Por Juan Martín Melo
En el Gobierno crece la preocupación por los aumentos. Las entidades rurales sostienen que se trata de una «actualización» de valores retrasados. Qué pasará en lo inmediato.
El Gobierno profundizará esta semana las reuniones con sectores de la cadena de ganados y carnes, con el objetivo de lanzar una serie de medidas para ponerle coto a la suba que registró el precio de la carne en las últimas semanas. Una de las medidas será un esquema de descuentos para la compra de carne con tarjetas de débito.
También el Gobierno, pese al reclamo de las entidades del campo para que se elimine, mantendrá la prohibición para exportar los siete cortes populares de mayor consumo en el mercado interno que rige hasta el 31 de diciembre del presente año, como el asado de tira, vacío, matambre, falda, tapa de asado, nalga, y paleta.
Por otro lado, se avanzará con la judicialización de los casos que se detectaron de evasión impositiva mediante la subfacturación de ventas al exterior. «Tenemos que desnudar a los que le hacen trampa al Estado. Porque como en todas las actividades, aparece la sobrefacturación o la subfacturación como un elemento distorsivo de los precios del mercado interno», dijo el ministro de Economía, Sergio Massa, el pasado viernes al lanzar la nueva etapa del programa Precios Justos.
Lo cierto es que en los despachos oficiales hay preocupación por la fuerte suba que registró el precio de la hacienda en el arranque del año, y eso se trasladó a los mostradores de las carnicerías. En lo que va del año, la hacienda subió entre un 35 y 40 por ciento en el Mercado Agroganadero de Cañuelas. Según indicó a este medio el presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya), Leonardo Rafael, en los mostradores la suba del precio de la carne fue del 15 por ciento al 20 por ciento durante enero.
A todo esto, el secretario de la Sociedad Rural Argentina, Carlos Odriozola dijo que «la reacción del mercado durante los últimos días, es claramente una adecuación de los precios». Al respecto, un relevamiento del Instituto de Estudios Económicos (IEE) de la Rural reflejó que «las estadísticas oficiales muestran que durante todo 2022 la hacienda en pie con destino al mercado local (novillito +390 kilogramos), sólo subió un 30 por ciento y la carne al consumidor hizo lo propio en un 46 por ciento, mientras que el Índice General de los Precios (IPC-Indec) expresa que la inflación de toda la economía fue de casi 100 por ciento».
ACTUALIZAR
VALORES
Por otro lado, Leonardo Rafael dijo que a la carne «todavía le falta actualizar los valores, pero como la suba fue repentina vamos esperando un poco para que no se caigan las ventas y aguantamos la suba con rentabilidad. El kilo de carne en la media res tiene que valer 1.200 pesos y hoy no tengo entendido que haya salido a más de 1.000 pesos el kilo hacia las carnicerías. Está faltando un poco de la suba del abastecedor a las carnicerías, mientras que en las carnicerías también le faltará un 15 por ciento al consumidor», sostuvo Rafael, que, según cálculos propios, significaría un incremento de entre 200 y 400 pesos por kilo dependiendo del corte. No obstante, para saber con la rapidez que se trasladarán los aumentos al consumidor será clave saber si la hacienda continuará con su tendencia alcista.
Por su parte, el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti señaló que las carnicerías ya ajustaron un 10 por ciento sus precios y continuarán con el traslado de los aumentos hasta completar el incremento de entre el 35 por ciento y 40 por ciento, aunque sostuvo que se «va a hacer de manera paulatina y lenta, porque ningún carnicero le quiere decir a un cliente que el kilo de milanesas que le vendió a 1.300 pesos ayer, hoy sale 1.700».
PLAN DEL
GOBIERNO
Como adelantó Infobae, en respuesta a los fuertes incrementos de precios en las carnes de las últimas semanas, el Ministerio de Economía apura un programa para fomentar la compra en carnicerías y sostener el consumo a pesar de los aumentos registrados desde principios de año. El esquema, en el que trabajan la Secretaría de Agricultura y la Afip, podría empezar a funcionar en los próximos días.
El croquis del plan que elabora la cartera agropecuaria incluye beneficios para el consumidor y para el vendedor de carne. Según pudo saber este medio en base a fuentes oficiales, la característica central del programa será ofrecer al comprador la posibilidad de tener un reintegro por el 10 por ciento del valor de la compra que haga en una carnicería adherida.
A tal fin, el Gobierno buscará darle a cada punto de venta que se sume al programa un posnet particular para procesar los pagos y que la Afip pueda activar la devolución de ese 10 por ciento en la cuenta del cliente que haya usado su tarjeta de débito. El reintegro máximo que hará el fisco será de 1.000 pesos, por lo que el máximo de compra contemplado es de 10.000 pesos. Si un comprador hiciera una transacción, por ejemplo, de 12.000 pesos, el reintegro también sería de 1.000 pesos. De todas formas, aclararon desde Agricultura, el tope de 1.000 pesos no será mensual, por lo que, si un cliente hiciera, un suponer, cuatro operaciones de 10.000 pesos en un mismo mes, podrá contar con 4.000 pesos de reintegro.
Para el carnicero el beneficio vendría por el lado impositivo. El plan que apuntala el Ministerio de Economía incluye que aquellos vendedores que estén adheridos al régimen de autónomos tengan un descuento del 90 por ciento de la cuota mensual; es decir, que le pagarán a la Afip sólo el 10 por ciento de lo que determine su categoría, de acuerdo a su nivel de facturación.
Por otro lado, la carnicería que se adhiera al programa podrá descontar el 5 por ciento del valor de la factura de compra al frigorífico de su declaración de Impuesto a las Ganancias y de Bienes Personales, un saldo que podrá utilizar como crédito. Un dato que alarmó a los funcionarios y que formateó el programa hacia la formalización de las ventas, es que detectaron que cerca de un 90 por ciento de la facturación de las carnicerías se realiza en negro.
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