El servicio de energía eléctrica domiciliario podría incrementar su valor entre un 20 a un 30%. Será para una franja de la población. Los sectores de bajos ingresos seguirán subsidiados.
El área de prensa de la Dirección Provincial de Energía de Corrientes (Dpec) difundió ayer una información periodística de un medio nacional que indica que el Gobierno encabezado por Alberto Fernández removerá subvenciones a sectores de ingresos altos y medios, y que eso impactaría en las subas de las tarifas del servicio entre un 20 y 30 por ciento.
La información añade que la decisión final será del Poder Ejecutivo y hasta ahora no lo comunicó. «La última quita provocó un aumento del 30 por ciento. Ahora estimo que será igual, pero la palabra final la tiene el Gobierno», señalan tres especialistas consultados.
El costo de la electricidad incide en más de la mitad de la boleta, al menos en Buenos Aires y el Conurbano. Del total, 5 millones de hogares dejarán de estar subsidiados y otros tantos perderán una parte de las ayudas, pero mantendrán el grueso. Al menos, hasta abril de 2023. Los segmentos de menores ingresos preservarán los subsidios.
El incremento, hasta ahora, es del 90 por ciento, para los segmentos denominados N1. Son -para los parámetros oficiales- de «ingresos altos». Se trata de grupos familiares que ganaban más de 250.000 pesos a mediados de año (ahora ese piso subió a 450.000 pesos mensuales), poseen tres propiedades o tres autos. Falta ver de cuánto será el impacto de la próxima quita. Con la próxima quita, la suba sería del 120 al 130 por ciento.
De esta manera, la Dpec abre el paraguas como para indicar que cualquier ajuste tarifario que se produzca en febrero será el resultado de decisiones nacionales.
La información de marras comienza asegurando que las boletas de luz subirán en febrero. Es por la tercera parte de la quita de subsidios que está realizando la Secretaría de Energía. El incremento recaerá sobre los hogares de mayores ingresos (denominados N1) y también sobre los de bolsillos medios (denominados N3).
Energía está estudiando el impacto que tendrá esta quita en las facturas. Fuentes del sector lo estiman entre 20 y 30 por ciento, pero la decisión final será del Poder Ejecutivo y hasta ahora no lo comunicó. «La última quita provocó un aumento del 30 por ciento. Ahora estimo que será igual, pero la palabra final la tiene el Gobierno», señalan tres especialistas consultados.
El Gobierno venía subsidiando el precio de la energía eléctrica hasta septiembre. Es decir que los hogares no pagaban el costo de ese servicio. La subvención comprendía a más de la mitad del precio de la electricidad que consumen los hogares.
Las boletas de luz contienen el costo de la luz en sí mismo, el margen de la distribución de las empresas que lo llevan a los hogares y los impuestos. El importe de la luz se rige por el precio monómico. A fines de 2022, era de 11.700 pesos. A mediados de año, los hogares pagaban menos de la mitad (4.600 pesos).
La diferencia, de 6.100 pesos, la cubría el Gobierno a través de subsidios a Cammesa. Esta compañía es la administradora mayorista del sistema eléctrico, la que le paga a las generadoras.
SIN SUBSIDIOS
Desde octubre, el Gobierno removió un 20 por ciento de los subsidios. Es decir, que los clientes comenzaron a recibir menos subvención y pagar un poco más por la luz. En diciembre, Energía removió otro 40 por ciento de subsidios. Ahora, viene la última quita.
En diciembre, la Secretaría de Energía realizó una quita que tuvo un impacto en las boletas en torno al 30 por ciento. Un trabajo de la consultora Economía & Energía -encabezada por Nicolás Arceo- muestra que los incrementos acumulados se reflejarán en un aumento del 57 al 89 por ciento en las boletas de luz para clientes que perderán subvenciones.
Los segmentos denominados «medios» -ganan en un rango que va entre 1 y 3,5 canastas básicas del Indec- experimentarán correcciones que van del 3 al 52 por ciento, tras las dos quitas de subsidios. La suba depende del consumo que tengan.
Hace poco, hubo una audiencia para ajustar las tarifas de Edenor y Edesur. Es por la prestación de sus servicios. Edenor reclamó una recomposición que promedia entre 1.000 y 1.500 pesos mensuales. Eso se sumaría a la quita de subsidios que se decide en estos días.
Las tarifas 2023 lucirán muy distintas que las de 2022. Ya habrán terminado los subsidios en luz para los cinco millones de hogares que son de altos ingresos, no se anotaron en la segmentación o quieren seguir comprando «dólar ahorro». También habrá una recomposición para las empresas que brindan el servicio.
El aumento, de punta a punta, estaría alrededor del 170 por ciento. Pero los detalles todavía no están pulidos. Después de la quita de subsidios, viene el aumento para Edenor y Edesur. Aunque el interventor del Enre (que regula a esas firmas), Walter Martello, dijo que evalúa postergarlo para el último trimestre del año, cuando hayan pasado las elecciones.
El Gobierno se comprometió a disminuir los subsidios energéticos. Pero lo hizo en dólares. El precio monómico de electricidad se calcula en pesos y dólares, pero al tipo de cambio oficial. El temor en el sector es que el alza del dólar blue termine alcanzando el oficial. En ese caso, la necesidad de subvenciones retornaría o habrá que realizar nuevos ajustes por parte del Gobierno.
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