Ayer se cumplió un mes de la desaparición de Loan Danilo Peña y pese a que hay siete detenidos y la investigación se extendió hasta en países limítrofes, todavía no hay respuestas sobre su paradero. En medio de todo esto, extrañas personas decidieron sumarse a la búsqueda desde un lugar un poco menos convencional, aunque no por ello prohibido. Se trata de los clarividentes, figuras un tanto cuestionadas que, sin embargo, siempre aparecen cuando ocurren hechos difíciles de resolver. Se les crea o no, están muy ligados a la cultura y por eso resultan una alternativa en momentos de desesperación.
La creencia en estas personas no es nueva y tampoco rara. Existen múltiples registros históricos de personajes a los que se asocia con poderes de adivinación y predicción. De hecho, en el imaginario folclórico nacional aparecen en reiteradas ocasiones.
Félix Coluccio, investigador de las tradiciones y cultura popular decía sobre la clarividencia que era la capacidad que se confiere a «determinados seres humanos de predecir ciertos hechos que han de acontecer, así como con mucha concentración psíquica determinar lugares donde se han extraviado algunas personas, o bien que han sido secuestradas, etcétera».
El especialista hacía una salvedad: «Cuando son realmente clarividentes, hasta la Justicia suele solicitar sus servicios». Y también agregó: «Así, por ejemplo, ocurrió con los jugadores uruguayos que permanecían en la cordillera de Los Andes tras precipitarse a tierra el avión en que viajaban hace años».
Teniendo en cuenta esto, no resulta extraña la proliferación de videntes que aparecieron para tratar de encontrar al niño correntino. Incluso hay uno que fue citado a declarar por la Justicia en medio de la investigación (ver recuadro).
Una decena de clarividentes dieron sus visiones, predicciones, o sensaciones sobre el niño desaparecido. Muchos optaron por sus redes sociales, pero otros llegaron a tener espacio en canales de televisión.
Aun así, pese a todas las afirmaciones y augurios que trascendieron desde la desaparición, el único dato concreto es que ya pasó un mes y Loan no aparece.
Citado por la Justicia
La proliferación de videntes en el caso Loan también repercutieron en la investigación judicial. La semana pasada, un hombre de apellido Gálvez, residente de la localidad de 9 de Julio y de quien se dice realiza esta actividad, fue citado a declarar por el Fiscal Federal de Goya.
El hombre fue consultado tras la desaparición del niño por una de las personas que están detenidas sospechadas de captarlo. Según se supo después, la figura de este vidente surgió tras el peritaje de los celulares de los sospechosos.
Daniel «Fierrito» Ramírez, una de las últimas personas que vieron a Loan, le había mandado un mensaje y le pidió que use sus capacidades y le diga si sabía qué ocurrió con el niño.
Si bien restan horas para que finalice el secreto de sumario, trascendió que el interés de la Justicia sobre esto es tratar de establecer si esa comunicación fue verídica o algún tipo de coartada de Ramírez.
Un recurso que no sería del todo descartado por algunos investigadores
No es algo que se reconozca oficialmente, pero hay una idea aceptada de que en determinadas ocasiones, los encargados de esclarecer casos policiales que resultan muy complicados suelen acudir con clarividentes o médiums para que los ayuden. De hecho, en las ficciones y en la literatura abundan estas situaciones. Sin embargo, aunque no sea raro, es una cuestión que se mantiene en reserva para que los casos ni el trabajo de los profesionales pierdan seriedad.
Hace unos años, para nota de los colegas porteños de Crónica, un policía reconocía: «No lo voy a negar. Sí, he consultado en mis investigaciones a una tarotista de confianza personal, no una vidente. Pero ante casos que no encontrábamos respuestas intentamos con las cartas. Ella nunca nos cobró. Y la verdad es que las cartas nos guiaron, pero no fueron definitorias a la hora de resolver los casos».
Un caso famoso fue el que mencionó el investigador Félix Coluccio cuando ocurrió la denominada «tragedia de Los Andes»: el de Gerard Croiset. Este era un clarividente holandés conocido por sus colaboraciones a la policía de Países Bajos en casos de personas desaparecidas.
Familiares de los deportistas que se perdieron en la tragedia aérea de octubre de 1972, lo contactaron a través de su hijo para que los ayude con la búsqueda.
En esa oportunidad, el hijo del supuesto vidente les envió dos mapas con sitios en donde supuestamente estaban los restos del avión. Ninguno fue certero. El 23 de diciembre, los encontraron en otro lugar.
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