Como Obispo de Goya, agradeciendo el Mensaje de la Comisión Nacional de Cáritas, me uno, lo suscribo y deseo sea conocido por toda la Diócesis y el Pueblo de Corrientes», expresó el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín al compartir el mensaje con toda la feligresía diocesana.
«Como obispos responsables de animar la estructura de Cáritas Nacional, y haciéndonos eco de todos y cada uno de los pastores de nuestra Patria, queremos que cada correntino sienta nuestra compañía y ayuda», remarcaron en su momento los obispos argentinos.
ARROLLADORAS
MUESTRAS DE
SOLIDARIDAD
Agregan que «así lo están experimentando con las arrolladoras muestras de solidaridad que llegan de cada rincón de nuestro país; algunas a través de nuestras estructuras y otras tantas por iniciativas de asociaciones, movimientos y particulares. Somos parte del conjunto de un pueblo a quien le duele ver a hermanos que abandonan sus viviendas, pierden sus pertenencias, y ven arder lo sembrado y trabajado en los campos. También nos embarga la tristeza y la impotencia al constatar animales, especies y ecosistemas destruidos por el fuego: a la emergencia humanitaria se suma la emergencia ecológica», manifiestan.
«Nos llena de admiración la entrega y bravura de nuestros bomberos, de todos aquellos que sin temor a perder su vida combaten las llamas, rescatan hermanos, protegen y cuidan a quienes están unidos por esa conciencia tan cristiana que nos hace saber que donde uno sufre es Cristo quien sufre», enfatizan.
PRESERVACIÓN
Y PREVISIÓN
Señalan que «al calor de ese amor expresado en la solidaridad, en la cercanía, también somos parte de ese ardor que quiere preguntarse por qué nos pasa esto. ¿Quiénes son los responsables de tanto desastre y quiénes de la dilación de las respuestas? Nos hierve la sangre sabiendo que muchas de estas situaciones podrían evitarse si fuéramos más cuidadosos en la preservación del medioambiente y en la previsión de inversiones de los dineros públicos para un combate efectivo de los incendios».
Finalmente, con contundencia, los pastores de la Iglesia en la Argentina subrayan que «sostenidos por la convicción de que nuestro pueblo resiliente siempre saca fuerzas para estar cerca de quienes más sufren, nos volvemos a admirar de tanta generosidad y coraje. Asimismo, también nos preguntamos hasta cuándo será ese pueblo el que arde, se consume y necesita renacer de las cenizas mientras otros sólo miden ganancias, números de encuestas y negocios al abrigo de calores y lejos de incendios».
«Que la Virgen de Itatí, con su ternura de Madre, les de consuelo y fortaleza a nuestros hermanos correntinos que más están sufriendo», concluye el mensaje de la Comisión Nacional de Cáritas que tiene de título «Millones de argentinos encendidos, ante Corrientes que arde».
A mi Corrientes Porá:
Hoy que estás sufriendo mi Taragüí, la sangre de tus hijos está brotando como un manantial guaraní.
Que el mismo diablo se está queriendo anidar entre los montes, los esteros y en el mismo pajonal.
Se viene arrastrando como una serpiente infernal.
Nosotros no le tenemos miedo a las víboras, son parte de nuestra identidad; si la Argentina entra en guerra Corrientes la va ayudar. Así fue durante toda la historia y si sus hijos no saben, cuéntenle lo de Malvina y Soledad.
Van dos meses que estamos en pelea y el resto de la Argentina no lo está. Hoy tengo la sensación que esa víbora se envolvió en mi brazo y mi cuchillo tiene veneno de yarará.
Oh guaycurú correntino que al fuego peleando está, quién lo viera a ese mencho con cuero de oveja mojado peleándole al añá.
Al galope en su criollo, de polainas y alpargatas, llevando una mochila forestal.
Batiendo una rama y alentando con gritos de sapukai.
Y vos qué sos cambá. Yo co’ soy mencho nomás. No señor, usted es de Corrientes, semejante profesional.
Cuando todo esto pase, reaparecerá la sangre del correntino al que le sobra voluntad: «Sí señor, aquí estoy, pa’ lo que guste mandar».
Todos miran por TV nacional de esta catástrofe natural, yo les digo a todos en la gran ciudad que hablan del oxígeno del planeta, que en la Argentina somos la primera provincia forestal, le llenamos de árboles pa’ que nos podamos oxigenar.
Que cuando hace calor en sus casas y el aire acondicionado está, es porque hay energía de la inmensa Yacyretá con todas las aguas del majestuoso Paraná; para que ustedes vivan cómodos, estos tuvieron que atravesar los cables por los esteros del Iberá.
Sí señor, hoy el correntino está herido, pero resucita en esa forma de ser: el ser servicial.
No importa que título tenga, estamos luchando a la par.
Hombres y mujeres toditos por igual ¡Váyanse al carajo cuando discursean igualdad!
Mujeres que parecen machos y con ovarios por demás.
Rindo homenaje a la mujer bombero que lucha al frente de ese diablo voraz. ¡Oh morocha! ¿Qué llevará tu sangre ancestral pa’ tener ese coraje? serás la leyenda de Anahí que te llevó el fuego en el monte y te transformaste en flor nacional.
Miren sus mesas, la comida que ahí está, mucho sale de ahí, de ese inmenso pajonal. Ni les cuentos del té de la mañana o el matecito espumoso al despertar.
Argentina ¿Dónde estás mirando, que te está pasando que no puedes reaccionar? Te volvieron fría por disputas políticas nomás.
Cuando la lluvia caiga y tú suelo comience a verdear, tenemos que volvernos a repensar que en este bendito país sobran personas y faltan políticos de verdad, verdaderos estadistas con sangre correntina del mismísimo General o acaso del semejante saladeño Cabral, que su cuero supo entregar.
Nuestro rancho está en llamas pero ya habrá tiempos pa’ musiquear descalzos o en alpargatas lindito vamos a zapatear.
Carlos Daniel Zabalo.
18.164.057
.