Un total de 17 personas fueron confirmadas como positivas de coronavirus en la provincia de Córdoba infectadas por la variante Delta, lo que derivó en el aislamiento de unas 250 por ser contactos estrechos, mientras que cinco personas fueron detenidas acusadas de propagar el virus, informaron fuentes sanitarias y judiciales.
El Ministerio de Salud provincial confirmó el aumento a 17 de los contagiados por la variante Delta y en la tarde de ayer se amplió a unas 250 las personas en aislamiento por contactos de contactos estrechos.
Según la información oficial, un pasajero peruano, de 62 años, ingresó con certificado de test negativo y no cumplió con el aislamiento que exigen las normas sanitarias, mientras voceros sanitarios aseguran que «por ahora» no hay circulación comunitaria de esa variante.
El Ministerio Público Fiscal informó que los detenidos son dos peruanos y tres argentinos que residen en Córdoba, por propagar el virus, por lo que se contemplan penas de entre 3 y 15 años de prisión.
El sumario preliminar consideró que uno de los ciudadanos peruanos que viajó desde ese país “violo las normas de restricción” por no cumplir aislamiento y el restante por ser “contacto directo de éste y tampoco respetó las restricciones”.
Sobre los tres argentinos “se constató que no guardaron aislamiento a pesar de saber que tenían coronavirus con la variante Delta y abrieron sus comercios atendiendo a clientes”, detalla el informe del MPF.
La secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de Córdoba, Gabriela Barbás, manifestó a canal 12 de Córdoba que se realizan testeos en la comunidad educativa de cuatro escuelas de la capital local, debido a que cinco burbujas escolares se encuentran comprometidas por contactos estrechos con el caso positivo
“En esta instancia la detección temprana es muy importante para evitar la cadena de contagios», señaló la funcionaria al explicar que está comprobada científicamente que la variante Delta «es altamente transmisible, superior a lo que son otras variantes, por lo tanto es importante seguir instando a la población para que se vacune para evitar el desarrollo de un cuadro grave o fatal».
El hombre de 62 años, de nacionalidad peruana, fue el portador del virus que, el 19 de julio arribó al Aeroparque Jorge Newbery proveniente de Lima (Perú) con test negativo.
Dos días después se realizó el control, seguimiento telefónico y se programó el testeo correspondiente al séptimo día, y el 26 de julio, en Córdoba, se realizó el test para el alta y el resultado fue positivo, informó el Gobierno provincial.
El Gobierno de la provincia promovió la denuncia penal en la Unidad Fiscal de Emergencias Sanitarias (UFES) en contra del hombre.
El brote del virus, hasta el momento, se dio en un núcleo intrafamiliar y los aislados son personas mayores y menores con contactos de contactos estrechos con el viajero que, según se informó, se encuentra en buen estado de salud al igual que los restantes 16 positivos, y que en ninguno de los casos requieren, por ahora, hospitalización.
El infectólogo Hugo Pizzi manifestó su preocupación por la situación al sostener que «tiraron un bomba epidemiológica en Córdoba», por lo tanto «hay que estar muy alertas por el retroceso que esto implica en el manejo de la pandemia».
«Es un tropiezo epidemiológico de grandes dimensiones, por la indisciplina, por la falta de empatía, por la falta de sentido común de esta persona», manifestó Pizzi a radio Universidad de Córdoba y calificó como un “terrorista sanitario” al ciudadano peruano.
Por su parte, el infectólogo Javier Farina, sostuvo que “seguramente ya hay una circulación comunitaria de la variante Delta» en el país e hizo hincapié en la necesidad de mantener los cuidados.
“Era algo que esperábamos que no pase, al menos no con esta magnitud, tan rápido. La mejor medida para controlar esta situación era el aislamiento de los pasajeros y luego su testeo», precisó.
«Pero sabemos que hay gente que no lo ha cumplido», cuestionó el profesional jefe de Infectología del Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta Samic, a Radio Nacional.
También el subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud, Juan Manuel Castelli, sostuvo que lo que pasó en la provincia mediterránea “es algo que en algún momento podía pasar, y lo importante es reforzar el aislamiento”.
En ese contexto, instó a que entendamos que “no son cuestiones individuales sino colectivas y afectamos a terceros».
Las responsabilidades por el control del aislamiento
La directora Nacional de Migraciones, Florencia Carignano, en declaraciones a una radio local dijo que el Gobierno nacional está “muy preocupado por lo que está pasando en Córdoba”, y consideró que en las provincias se debe “ejercer un control más estricto” para evitar esos contagios.
También recordó que “los controles de aislamiento son responsabilidad de las provincias y solo tres de ellas implementaron hoteles para su cumplimiento; a pesar de esto, Migraciones decidió reforzarlos con constataciones de domicilios presenciales”.
“Estos casos no ayudan para nada. La responsabilidad individual falló. Quizás algún control más estricto del Estado hubiera sido bueno”, dijo la funcionaria en declaraciones a FM Delta.
Con respecto a la responsabilidad individual, la funcionaria aseveró: “Nos cansamos de decirle a la gente que no se confíe, que no es suficiente venir con un PCR, que no es suficiente con el test de antígenos que se hacen en Ezeiza” sino que se debe cumplir con el aislamiento y el hisopado de rigor.
El 64% de los casos detectados de la variante Delta ingresó con PCR negativo, pero manifestó síntomas varios días después de su llegada, y que “por eso la importancia del control presencial”, indicó Carignano.
Un hombre de 62 años, de nacionalidad peruana, fue el portador del virus que, el 19 de julio arribó al Aeroparque Jorge Newbery proveniente de Lima (Perú) con test negativo.
Télam
Foto Laura Lescano