El ex diputado provincial misionero, Germán Kiczka fue sentenciado a la pena de 14 años de prisión por los graves delitos de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil. Su hermano, Sebastián Kiczka, también recibió una dura condena de 12 años de cárcel por tenencia y facilitación de videos de violación en perjuicio de menores de edad, sumado al abuso sexual simple de una adolescente de 15 años.
La sentencia, dictada tras tres horas de deliberación por el Tribunal Penal Colegiado integrado por los jueces Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Yaya (subrogante), pone fin a un caso que conmocionó a la provincia y generó una profunda indignación en la sociedad.
La investigación se inició a raíz de una serie de denuncias que revelaron la existencia de material de extrema gravedad en posesión de los hermanos Kiczka. Las pruebas presentadas durante el juicio fueron contundentes y detallaron la participación de ambos en la tenencia, facilitación y, en el caso de Germán Kiczka, la distribución de material de abuso sexual infantil. La instrucción del caso también reveló la existencia de material vinculado a la explotación sexual infantil y prácticas zoofílicas, lo que agudizó aún más el repudio social.
Fuga y captura en Corrientes
El caso tomó un giro inesperado cuando, a fines de agosto del año pasado, tras la suspensión de sus fueros como legislador provincial, Germán Kiczka se dio a la fuga. Su paradero fue desconocido durante varios días, generando una intensa búsqueda por parte de las fuerzas de seguridad.
Finalmente, fue localizado y capturado en un camping de la localidad de Loreto, en la provincia de Corrientes, a varios kilómetros de la capital misionera. Este hecho motivó la decisión de la Legislatura de Misiones de expulsarlo de su cargo.
Negación y contundencia de las pruebas
Durante el juicio, Sebastián Kiczka intentó minimizar su responsabilidad alegando desconocimiento sobre la ilegalidad de poseer y visualizar los videos de violación encontrados en su poder. Sin embargo, esta defensa no logró conmover al tribunal, que consideró probados los delitos imputados.
La condena de los hermanos Kiczka sienta un precedente importante en la lucha contra el abuso y la explotación infantil en la provincia de Misiones y envía un mensaje claro de que este tipo de delitos no quedarán impunes.
La sociedad misionera espera que este fallo sirva como un acto de justicia para las víctimas y contribuya a generar conciencia sobre la necesidad de proteger a los menores.
Antecedentes del caso
Si bien este juicio llegó a su fin con la lectura de la sentencia, el caso Kiczka dejó una profunda huella en la política y la sociedad misionera. La detención del entonces diputado generó un fuerte debate sobre la necesidad de controles más estrictos sobre los funcionarios públicos y la importancia de la transparencia en la gestión. La rápida reacción de la Legislatura al suspender sus fueros y posteriormente expulsarlo fue un reflejo del repudio generalizado ante la gravedad de las acusaciones.
Este caso se suma a otros antecedentes a nivel nacional e internacional que han puesto de manifiesto la problemática del abuso sexual infantil y la importancia de la investigación y el juzgamiento de estos delitos. La utilización de tecnologías como internet y las redes sociales ha complejizado la detección y persecución de estos crímenes, pero también ha permitido la difusión de material de manera masiva, como quedó evidenciado en la investigación del caso Kiczka.
La condena de los hermanos Kiczka representa un paso importante en la búsqueda de justicia y reparación para las víctimas, y un llamado de atención a la sociedad sobre la necesidad de redoblar los esfuerzos en la prevención y la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
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