Con el objetivo de impulsar sus ventas, comerciantes utilizan todo tipo de recursos para atraer a potenciales clientes. Sin embargo, agazapados, delincuentes esperan y emplean, también, cualquier método válido para concretar robos y estafas.
Así, en el último tiempo, los locales comerciales replicaron esta modalidad y apelaron a que, de una forma más amena, sus clientes puedan acercarse a los negocios. En ese sentido, en las calles de la Capital y en algunas ciudades del Interior se puede ver carteles en postes de luz, árboles y hasta pasacalles con códigos QR.
El fin es claro, conseguir que potenciales clientes ingresen al código de barras bidimensional exhibido y así redireccionarlos a las páginas por donde los comercios ofrecen sus productos.
Por su parte, agazapados y a la espera de una oportunidad, delincuentes emplean la misma metodología, aunque con planes diferentes. Buscan estafar a quienes accedan a esos links.
Redes sociales, como medio de comercialización y de estafas
Con las redes sociales como recurso por excelencia para promocionar sus productos y servicios, los comerciantes se vuelcan cada vez más a las ventas online y así son menos los que carecen de estas herramientas que, si bien generan cercanía con los clientes, también representan un riesgo, tanto para quienes ofrecen productos como para los interesados en adquirirlos. La plataforma mayormente utilizada para la comercialización de diferentes artículos es Marketplace, de Facebook; sin embargo, en el último tiempo se acrecentaron las denuncias por estafas cometidas por medio de esa red.
El peligro constante de las maniobras fraudulentas
«El mayor porcentaje de estafas que existe actualmente denunciado, siempre es por ‘ingeniería social’ ¿por qué? Porque hay una relación, una interacción de la víctima con el atacante», comentó hace un tiempo el perito informático de Nación, Pedro Matías Cacivio, en comunicación con EL LIBERTADOR.
El tema vuelve a surgir a partir de la modalidad que facilita el trabajo de los estafadores. Asimismo, el especialista resaltó que «la población a lo que más está sometida es a la ingeniería social. Lo más picaresco de esto es que, muchas veces, se valen de algo social: si es un día festivo, lo utilizan; si es un Black Friday, lo usan. Es peligroso porque cada vez se perfeccionaron más en el engaño, pero no deja de ser sólo eso, un engaño».