Un equipo del Instituto de Botánica del Nordeste (Ibone- Unne-Conicet) trabaja en el relevamiento de unidades vegetales afectadas por incendios en distintos puntos de la provincia de Corrientes, para monitorear su recuperación y los impactos en la biodiversidad.
El proyecto está a cargo de un equipo técnico del Ibone constituido por Walter Medina, Federico Agostini y Darío Villegas, quienes iniciaron el trabajo durante el tiempo en el cual estaban activos numerosos focos de incendios en la provincia.
Mediante una actividad de colaboración con los municipios de Ituzaingó y Caá Catí, se realizó un primer recorrido por algunos lugares que fueron afectados por el avance del fuego para realizar el registro de la vegetación afectada y su impacto en la biodiversidad.
Se recorrieron zonas cercanas a la Ruta Provincial Nº 15 en Berón de Astrada, tramos de la Ruta Provincial Nº 13 desde Arenguá, pasando por Colonia Romero (Caá Catí) hasta Mburucuyá. También lugares en Concepción como ser Punta Grande, la localidad de Santa Rosa y la ruta Nº 118 (entre Santa Rosa y San Miguel).
En estos puntos se tomaron registros fotográficos y anotaciones de los efectos de la quema en distintas coberturas de vegetación, como ser malezas, pasturas naturales o implantadas, bañados, cultivos, forestación de pinos y eucaliptos, según informaron desde Ibone.
Otra zona de interés a la que se accedió, junto a personal de Guardaparques de la Provincia, es la reserva natural privada Yerbalito, que cuenta con una extensión de bosque nativo, y es el lugar donde hoy se están reintroduciendo especies de la región.
Por último, se realizó una recorrida por el Portal Norte Cambyretá del Parque Nacional Iberá, acompañados por un guardaparque nacional, donde se pudo observar unos de los primeros lugares afectados por la quema, en esta oportunidad sólo se realizó un registro visual de la zona.
OBSERVACIONES
En relación a las primeras observaciones, el licenciado Medina indicó que se vieron afectados distintos ambientes vegetales característicos de los lugares recorridos.
Pero se estima que los más afectados serían las unidades vegetales que habitualmente están inundados, como malezales de paja azul y paja colorada, junto a sus praderas hidrófilas, esteros, bañados con pirizales, juncales, totorales y achirales principalmente (vegetación acuática desarrollada en medio acuático con agua permanente) y valles aluviales.
Por la sequía que viene afectando estos ambientes por varios años, éstos estaban secos, lo que propició que se quemaran. Dichos ambientes estarían representando aproximadamente el 58 por ciento de los incendios en Corrientes.
En tanto, los ambientes de pastizales fueron también muy afectados, (representan cerca del 30 por ciento) pero los mismos están adaptados a quemas frecuentes por lo que tendrían una pronta recuperación.
«Los relevamientos, de datos y fotográficos, servirán de insumos para diferentes proyectos que trabajarán en torno a las áreas de gran biodiversidad afectadas por los incendios», expresó.
El próximo relevamiento se prevé para dentro de 30 o 40 días, tras un tiempo de evolución de los ambientes.
ANIMALES
SILVESTRES
Por otro lado, los animales muertos o lesionados por el fuego constituyeron una de las imágenes más dramáticas de los recientes incendios que afectaron a Corrientes. Sin embargo, especialistas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unne indicaron que sigue siendo crítica la situación de animales silvestres debido al déficit hídrico.
«Durante el tiempo de los grandes incendios, entre enero y febrero, atendimos muchos animales quemados, pero también muchos animales afectados por la falta de agua, lo que nos permitió dimensionar las consecuencias que se estaban generando en la fauna debido al déficit hídrico», explicó la médica veterinaria Mayra Luz López Ramos.
«Los incendios alteraron los ambientes naturales, por la destrucción de bosques nativos, lo que agudizó el cuadro de sequía que afecta a la región y que desde hace casi dos años viene produciendo una reducción en los cuerpos de agua», resaltó por su parte el veterinario Eduardo Saravia.
«Consideramos que con el fin de los grandes incendios no se acabó la grave situación de los animales silvestres. El déficit hídrico los sigue afectando y es una realidad que nos compromete a quienes trabajando o nos especializamos en ciencias relacionadas a la fauna y el ambiente», remarcó López Ramos.
.