A pocas horas del desembarco en Corrientes del presidente de la Nación, Javier Milei, el reconocido dirigente liberal, Ricardo «Caíto» Leconte dialogó con EL LIBERTADOR y se explayó acerca de las expectativas que hay sobre la visita de una personalidad que supo ser parte vital de la fundación el Club de la Libertad y hoy ocupa el sillón de Rivadavia.
Así se desarrolló parte del diálogo.
La visita de Milei a Corrientes para celebrar los 10 años del Club de la Libertad es tema nacional. ¿Esperaban tanta repercusión?
-Milei no acostumbra a realizar recorridas o visitas de manera recurrente, así que era esperada la conmoción y las expectativas por esta llegada a Corrientes, que nos hace sentir muy honrados a quienes, desde hace años, bregamos por las ideas liberales. El salón lo tenemos por demás colmado y todavía seguimos recibiendo cientos de solicitudes para escuchar o saludar al Presidente. Milei fue parte activa de este club y fueron muchos momentos de exposiciones, charlas e intercambios de opiniones que tuvimos cuando aún no era tan conocido.
Con esta llegada se supo que el actual Presidente visitó muchas veces más Corrientes.
-Exacto, se cree que Milei es la segunda o tercera vez que viene a la provincia, pero en verdad fueron seis veces en las que llegó para presentar obras o dar conferencias acerca de alguna temática en particular. Casi siempre se hace referencia su trayectoria cuando comenzó con sus intervenciones televisivas, pero Javier tiene una trayectoria más rica y extensa.
El acto del lunes también será una consolidación para las ideas liberales en Corrientes.
-Sin dudas, para muchos de los militantes de la libertad este puede ser un momento bisagra. Vengo de una tradición basada en esas ideas y formo parte de una camada de dirigentes y militantes que reconocen el valor del republicanismo en su basamento político. El hoy Presidente tuvo una afinidad particular con el Club de la Libertad. Las ideas del liberalismo político y económico, la libertad de mercado, desregulación, el respeto a la propiedad privada y el respeto irrestricto a la libertad, la baja del gasto público superfluo para bajar impuestos y respeto del proyecto del prójimo han sido nuestro Norte.
Se cuestiona mucho a Milei por el costo socioeconómico que tienen sus medidas.
-Entiendo que muchos no están de acuerdo en ningún punto con la política de Milei, pero de eso se trata la democracia liberal, de la pluralidad y discrepancia, de la tolerancia, de poner orden al descalabro macroeconómico y de crear buen clima de negocios para que el país se capitalice. Estas son mis palabras, no lo hago en representación de la Fundación del cual soy director, lo hago a título personal. En sólo 60 días de gobierno está disminuyendo el déficit y la inflación comienza lentamente a desacelerarse. No existen soluciones mágicas en un país con 80 años de desajustes y descalabros. Milei piensa en mediano y largo plazo, por eso hay que enderezar este barco en el cual todos somos pasajeros. Hoy estamos pagando esa fiesta a la que no nos invitaron y en la que usaron la nuestra.
La tarea iniciada en esta gestión, ¿es continuidad de lo realizado durante la administración de Mauricio?
-Para nada. Esto es un barajar y dar de nuevo. Acá no tiene nada que ver el ideario de Macri. Milei tiene un perfil diferente y su basamento va en otra dirección, aunque muchos opositores insistan en decir que es lo mismo. Que Macri preste su apoyo, como un conglomerado de partidos políticos, es otra cosa.
Hablando de apoyos, ¿cómo ve esta comunión entre el gobernador Gustavo Valdés y el Gobierno nacional?
-No me consta que haya una alianza o algo que se le parezca. Me parece que hay una comprensión y acompañamiento, en algunos temas, para una gestión de 60 días y que quiere hacer algo distinto por el país. Desde ese punto de vista me parece algo positivo. En el caso del Gobernador también debe pensar en lo mejor por su provincia y en como un proceso nacional puede redundar en beneficios para el distrito que gobierna. Sabemos que enderezar el curso del camino a la prosperidad será doloroso, pero confiamos en que veremos pronto la estabilidad y el alivio del ingreso del pueblo a un nivel de vida que merecemos.
¿Cómo impacta esta visita en la vida institucional del Partido Liberal?
-No lo sé, ya que el Presidente viene con motivo de los 10 años del Club de la Libertad y no del Partido Liberal, esto es importante aclararlo.
¿Piensa diferente al rumbo que adopta «el partido de la banderita»?
-Con la conducción y el oficialismo en general tengo buena relación personal, aunque pensamos distinto y proyectamos diferentes cosas para un partido que supo ser orgullo de la vida histórica provincial. Ahora prorrogaron los mandatos para 2026 y con el sector interno que integro hubiésemos preferido que no sea así. Somos minoría y el oficialismo hizo valer los números.
¿Desde su línea interna buscan un partido con más protagonismo?
-Sin dudas. El Partido Liberal (PL) tiene cuadros técnicos valiosos para dar a la gestión provincial o municipal. Hace 28 años que somos una fuerza sin vocación de poder, que sólo ha hecho de acompañante o socio de otros partidos. ¿Cuándo fue la última vez que tuvimos un candidato a Gobernador? En todo este tiempo, el PL ha hecho seguidismo hasta con expresiones ideológicas que siempre combatimos, como el kirchnerismo. Cuando a la falta de vocación de poder se suma la improvisación o el interés de unos pocos, se pierde el rumbo institucional. Como liberal, estoy dispuesto a dar batalla y lograr la grandeza que alguna vez tuvimos.
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