Distintos sectores identificaron cambios en los hábitos de compra de los consumidores, quienes priorizan cada vez más los precios frente a las marcas para controlar sus presupuestos.
Ya a fines del mes pasado, la consultora Scentia consideró posible que se intensifiquen algunos hábitos como la mayor frecuencia de compra y menor cantidad de unidades por ticket, «con el fin de cuidar más el gasto en cada acto de compra».
En el primer bimestre de 2024, la consultora Scentia informó que el consumo masivo en el mercado en general disminuyó un 3,9 por ciento. Los datos oficiales respaldan esta tendencia, con el Indec reportando una caída interanual del 13,8 por ciento en las ventas de supermercados en enero.
En respuesta a esta situación, los supermercados están intensificando la oferta de productos más económicos, especialmente aquellos que llevan marca propia, con el objetivo de mantener las ventas y mejorar su posición en el mercado.
El reporte indicó que las marcas propias de los supermercados «se fortalecen con un desempeño mejor que el promedio de todas las familias de productos, excepto las bebidas, (que cayó un 39 por ciento). Los mayores saltos en el consumo de esas marcas propias se dieron en alimentos (29,4 por ciento en el bimestre diciembre-enero 2024), y cosmética y tocador (25,9 por ciento)».
El informe de NielsenIQ destaca que las marcas propias de los supermercados están resistiendo mejor que el promedio de todas las familias de productos, con un aumento notable en el consumo de alimentos y productos de cosmética y tocador.
En el sector supermercadista, por ejemplo, aseguraron a La Nación que, hasta fines de febrero, si bien la gente compra menos y busca el precio más bajo, no detectan una pérdida significativa de la clientela. La contracara, sin embargo, es que los tickets de compra sí disminuyeron los valores, lo que se sostiene en la elección de segundas y terceras marcas, así como marcas propias de los supermercados, «porque lo definitorio en la decisión de compra es el precio», agregaron.
El precio de los fideos puede subir $50 en un mes
La titular del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) tomó algunos precios de referencia para mostrar cómo algunos productos indispensables de la canasta alimentaria se dispararon en los últimos 12 meses.
«Algunos pueden aumentar 50 o 100 pesos en un mes, pero en el interanual se multiplican por tres o por cuatro», contrastó Patricia Lezcano entrevistada por Libertad Digital, de la vecina provincia del Chaco.
El almacén de barrio es un termómetro para la economía popular.
Una referencia son los fideos secos, el paquete de medio kilo que valía 850 pesos en enero pasó a 900 en febrero. «Son 50 pesos más en 30 días, pero a lo largo de un año el incremento fue del 400 por ciento». El detalle forma parte de los productos de almacén que se incrementaron un 10,19 por ciento en febrero, según el Isepci.
Durante el fin de semana extralargo el instituto difundió en sus redes nuevas comparaciones de productos que toma como referencia para sus mediciones. La carne vacuna picada y el pollo son los dos productos de carnicería más populares y los dos tuvieron incrementos considerables el mes pasado. De enero a febrero el rubro apenas si representó un aumento del 0,67 por ciento aunque en el kilo de pollo representó el 10 por ciento y la carne molida el 12,5 por ciento. Con acumulados interanuales del 309 y 331 por ciento, respectivamente. En el mismo período el pescado fue el que más subió con el 20 por ciento.
«Más allá de los números fríos, en la realidad vemos algo muy doloroso y complicado de reportar: hoy se opta por comidas que llenan en el momento y no por lo que realmente se necesita, como frutas, verduras, lácteos, huevos y carnes», describe Lezcano. La preocupación se centra en la calidad de nutrientes y también en la comida, expresión mínima de la alimentación. Entonces, como el dinero no alcanza para comprar lo acostumbrado, condiciona a nuevos hábitos.
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