El fiscal federal Carlos Schaefer se refirió al exmarino Carlos Pérez y a su esposa, la exfuncionaria municipal Victoria Caillava, ambos acusados por la sustracción Loan Peña el 13 de junio pasado en El Algarrobal, donde vivía con su abuela Catalina.
Presentó su alegato y pidió que todos los acusados sigan procesados. Lo hizo ante la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes.
«La prueba odorífica en los vehículos de (Carlos) Pérez y (María Victoria) Caillava y el error que cometieron al pretender plantar un botín (de Loan) en el barro, nos permite afirmar que a Loan se lo llevaron Pérez y Caillava, y tuvieron la disposición del mismo con la participación de de (Bernardino) Benítez, (Daniel Oscar) Ramírez, (Mónica) Millapi, (Laudelina) Peña, (el comisario Walter) Maciel y otros que todavía no han sido identificados», sostuvo el fiscal en su alegato.
En su exposición, Schaefer se diferenció de la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo al señalar que desde su punto de vista, no existen elementos para sostener las supuestas amenazas de que sufrió Laudelina por parte de Caillava y el comisario del pueblo. «Pedirle que no hable es parte del encubrimiento y la participación» en la sustracción, indicó.
Durante la audiencia, el fiscal indicó que las personas procesadas fueron las que sustrajeron a Loan del cuidado de su padre «y al día de la fecha, cruelmente lo mantienen desaparecido».
Recordó, además, que el hecho ocurrió en una zona rural y que esa situación fue aprovechada por los imputados para armar el relato del extravío del menor en una zona de pastizales, montes y lagunas «pero las pruebas demuestran con certeza que no se lo comió un animal, no cayó en un pozo o se ahogó», detalló.
«La prueba demuestra con grado de certeza que al menor lo sustrajeron, retuvieron y ocultaron de la esfera de custodia de su padre», afirmó Schafer. Y agregó que «las pericias demuestran que (Loan) nunca salió (por sus medios) de la zona cero».
En otro tramo de su alocución, el fiscal trazó un paralelismo con el caso Margarita Belén, «donde las víctimas entraron en un agujero negro y aparecieron muertos y (los militares) nos quisieron hacer creer que se trató de un enfrentamiento». En ese sentido, indicó que «Loan entró a un naranjal y desapareció, pero está probado que lo sustrajeron, lo retuvieron y lo ocultaron los aquí procesados».
Para Schaefer hubo un «obrar coordinado de los imputados, con división de roles para la sustracción de Loan Danilo Peña» y «buscaron no dejar rastros».
Desde la Fiscalía se pronunciaron por la ratificación de las prisiones preventivas –en el caso de Millapi se pidió que sea monitoreada a través de una tobillera electrónica– porque se trata de un delito «continuado y permanente». Y que estando en libertad los acusados podrían frustrar las tareas que se realizan para hallar al chico. También adujo «la gravedad del hecho y la conmoción social» que causó.
Schaefer recordó que algunos de los imputados ya obstaculizaron la investigación al plantar un botín del chico en un lodazal de el paraje El Algarrobal para mantener la hipótesis de que se había perdido. «Eso es un indicador que Loan no desapareció como dicen. Ellos tuvieron la disposición del menor para quitarle uno de los botines y plantarlo».
Al referirse al comisario Walter Maciel, el fiscal sostuvo que sus acciones «estuvieron orientadas a obstruir la investigación, facilitar el encubrimiento de los autores de la sustracción, con la gravedad que era el jefe de la comisaría y el encargado de la búsqueda desde un primer momento».