El ministro de la Producción de Corrientes, Claudio Anselmo adelantó a Bichos de Campo que en el segundo semestre del año podría ser escasa la oferta de arroz en la Argentina. Esto se debe a que Corrientes es la principal provincia productora de ese alimento y debido a la falta de agua para regar los cultivos, la superficie a cosechar se redujo a la mitad o menos.
«Es una realidad realmente muy triste. Estamos en el tercer año consecutivo de sequía provocada por el efecto de La Niña. Es algo sin antecedente para nuestra provincia. Hay que remontarse a por lo menos 70 u 80 años e irse hasta la década de 1940 para encontrar algo similar», describió Anselmo sobre el panorama desolador que viven todas las actividades productivas correntinas, entre ellas el arroz.
PÉRDIDAS
ESTIMADAS
En Corrientes, el riego suele hacerse mediante represas que acumulan el agua, pero la mayoría ya agotó su capacidad.
«Estamos en plena cosecha, pero las pérdidas van a ser del orden del 50 por ciento, teniendo en cuenta la capacidad productiva», precisó.
«Se sembró un 30 por ciento menos. Habitualmente hacíamos 100 mil hectáreas anuales, pero este año hicimos 70 mil hectáreas. Y de eso, hay 20 mil hectáreas fácilmente que no se van a poder cosechar o que van a tener rindes mínimos», detalló.
SITUACIÓN
DEL PAÍS
El ministro Anselmo comentó que, desde hace varios años, Corrientes es la mayor aportante del grano, con al menos 45 por ciento de la superficie total. Si cae a la mitad la producción, entonces a la Argentina le faltaría entre 20 y 25 por ciento de la oferta habitual.
En otras provincias productoras el panorama no es mejor. En Entre Ríos, que concentra el grueso de la industria molinera de arroz, se produce otro 30 por ciento de la superficie total, que fue de poco más de 204 mil hectáreas en la campaña 2022/23, que es la que actualmente comenzó a cosecharse.
Los productores entrerrianos tienen mejor disponibilidad de agua porque la mayoría de los arrozales se inunda mediante el bombeo de fuentes subterráneas. Paradójicamente lo que antes era un problema, por los altos costos de energía para hacer funcionar estas bombas, este año de sequía se convirtió en una bendición: hubo que pagar mucho dinero, pero al menos allí se pudo regar.
El escenario descripto por Anselmo no preanuncia una catástrofe para los consumidores, pero sí marca a las claras que la disponibilidad de arroz será estrecha en lo que queda del año, y hasta la nueva cosecha en 2024.
En años normales, la Argentina logra unas 1.5 millones de toneladas de arroz de las que se exportan unas 650 mil toneladas. En el peor de los escenarios, como sucedió primero con el trigo y ahora pasa con el maíz, lo que se hará es reducir fuerte las exportaciones del grano, lo que eso significará una menor entrada de divisas para la economía regional.
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