El gobierno anunció oficialmente la retirada de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La decisión fue confirmada por el vocero presidencial Manuel Adorni, quien señaló que el mandatario instruyó al canciller Gerardo Werthein para ejecutar la salida. Según Adorni, la medida responde a «profundas diferencias» con la gestión sanitaria del organismo durante la administración del expresidente Alberto Fernández.
El anuncio generó reacciones diversas entre especialistas y sectores vinculados a la salud.
La medida, alineada con la postura previamente adoptada por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, abre interrogantes sobre las consecuencias en materia sanitaria y diplomática para el país.
¿QUÉ IMPLICA LA SALIDA?
La organización Soberanía Sanitaria advirtió sobre los posibles efectos negativos de la desvinculación con la OMS.
Entre ellos, la pérdida del acceso a fondos rotatorios y estratégicos que permiten a Argentina ahorrar en la compra de insumos médicos y tecnologías sanitarias.
Además, se verían afectados programas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, así como iniciativas en salud mental, materno-infantil y vacunación.
Otra consecuencia relevante es la posible pérdida de reconocimiento internacional de centros sanitarios clave como el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), el Instituto Malbrán y la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS).
Estos organismos actúan en red con instituciones internacionales, lo que garantiza altos estándares de calidad y colaboración en investigación.
A nivel de salud pública, la salida podría dificultar la respuesta ante futuras pandemias o crisis sanitarias, eliminando la posibilidad de recibir apoyo técnico, donaciones de medicamentos y asistencia en emergencias. También se vería debilitada la capacidad de respuesta ante desastres naturales, al perder la asistencia de unidades especializadas de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
CONTROVERSIAS
La decisión del gobierno argentino de abandonar la OMS genera un debate en el ámbito sanitario y político.
Mientras algunos especialistas consideran la medida como un retroceso en la capacidad del país para gestionar emergencias y acceder a recursos sanitarios, otros argumentan que la autonomía institucional y académica de Argentina podría mitigar los efectos.
Las repercusiones de la salida aún son inciertas y dependerán de las estrategias que implemente el gobierno para suplir los servicios y beneficios previamente obtenidos a través del organismo internacional.