Las abejas son los seres más importantes del planeta, y la actividad apícola vinculada a otras campesinas constituye el sostén económico de muchas familias correntinas. El extenso período de sequía y los incendios recientes en la provincia hicieron estragos y este sector no quedó exento de daños. Si bien el Gobierno comenzó con la entrega de ayuda través del Ministerio de Producción, que ya distribuyó azúcar y acaricidas para que los apicultores puedan continuar con su actividad, estos van más allá y piden representación en dicha cartera.
«Estamos atravesando una etapa más que difícil, después de la sequía y los incendios, estamos al borde de desaparecer y necesitamos ayuda para recuperarnos», dijo Hervin Olivera en una charla con EL LIBERTADOR.
El referente de los apicultores saladeños se refirió a la necesidad de contar con subsidios, o créditos blandos a largo plazo para recuperar los apiarios y colmenas afectados por el fuego y que vuelva a florecer la actividad tan castigada en los últimos meses.
Además pidió el retorno del área Apícola que funcionaba en el ámbito de la cartera de Producción, a cargo de la técnica Natalia Livieri, o se cree una nueva área a la que puedan recurrir, plantear sus problemáticas y buscar soluciones conjuntas para el sector.
«Queremos que se jerarquice otra vez el sector a través de un Departamento Apícola», sintetizó el productor. No descartan acercarse al Ministerio para reunirse y dialogar en ese sentido con Norberto Mórtola, el actual subsecretario de Producción de la Provincia.
Olivera comentó que todas estas inquietudes se plantearon en el primer encuentro de apicultores del Norte correntino en febrero último, en la sede de la Cooperativa Eireté Porá Limitada, en la localidad de Loreto.
Según datos oficiales del año 2020, Corrientes se encontraba octava entre las provincias con mayor cantidad de apiarios a escala nacional con 690, de acuerdo a mapas del Ministerio de Agroindustria de la Nación. Mientras que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), en el 2018 ubicó a la Argentina en el tercer puesto en producción mundial de miel, lo que confirmó el Senasa al señalar que entre el 90 y 95 por ciento de la producción local va a los mercados extranjeros, en gran medida a granel.
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