El referente liberal y ex mandatario provincial hizo un repaso por su historia dirigencial. Remarcó los valores de antes, en la práctica de la política electoral e institucional. Instó a recuperarlos, lamentando la pérdida de los mismos en la actualidad. Este domingo, se reproducirá la nota completa en La Otra Campana, por LT7 y Radio Guaraní de Curuzú.
04-POLITICAEl ex gobernador de Corrientes, Ricardo Leconte conversó en exclusiva con LT 25 Radio Guaraní y se refirió a su experiencia como dirigente, así como vecino y mandatario.
Las partes más relevantes de una extensa conversación se dieron de la siguiente manera:
Un periodista le preguntó a usted: «¿Qué les dejará a sus hijos?». Y usted le contestó, «un buen nombre». Y a continuación le preguntó: «¿Qué le dejará a la sociedad?». Y usted contestó: «Un ejemplo de honestidad en la función pública». Eso resume cómo fue usted como funcionario público.
-Es lo que tiene que ver con la formación tradicional de la familia en el país y, sobre todo, aquí en Corrientes: la honestidad, el respeto, la palabra empeñada, el esfuerzo para superarse. Creo, ser una persona normal.
¿Cómo estaba compuesto su grupo familiar?
-Mi padre era Pedro Leconte, docente de los indios en el Chaco. Vivió en una carpa junto a una escuela durante 4 años en el monte. Después fue escribano. Se casó con mi madre Sara Mantilla. Fuimos tres hermanos: yo, el mayor; mi hermana Margarita, y un hermano menor, ya fallecido. Luego, me casé en 1960. Siempre digo que es lo más importante que hice en mi vida. Me casé con María Teresa Mendiondo que tenía 18 años, yo 27. Tuvimos 9 hijos. El primero, prematuro, que sólo vivió tres horas, después estuvimos 8 años sin poder tener hijos y en 11 años tuvimos 8 hijos.
Siempre digo que lo que uno produce, es el producto de las raíces que tuvo y su caso no debe ser la excepción.
-No, sin dudas la familia es un resorte fundamental en la formación de la gente. Lamentablemente está en crisis en el mundo. Debemos renacer a la familia como una herramienta fundamental.
Los maestros reciben lo que mandan los padres desde sus casas, porque un chico bien educado es un buen alumno.
-Así es.
¿Qué influencia tuvo en su vida, Aguirre Lanari? En la parte política.
-Fue mi mejor amigo en la vida y en la política, siendo 12 años mayor que yo. Cuando tenía 15 años, me dijo: «Ya estás en edad de actuar en política. Hoy hay una renovación en el Comité, conviene que vayas». Lo consultó a mi padre, que era un ferviente liberal. Era diciembre de 1947, en el auge del peronismo. El Partido Liberal y Autonomista votaron contra el peronismo, a favor de la lista radical. Iban a imponer la fórmula de Gobierno, pero faltaban dos electores. Se invitó a los radicales a que los acompañaran y los radicales en esa época, devotos de la intransigencia, dijeron: «Que un radical sólo podía votar por un radical». Y entonces, liberales y autonomistas, antes que el peronismo ganara la única provincia no peronista, votaron a los radicales. Y en la Legislatura se eligieron senadores a Mariano Gómez, liberal y a un autonomista, los dos únicos senadores no peronistas, pero nunca los dejaron jurar. En ese esquema, al año siguiente, el Gobierno nacional intervino al Gobierno de Corrientes. En ese clima adverso, empecé a actuar en política y en esa reunión se constituyó una comisión promotora de la juventud y me incluyeron a mí en la lista, Salí en los diarios. Desde ese día estoy en política hasta el día de hoy, con una gran pasión que absorbió mi vida. Y desde entonces, siempre con Aguirre Lanari, hemos estado en estrecha relación.
¿En esa época quién era el Presidente del PL?
-Era el doctor Mariano Gómez. Fíjese lo que era el espíritu de esos dirigentes de jerarquía. Hasta el año 45 era presidente del partido Ernesto Meabe y en la Convención de ese año, dirimieron quienes serían candidatos a Gobernador del Partido Liberal, entre Ernesto Meabe y Mariano Gómez. Y le ganó Ernesto Meabe, luego de esa votación le dijo al doctor Gómez: «Ahora vos tenés que ser el Presidente del partido». Y Gómez, oriundo de Curuzú Cuatiá e hijo del ex gobernador y vicegobernador, José Rafael Gómez, fue el que aguantó el partido durante el peronismo y condujo la reconstrucción partidaria que fue una tarea extraordinaria después del 55.
Usted fue Ministro de Obras Públicas de Díaz Colodrero.
-Sí. En el 61 se firmó un pacto entre liberales y autonomistas. Gómez había muerto y Meabe retomó la conducción del partido. Y se le ganó la elección a los «frondizistas». En el gobierno de Piragine Niveyro, el candidato fue el ministro Echeverría y el pacto con Meabe, le ganaron por 124 mil a 82 mil. Pero con la caída de Frondizi, se anularon las elecciones. Al año siguiente se volvió a convocar a elecciones, todos estábamos dispuestos a proclamar nuevamente candidato a Meabe. Pero el doctor, en un gesto que hay que difundir, dijo: «Mi partido me dio todo. Varias veces candidato a Gobernador, hasta una vez me votó para Presidente, pero en esta hora hay que abrir paso a un hombre de una nueva generación, yo declino toda candidatura y propongo como candidato a Diego Díaz Colodrero, una generación más joven como candidato a Gobernador». Cuando se habló días previos sobre esa actitud, que Meabe adelantó a los principales dirigentes, dijeron quién debe ser el Vice. «Entonces, el Presidente de la Juventud». Y fui candidato a Vice, con Díaz Colodrero. De acuerdo al pacto, quien sacaba más votos entre liberales y autonomistas llevaba la Gobernación y la Vice el otro. Como ganamos nosotros, el Gobernador fue Díaz Colodrero y Di Tomaso, autonomista Vicegobernador. A mí me designaron Ministro de Obras Públicas, cuando tenía 30 años.
Una memoria fantástica.
-Habiendo vivido tanto tiempo en la política, es bueno recordar estos hechos, sobre todo para los jóvenes y para los que no saben. Vivimos en este momento de un aumento extraordinario de la información, pero a veces hay confusión y crisis de valores. Y sobre todo para los jóvenes, dice Renan que ser joven es descubrir un escenario inmenso, que es la vida. Allí hay que ser protagonista y no espectador. Entonces, es bueno conocer hechos históricos que jerarquizan los valores, que defienden la honestidad, que destacan los gestos de altura como los que menciono, del heroísmo de Mariano Gómez, el desprendimiento de Ernesto Meabe, la consagración de Aguirre Lanari al servicio de Corrientes y tantos otros. Tenemos que difundir sus méritos.
Cuando se formaliza el Pacto Autonomista Liberal, tenían un sistema muy respetuoso de lo que se acordaba, en cuanto a la distribución de los cargos y la alternancia. La primera elección gana Pocho Romero Feris.
-Sí, el Pacto tenía dos principios fundamentales: uno era la alternancia en el poder; y luego, el equilibrio en los cargos y candidaturas. Decía que, en la primera votación, como había Colegio Electoral, cada partido iba con fórmula propia. El que sacaba más votos llevaba al Gobernador. En el 73, le correspondía la candidatura a Gobernador al PA. Fue Justo Díaz Colodrero y yo fui el candidato a Vice del PL. Pero el PA estuvo dividido y con ese problema perdimos con Julio Romero, peronista. En el 83, se iba a volver a votar, y los autonomistas plantearon: «Vamos a empezar de nuevo». En realidad, le tocaba al Partido Liberal, pero el que saca más votos lleva la Gobernación, y el candidato autonomista fue «Pocho» Romero Feris. Yo liberal y «Pocho» me ganó claramente. Entonces, en el Colegio Electoral le votamos a Pocho y García Enciso fue el Vice. En esa época, el PA nos ganó por una gran diferencia, pero a los 4 años, cuando fui candidato, le ganamos al PA por más de 3 mil votos, estando Pocho en el Gobierno. Fue el mayor caudal histórico que obtuvo el PL en la historia.
Había una de las cláusulas en el Pacto que indicaba si, por ejemplo, el Gobernador era liberal, el Ministro de Hacienda debía ser autonomista.
-No estaba escrito, pero era una práctica que siempre se respetó por ambos partidos. Cuando fue gobernador Pocho, el ministro fue Mariano Cadenas, liberal. Cuando fue gobernador Díaz Colodrero, el ministro fue Mancini, de Esquina. Siempre fue así.
Usted asumió la Gobernación con un país en llamas (1987) ¿Qué recuerda de lo que fue manejar la economía provincial, con condiciones tan adversas?
-Yo tenía una gran relación con Angeloz, que era un gran político. Como no teníamos recursos, la inflación era inmanejable (3 mil por ciento) y teníamos huelga de docentes, empleados públicos, que íbamos controlando a través del diálogo, pero había que pagar los sueldos. Entonces, llegué a un acuerdo y el Banco de Córdoba me prestaba el día 5 de cada mes la plata para pagar los sueldos y nosotros le cedíamos la totalidad de la Coparticipación hasta cancelar el crédito. Nos quedábamos sin plata hasta el 23 o el 24 en que cancelábamos la cuenta y ahí empezábamos a juntar la plata para pagar otras obligaciones. Era una tarea de andar caminando por los techos con riesgo de caernos. Fue así hasta que, en el Gobierno de Menem, con la intervención de Cavallo, que la inflación fue 1. Durante los 4 años habíamos tenido más de 6 mil por ciento de inflación, marzo de 1991, último año de mi gobierno. Con la ley de convertibilidad entre marzo y diciembre, que entregué el poder, fue un cambio fundamental en el manejo de los dineros públicos.
Había que hacer malabarismo para poder sobrellevar una situación como la que usted está relatando.
-Fueron los momentos más tensos de mi vida.
Tengo entendido que le habían ofrecido a usted desde el Gobierno nacional, continuar, pero no aceptó.
-Exactamente. Cuando terminaba mi gobierno, correspondía la gobernación al PA y el candidato era «Tato» Romero Feris. En el Colegio Electoral, el Pacto sacó 13 electores, faltaba 1 y los otros 13 eran peronistas y radicales, que ninguno nos apoyaba. Cuando se reunía el Colegio Electoral, como no había definición, radicales y peronistas, los electores se fueron al Chaco y ante la imposibilidad de elegir, se reunió el Colegio Electoral con 13 y lo eligió a Tato. Pero la Justicia invalidó esa elección porque no tenía los 14 electores. Entonces, cuando terminaba mi mandato, el 10 de diciembre del 91, me llamó Manzano en nombre de Menem y me dijo: «Quédese, el Presidente le da todo el respaldo». Pero le dije: «La Constitución dice que mi mandato dura 4 años y no me puedo quedar un minuto más. Voy a cumplir con la Constitución y en 15 minutos le entrego el poder al Vicepresidente del Senado, que era Mancini, autonomista». Cosa que hice.
Es un dirigente que respeta los valores.
-Eso tiene que ser lo normal y no debe sorprender. Lamentablemente la crisis nos muestra que no suele ser así.
Lo que queda claro es la importancia que llegó a tener el Pacto en la vida política de la provincia.
-Sin dudas. Era un ejemplo. Fíjese que aún en el esplendor de Alfonsín y de Menem, liberales y autonomistas, en la mayoría de las elecciones sacábamos más votos que radicales y peronistas juntos, que eran los grandes partidos nacionales. Hemos hecho iniciativas de provecho para Corrientes, como ha sido el Instituto de Cardiología y en la época en que Menem abrió la economía a la actividad privada, fuimos la Provincia líder en las privatizaciones.
¿Cuál sería la causa más importante que hizo que los dos partidos hayan perdido presencia?
-En 32 años que rigió el Pacto ganamos todas las elecciones, menos la del 73, que ganó Julio Romero. Después de mi Gobierno y de las intervenciones que mandó Menem, cuando se hizo una nueva elección consagramos la fórmula del pacto que era «Tato» Romero Feris, pero él entró en un Gobierno muy autoritario y demás, que llevó a que renunciara «Chape». Después, el PL, bajo la conducción del doctor Garay se alejó del Gobierno y el propio PA, encabezado por «Pocho» Romero Feris, hermano del Gobernador, se alejó del Gobierno. Y Tato hizo un Gobierno muy autoritario y concentrado, con mucho carisma y absorbió gran parte del PA del sector independiente y de un pedazo, aunque pequeño, del PL. Entre ellos Pedro Braillard y otros más. Eso quebró el Pacto. Los enfrentamos, pero después vinieron intervenciones radicales y cuando hubo una elección entre «Tato» y los radicales, respaldamos a Colombi y a Chape como senador y le ganamos la elección. Desde entonces están los radicales, pero aspiramos a recuperar el poderío de los partidos. Lamentablemente el PL entró en crisis, con una conducción que erró el camino. Estuvo con el kirchnerismo, ahora por suerte está dentro de Cambiemos. Ahora que hay una interna, esperamos reconstruir el partido con todos los liberales, sin excluir a nadie.
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