Como parte de las acciones para generar concientización sobre el Día Mundial de la Alimentación y del Día Nacional de la Lucha contra la Obesidad, en diálogo con EL LIBERTADOR, la licenciada en Nutrición Teresa Ponce de León,, se refirió al avance de los problemas de peso y la relación directa con cuestiones económicas y transmitió algunas sugerencias para generar buenos hábitos.
«Actualmente, la obesidad avanza a pasos agigantados, el incremento de la pobreza, la falta económica que hay actualmente lleva a la mala alimentación y eso lamentablemente lleva a comer muchas harinas, evitar los productos sanos, evitar comprar lo que es del día a día como son las verduras, las frutas, los lácteos, y va llevando a que las personas estén mal alimentadas, cansadas, y que el índice de obesidad aumente muy rápidamente», aseguró.
Sostuvo que «en niños es abismal la cantidad de casos que se ven, y ya no sólo con obesidad, sino también con problemas de hipertensión en la infancia, colesterolemia, problemas renales. Todo relacionado con la mala alimentación con el alto consumo de golosinas, galletitas, snacks, productos grasosos como pan, amasados de pastelería, facturas, chipas».
De acuerdo con lo que manifestó, hace 5 años no existen estudios actualizados o índices que indiquen la realidad en la cuestión.
No obstante, sostuvo que por experiencia de lo que registra en su consultorio «la verdad es que actualmente el 90 por ciento de los pacientes que consultan por un problema de peso, con obesidad».
A lo que agregó: «Cuando le decimos que está con una obesidad de tipo 1 o de tipo 2, te dicen «yo no pensaba que estaba tan excedido». Una persona de un metro cincuenta y cinco, que es el promedio de estatura en nuestra región, con ochenta kilos ya están en una obesidad de tipo 1″.
Informó que una obesidad puede traer aparejada hipertensión, diabetes, colesterol triglicéridos, hígado graso: «Sumado al estrés, desgano, a que estamos en la segunda mitad del año que ya el cuerpo viene cansado, eso incrementa a no tener mucha voluntad. Pero cuando ven los valores reales, les impacta y empiezan con dietas factibles de hacer, comunes, familiares, que tengan comidas que naturalmente la persona usa, con simples modificaciones se puede volver a una vida normal, saludable, a un peso real y mantenible», dijo.
CLAVES
La profesional indicó que comer sano es posible sin gastar mucho dinero: «En realidad si uno busca volver a las verdulerías, ir comprando por semana o cada tres días, e ir buscando las frutas de estación, las verduras que están más económicas».
Continuó: «Por ahí lo que es arroz, fideos, tienen la facilidad de poder estirarlos y poder hacer para grandes cantidades o para familias. Lo que tenemos que empezar a hacer es buscarle la vuelta a ese fideo, ponerlo un poco más colorido, agregar un salteaditos de verduras con lo que tengamos en la heladera. Si le damos a una criatura un plato de fideo solo, a la hora va a tener mucha hambre de nuevo y va a volver a comer otro producto con harina, como ser un pedazo de pan, galletitas o snacks, entonces si nosotros aprendemos a combinar, aunque más no sea con poquitas verduras, con un huevo duro, si tenemos un pedacito de queso cremoso, ir poniéndole algunos tintes de color a ese plato, con muy poquito podemos hacer bastante».
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