El gobierno de Corrientes y fundación Rewilding Argentina anunciaron este martes 28 el inicio de un proyecto que intentará reintroducir la especie y así, el Gran Parque Iberá se consolida como el programa de reintroducción multiespecie más ambicioso de América.
El yaguareté, el más grande del continente americano, está regresando al Iberá a través de un proyecto de reintroducción. El puma, el segundo en tamaño, está volviendo poco a poco por sus propios medios. Y con la llegada del ocelote, se conquista otro logro de preservación de la naturaleza y especies autóctonas, estandarte del Gran Parque Iberá.
Balam es un ocelote macho y es el primero en ingresar a los corrales de presuelta, cerca del Paraje Uguay, construidos especialmente para rehabilitar y luego liberar a los primeros individuos que se suman al proyecto, todos ellos provenientes de cautiverio.
Otros ocelotes ya se encuentran transitando el período de cuarentena y se unirán pronto. Los mismos fueron donados por el establecimiento La Peregrina, en Buenos Aires.
CORRALES
El complejo de corrales de presuelta es una obra de gran envergadura, donde los animales provenientes de cautiverio deben adaptarse progresivamente a la vida en libertad, lo que incluye el desarrollo de sus habilidades de caza.
Diferentes especies de aves que forman parte de la dieta de los ocelotes serán provistas en estos corrales; por ello, los mismos están techados con una red.
El ocelote puede habitar montes secos, selvas húmedas, ambientes más abiertos, con abundante agua o desérticos.
Como mesodepredador, mantiene un control poblacional sobre sus presas. Consume una gran variedad de animales que abarcan desde pequeñas aves, roedores y reptiles hasta mamíferos del tamaño de una corzuela.
Los adultos pueden alcanzar los 16 kilos, su pelaje muestra hermosas manchas alargadas y con forma de ocelos.
En el pasado, habitó desde el Sur de Estados Unidos al Centro-Norte de Argentina, pero en los últimos 150 años perdió buena parte de su área de distribución, principalmente por la caza, ya que su piel era muy buscada para tapados, y la destrucción del ambiente.
En nuestro país el ocelote quedó relegado a selvas y montes del Norte y es considerado «vulnerable a la extinción». En Corrientes aún sobrevive en el extremo Noreste, especialmente en el límite con Misiones y la cuenca del Aguapey.
En Iberá los registros históricos son escasos y el último ocelote observado en el Parque fue un macho fotografiado en 2015 por una de las cámaras trampa colocada por fundación Rewilding Argentina.
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