A raíz de la pandemia, el barbijo pasó a ser un elemento de uso personal y cotidiano. Se convirtió en una herramienta principal para prevención del coronavirus, pero también con el correr del tiempo se transformó en una nueva basura en las calles correntinas.
Tanto en las veredas, como plazas y en las playas, los tapabocas se encuentran presentes con más notoriedad. La misma imagen no solo se repite en las zonas céntricas sino en cada rincón la ciudad.
La preocupación nace tras una recorrida de EL LIBERTADOR en un margen menor a los 2 kilómetros dentro del casco céntrico, donde se encontró alrededor de 10 barbijos descartables en la vía pública en menos de 24 horas.
La problemática se da en otras ciudades del país, y varios investigadores y conservacionistas nacionales indicaron que su uso debe ser acompañado con otras recomendaciones, el cómo descartarlo. Por lo tanto, sugieren a los gobiernos establecer políticas y legislaciones para su eliminación de manera adecuada y campañas de educación.
¿POR QUÉ
SU IMPORTANCIA?
Asimismo, distintas investigaciones a nivel mundial, resaltaron que los barbijos descartables (que tienen mayor presencia en las calles) están hechos de fibras plásticas, como el polipropileno. Según detallaron se convierten en elementos frágiles que se desarman con facilidad, pero no se degradan sino que se convierten en partículas más pequeñas que se incorporan a la tierra y el agua.
Además, en algunos sectores de la Capital, los elementos perduran por más de un día visible en la vía pública. Y las personas que lo arrojan, lo realizan sin conocimiento de cómo deshacerse de manera segura.
También, se da el impacto ambiental de las mascarillas, el cual es de duraciones largas y pueden permanecer durante décadas y cientos de años, dependiendo del material plástico utilizado para su fabricación, ratificaron expertos.
LA MEJOR OPCIÓN
De esta manera, debido a los desconocimientos, los especialistas y ambientalistas recomendaron no colocar los barbijos en contenedores reciclables debido a que pueden poner en riesgos la salud de los recolectores de basura.
Además solicitaron que la mejor opción, es colocarlas en bolsas plásticas ante que tirarlas en un basurero público o en la vía pública, ya que de esa forma se evita la propagación del virus. También evitaría que el viento la transporte hacia diferentes lugares naturales y luego las contaminen.
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