Tras la ratificación por parte del presidente electo, Javier Milei, de terminar con el sistema de obra pública, desde la Cámara Argentina de la Construcción-Corrientes (Camarco) su presidente, Gustavo Roselló fustigó las aseveraciones que hablan de «manejos turbios» en el sector.
«Es muy triste lo que dijo. En mi caso, soy la tercera generación de una empresa constructora que tiene 54 años en el medio y no tenemos ninguna historia de esas características. Es durísimo que nos pongan a todos en la misma bolsa, cuando tenemos familia y empleados detrás de todo esto. No lo consideramos justo. Igualmente, de eso se darán cuenta con el tiempo, que todos queremos que sea lo más cristalino posible», dijo Roselló, con respecto a los procesos de licitación de obra pública.
Consultado sobre la propuesta de licitación de obras al modo chileno, Rosello opinó: «No es aplicable en Argentina, cuando Chile es un pais con una estabilidad distinta a la de Argentina, que tiene inclusive una inversión del PBI muy superior al nuestro en obras públicas dentro del presupuesto. Nosotros tenemos 2 puntos y algo, y Chile está casi en el triple, con lo cual hay diferencias sustanciales. Si se analiza la inversión en infraestructura en Argentina, es decir, construcciones privadas y públicas, en proporción, la inversión privada es muy superior a la pública», agregó.
En este sentido, el empresario alegó: «Creo que hacer un planteo de frenada a cero, antes de que asuma el Ministro y analice el estado en la que se encuentra la cartera, seria muy aventurado. Hay que tener en cuenta el retraso en los pagos que tiene Nación con las empresas que están ejecutando contratos de obra pública, sobre todo en tema precios. Hablar de un sistema a la chilena, es hablar de algo no adaptado a nuestra realidad, con una inflación tan grande, y donde el privado no va a tener posibilidades de financiar».
EN CADENA
Roselló compartió su preocupación por la cadena de producción y empleo asociada a la construcción, mencionando la posible disminución de actividades en corralones y otras empresas vinculadas al sector. Enfatizó la importancia de la construcción como generador de empleo y desarrollo económico.
En cuanto a las pymes y empresas del sector, Roselló indicó que la Cámara cuenta con alrededor de 1.600 empresas, siendo el 70 por ciento pymes dedicadas a la construcción. Explicó que muchas de estas empresas dependen en gran medida de la obra pública y que la reducción de estas actividades podría tener consecuencias negativas en la economía local.