La ilusión era parte de la piel misma de todo el plantel de Alianza (San Jorge-Deportivo Popular). Y todos apuntaban a ese plus extra y necesario que se tiene que tener para avanzar de instancia.
Pero el sueño aliancista terminó el domingo en la cancha de Ferroviario Corrientes. Guaraní Antonio Franco se clasificó a las finales de la Región Litoral Norte y quedó a tres cotejos de pelear por el ascenso de categoría.
El equipo de Walter Zacarías llegó hasta donde tenía que llegar. Cuando tuvo que sortear un rival con más chapa, con jugadores experimentados, que jugaron inclusive en categorías mayores del ascenso nacional, con una billetera más importante que sustenta el presupuesto y alimenta el hambre de ascenso, la realidad le puso un freno a ese mar de ambiciones. En las semifinales el «franjeado» de Villa Sarita ganó los dos juegos, un apretadísimo 2 a 1 en Misiones y algo más holgado fue la diferencia que consiguió el domingo en el escenario «verdolaga». Se puede decir que la distancia que marcó el resultado global parece exagerada. Pero primó la calidad individual que mostró el elenco posadeño y esa dosis, necesaria, de suerte para agigantar su campaña, como fue el triunfo en Posadas. En el tiempo extra y con una posición que dejó dudas de Barinaga que terminó sellando el marcador en el juego de ida.
Alianza alcanzó las semifinales de la región, estuvo cerca de dar el batacazo, con un plantel corto. Zacarías armó un equipo que perdió en sus comienzos a Esteban Valenzuela (lesión en la zona lumbar que lo marginó de todo el torneo), allí encontró a Guillermo Ledesma que demostró con su aporte que estaba para la consideración del cuerpo técnico.
Este equipo no podía perder jugadores, porque el recambio estaba lejos de lo que dieron los titulares en todo este tiempo. Prueba de ello fue que Zacarías jugó la competencia con alrededor de 13 o 14 jugadores que eran una fija. Después los demás tuvieron poco rodaje en la competencia. El técnico y sus colaboradores no realizan muchas modificaciones, una o dos solamente. Esto producto de lo que tenían disponible.
De todas maneras logró ensamblar un equipo ordenado en el campo de juego con laterales que se destacaron y mostraron que están para jugar en este tipo de categoría, como Federico Torres y José Monzón.
Desde un primer momento a Zacarías le convenció lo que mostraban en los entrenamientos los hermanos Baez. Johan, marcador central, terminó teniendo un gran campeonato, siempre fue uno de los destacados en el once de Zacarías. Carlos mostró cosas interesantes por el carril izquierdo, se sacrificó para cumplir no solo en ataque sino trabajar para la recuperación. El «Tony», el más conocido de los hermanos, aportó gol y fue preocupación de los defensores rivales a los que enfrentó.
Guillermo Barreto y Nahuel Galarza también aportaron en gran medida al equilibrio del equipo. Brian Aranda brindó confianza y seguridad bajo los tres palos y Francisco Sosa Ugolini dio la sensación que estaba para más, para ser el socio que necesitaba Barreto cuando se pensaba en e área de enfrente, y tuvo poco peso en los cotejos decisivos. Alianza se fue con la frente alta y el aplauso de los hinchas, un gran reconocimiento por lo realizado.
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