión, impulsando las ansias de Alberto de refichar al frente del Sillón de Rivadavia. Lo convencieron de que cerró el año sin una «derrota catastrófica», como vaticinaban los propios dirigentes oficialistas. Así, impulsado por sus colaboradores, Fernández blanqueó en diciembre sus intenciones de ir por otro mandato.
Ante esta idea instalada en Olivos, los gobernadores son los primeros que buscarán retener el poder en sus provincias y por eso hablan de despegarse de la boleta de Alberto.
El primero en dar señales al respecto fue el sanjuanino, Sergio Uñac, tras eliminar las Paso en su provincia para 2023. Es uno de los mandatarios con aspiraciones presidenciales, como el jefe de Gabinete, Juan Manzur, con licencia en la Gobernación de Tucumán. Ambos están impedidos de ir por otro mandato en sus distritos, como el cordobés Juan Schiaretti. Por fuera de las provincias, las candidaturas de Sergio Massa y Eduardo «Wado» de Pedro son las que se estudian en el kirchnerismo.
Los medios porteños de alcance nacional señalan como actor clave de esta movida «anti» reelección a Martín Insaurralde, jefe de Gabinete bonaerense. Lo sindican como el «cabecilla» de los jefes del Conurbano, y uno de los impulsores de la idea de desdoblar. Además, aseguran que encontró en Máximo Kirchner un aliado que comparte esa posición.
CON LA JUSTICIA
EN LA PICOTA
Alberto Fernández transita un enero que promete ser como dice el dicho, «largo». Mientras anda a los tumbos sin siquiera obtener gestos de apoyo de sus gobernadores, suma otras polémicas.
Su arenga para manifestarse en contra de la Corte Suprema marcó el escenario del poder central. En el ámbito judicial observaron esta confrontación impulsada desde Balcarce 50 como un intento del Gobierno nacional de avanzar con la ampliación del máximo Tribunal, generando la posibilidad de instalar algunos alfiles y terminar con la mayoría de los supremos que no comulga con el kirchnerismo.
La movilización inicialmente impulsada por sectores marginales del espectro K, recibió en los últimos días un respaldo pleno de la Casa Rosada. El Presidente dijo que la Corte tiene «un problema de funcionamiento muy serio», mientras que Martín Mena, viceministro de Justicia, dijo que era «sano y necesario que la gente se pronuncie», en relación a la marcha del 1 de febrero.
La salida de Helena Highton dejó al Gobierno sin jueces propios en la Corte. Hoy solo tiene una relación interesada con Ricardo Lorenzetti, que mantiene un alineamiento con el Gobierno con la esperanza de algún día volver a presidir la Corte, pero la desconfianza es grande.
Alberto Fernández, entre los muchos yerros de gestión y de capacidad política, nunca logró establecer un vínculo que implosionara dentro de la Justicia, más incluso tras el fallido intento por imponer a Lorenzetti y algunos fallos adversos como el de las clases en la Capital Federal, la composición del Consejo de la Magistratura y la deuda con la Provincia de Santa Fe.
FUNCIONARIOS QUE
NO LE «FUNCIONAN»
El Presidente de la Nación hizo una exhortación explícita a los miembros de su Gabinete, la cual tuvo como búsqueda consecuente un efecto rebote hacia las demás esferas de la administración nacional, en cuanto a que las vacaciones las hicieran dentro del país. Sin embargo, otra vez Alberto quedó pedaleando en el aire.
Luego de padecer el desplante pos Paso, donde le renunciaron ministros y el kirchnerismo hasta se ocupó de viralizar un audio de WhatsApp de la diputada ultra K, Fernanda Vallejos, que lo trató de «okupa» de la Presidencia, el verano le comenzó con otro gesto. Una de las funcionarias que mayor exposición tiene y cuya área maneja recursos clave, lo dejó boquiabierto.
Fue Luana Volnovich, la titular del Pami, que se fue de viaje a México, desoyendo el pedido presidencial. Es más, tras conocerse este costoso viaje, hasta se dejó en claro que quien iba a definir la suerte de la -por ahora- funcionaria sería Máximo Kirchner y no el Jefe de Estado.
Lo cierto fue que el Presidente volvió a sufrir una señal de debilitamiento, más allá de que este lunes se reunirá con Volnovich para definir su futuro.
Según trascendidos, la titular del Pami y Alberto ya conversaron por teléfono. También hubo contactos con Cristina y Máximo. «Todas las posibilidades están abiertas», dijeron en la Casa Rosada, así como varios de los frentes de controversia que viene generando el propio Fernández.
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