El senador provincial Noel Breard (UCR), realizó una recorrida por un establecimiento ganadero para constatar los efectos de la sequía. Visitó potreros de bañado, malezales y lomas, con modelo productivo dual en bovinos Brangus y la especie búfalo, tratándose de sistemas complementarios. Tomó así contacto con la magnitud de la sequía y su extensión en el tiempo (unos 3 años), lo que vuelve acumulativo y geométrico el problema.
Observó las inversiones por parte del sector productivo, «que son paliativas (bebederos, tajamares de 80 x 12 x 3,20, molinos, tanques australianos, perforaciones de 30 metros, bombas, pantallas solares) y que nunca van a sustituir y reemplazar a la lluvia», opinó Breard.
Resaltó además la amenaza de fuego (que en grandes partes se concretó el año pasado). «Este fenómeno vivido de ‘La Niña’, si se va y viene ‘El Niño’, llevará 5 años, es decir, un plan quinquenal para normalizar (tres años de secas, dos años para recomponer)», reflexionó el legislador.
Apuntó que el Gobierno provincial deberá continuar con la política de respuestas al pequeño y mediano productor, como así también a los productores en general con tasas subsidiadas y diferimiento impositivo, gestionar ante el Gobierno nacional la ampliación de emergencia para Corrientes.
Luego enumeró los daños que continúan: a) Mortandad, b) Caídas en los porcentajes de preñez, c) Merma de terneros o bucerros logrados al destete, d) Pérdida de kilogramos de terneros/as y en la recría de vaquillonas (futuro capital productivo) y de la hacienda en general.
Hay que subrayar que las lluvias que vengan no corrigen el severo déficit acumulado en los campos. Hay muchos pozos secos, como los cauces de los ríos, que requieren una recomposición de las napas.
Varios productores hicieron saber que la asistencia crediticia debe ir a mejoras que realmente se hagan y contribuyan a paliar nuevos faltantes, lo cual requiere un control y una orientación de la asistencia, para evitar que finalmente no se llegue a cumplir el efecto buscado.
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