El paro de colectivos afecta en la Capital provincial al 20 por ciento de los trabajadores que utilizan ese medio de transporte para movilizarse hasta sus lugares de empleo. El porcentaje de estudiantes del Nivel Primario que usan el transporte público para ir a la escuela es similar, mientras que en los del Secundario supera el 35 por ciento.
Un informe elaborado por el Instituto Provincial de Estadística y Ciencia de Datos, a partir de la Encuesta de Calidad de Vida, reflejó que al finalizar el primer semestre del año el 20,6 por ciento de los trabajadores capitalinos utilizaba colectivos para movilizarse hasta su actividad laboral.
Los datos relevados por la Provincia, indican que el 20,3 por ciento de los estudiantes capitalinos de 5 a 12 años usaron el servicio de transporte público para ir a la escuela durante la primera mitad del año; mientras que, entre los alumnos de 13 a 18 años, ese porcentaje ascendió al 36,8 por ciento. Vale recordar que todos ellos cuentan con el Boleto Estudiantil Gratuito.
Respecto a los trabajadores que utilizan el colectivo, el mismo informe reflejó que cuando hay paros que afectan el servicio, el 31 por ciento de ellos se ve obligado a utilizar remises para trasladarse; el 24,2, no va a trabajar; el 13,9, camina; el 13,5, usa automóvil; el 12,9, usa motocicleta y el 4,5, bicicleta.
GOLPE AL BOLSILLO
A partir de los datos mencionados, queda en evidencia el fuerte impacto que tiene la medida de fuerza encarada por los choferes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) para miles de familias correntinas que alteran sus rutinas y deben afrontar un gasto no programado, en un contexto económico difícil, para que sus integrantes se transporten a sus lugares de empleo o estudio.
Los más perjudicados son quienes deben acudir a taxis, remises o aplicaciones como Uber, cuyas tarifas son mucho más altas que los 200 pesos que cuesta el boleto de colectivos desde el miércoles 1 de noviembre.
En el caso de los remises, la tarifa mínima ronda los 500 pesos, por lo que sólo el hecho de pedir un móvil para hacer una distancia muy corta ya más que duplica el valor de un pasaje y ni hablar si se habla de un viaje desde la periferia de la ciudad hasta el centro, que puede llegar a costar 2.000 o 3.000 pesos.
Por su parte, para las aplicaciones móviles que no tienen un sistema de tarifas fijas, ya que se rigen por un algoritmo que toma en cuenta el horario, la oferta y la demanda, los precios son extremadamente variables y volátiles, a tal punto que se pueden modificar en pocos segundos y ser más o menos costosos que un taxi o remis.
A partir de un relevamiento, EL LIBERTADOR pudo saber que, en los días de paro, y pese a la volatilidad del precio, Uber fue más utilizado que los servicios tradicionales de taxis y remises, que si bien fueron más demandados no tuvieron una gran mejoría.
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